Han pasado 14 años del lanzamiento del álbum magno de la cantante y hoy en día sigue siendo de vital importancia e influencia.
Por Valentina Morales
Este martes se cumplieron 14 años del lanzamiento del icónico álbum de Amy Winehouse y en esta nueva sección titulada El Baúl de los Recuerdos de Sunderbeats queremos revisitarlo, porque su impacto cultural y legado musical se sienten fuertemente hasta el día de hoy.
Mis recuerdos de cuando Back to Black salió en 2006 la verdad es que son, honestamente, un tanto vagos. Recuerdo que una compañera del colegio era fanática acérrima de Winehouse y la verdad es que durante los primeros años asociaba a Winehouse con mi compañera. Pese a que tuvimos un par de conversaciones sobre artistas un tanto extraños y muy poco conocidos, como las estonias Vanilla Ninja, si en algún momento hablamos de Amy, la verdad es que no lo retuve. No fue hasta el triste fallecimiento de la británica y el posterior documental Amy que me hizo ver a la cantante con otros ojos y la puso en mi pedestal absoluto de los mejores artistas de todos los tiempos.
Es bastante normal querer honrar a un artista después de su partida, generalmente recordamos lo mejor de ellos, su inmenso talento, lo mucho que merecían, etc. Pero Back to Black sería reconocido como un álbum tremendamente importante, incluso si la pobre Amy Winehouse hubiera logrado vencer a sus demonios. El hecho de que un álbum tan honesto, intrépido y único se convirtiera en un gran éxito abrió la puerta para tantos artistas que eran un poco diferentes en su propio mundo. Lana Del Rey, Sam Smith, Lady Gaga, Emeli Sandé y Florence Welch han aclamado a la británica como una influencia.
El legado de Amy Winehouse no comienza y termina con Back to Black, pero es el álbum lo que la convirtió en una superestrella y el momento que captura sus increíbles dotes para escribir canciones en su apogeo. Con una mezcla brillante que se logró entre la capacidad autobiográfica de Amy Winehouse a la hora de escribir las letras; la habilidad de Mark Ronson de entender los gustos sonoros de Winehouse y de darle el toque moderno necesario; junto a la experiencia absoluta de Salaam Remi, especialmente con la artista. Una obra de arte de inicio a fin, pero ¿por qué?
Porque cuando escuchas Back to Black, sabes exactamente quién es Amy Winehouse, incluso si nunca la conociste. ¿De cuántos álbumes se puede decir eso? Es tal el nivel de honestidad no solo en las letras, si no que en el delivery, en la interpretación, en la selección minuciosa de cada instrumento que se hace parte de este álbum, que podemos atisbar quién es Amy. Sus problemas, pasiones, amores, desamores, rabias, luchas, logros. Todo en algo más de 30 minutos de álbum.
Para los que no sepan Winehouse basó principalmente el álbum en su tumultuosa relación con su entonces ex novio y futuro esposo Blake Fielder-Civil, quien la había dejado temporalmente para perseguir a su exnovia anterior. Su corta separación la impulsó a crear un álbum que explora temas de culpa, dolor, infidelidad y desamor. Influenciada por la música pop y soul de los grupos de chicas de la década de los 60, junto con la banda de Sharon Jones, The Dap-Kings, pudo capturar los sonidos de ese período mientras los mezclaba con el R&B contemporáneo y la música neo-soul.
Desde la canción que le da el título al álbum, pasando por el hitazo “Rehab”, “Tears Dry on Their Own”, "Me & Mr. Jones” o “Love is a Losing Game”, cada fibra de este álbum es una nueva vena que se abre y que nos expone a Winehouse, mientras que al mismo tiempo nos otorga un sonido fresco, inspirado en sonidos vintage, pero que aún se logra mantener único e irrepetible. Pese a que muchos y muchas han tratado de imitar esta mezcla.
Back to Black fue aclamado por los críticos musicales, quienes elogiaron la composición y el estilo de canto emotivo de Winehouse, así como la producción de Remi y Ronson. En los premios Grammy de 2008, Back to Black ganó el premio al Mejor Álbum Vocal Pop y también fue nominado como Álbum del Año. Ahora, una de las cosas altamente memorables es que en la misma ceremonia, Winehouse ganó cuatro premios adicionales, empatando así con otros cinco artistas, pero, como la segunda mujer más premiada en una sola ceremonia. El álbum también fue nominado a los Brit Awards 2007 por MasterCard British Album y fue preseleccionado para el Mercury Prize 2007. Esto por solo mencionar algunos de los premios a los cuales fue nominado, porque el consenso siempre fue: Back to Black es un álbum espectacular.
Escuchar Back to Black hoy, en 2020, no es solo una delicia, porque es un álbum brillante, sino porque sus temáticas siguen siendo altamente relevantes. Además la cuota de ponerse a pensar en todos los artistas que fueron de una u otra forma influenciados por este increíble momento de honestidad, es otra cosa. No tendríamos a Adele, ni a Lana del Rey, ni a Sam Smith, ni a Florence, ni a La Roux, ni a Ellie Goulding ni a tantos sin el Back to Black de Amy Winehouse.
Hoy podríamos especular sobre qué habría ocurrido si Amy no hubiese sucumbido a sus demonios internos, pero eso sería solo eso, especular. Lo que es concreto es que su honesta y dolorosa apertura galvanizada en Back to Black seguirá siendo uno de los mejores álbumes de todos los tiempos y seguirá siendo un punto de inicio para muchos artistas más.