Green Day en vivo: energía que desafía el tiempo

Green Day volvió a Chile con un show inolvidable en el Parque Estadio Nacional, donde más de 50 mil personas fueron testigos de que la banda sigue en un estado de forma envidiable. Sonaron más potentes que en visitas anteriores —envejeciendo como el buen vino musicalmente— y desplegaron un concierto que mezcló nostalgia, energía y una puesta en escena implacable.

Por: Joaquín Bravo

Fotos: Agustín León

Los encargados locales de abrir el show fueron BBS PARANOICOS, los cuales calentaron los motores para lo que estaría por venir. Le siguieron los ingleses Bad Nerves, que, para Billie Joe Armstrong, Bad Nerves es “la mejor banda de Inglaterra en este momento”. Y no parece exagerar del todo, ya que su actuación terminó de encender a un público que ya estaba lleno de energía y expectativa.
Cuando llegó finalmente el esperado turno de Green Day, la noche arrancó con un guiño clásico: Bohemian Rhapsody de Queen sonó a coro entre todo el estadio, seguida por Blitzkrieg Bop de Ramones junto al “conejo borracho”, que encendió la espera antes de que aparecieran Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool. Desde el primer acorde de American Idiot, quedó claro que el público tendría una experiencia arrolladora. Holiday y Know Your Enemy extendieron la apertura explosiva, con un Billie Joe que desde el minuto uno se mostró enérgico, interactivo y dispuesto a hacer que cada rincón del estadio participara (literalmente).

El setlist recorrió gran parte de su historia, con especial énfasis en American Idiot, Dookie, Nimrod y su más reciente trabajo Saviors. Hubo espacio para clásicos incontestables como Boulevard of Broken Dreams, que transformó al estadio en un coro masivo, con el publico de platea encendiendo el flash de sus teléfonos, y Longview, donde el bajo de Mike Dirnt retumbó en los oídos de todo el Parque. Welcome to Paradise desató uno de los mosh más grandes de la noche, mientras que canciones como Brain Stew y Hitchin’ a Ride mostraron la versatilidad de la banda para alternar entre pasajes densos y momentos de puro descontrol punk. Básicamente nos daban breves momentos de descanso antes de volver al caos.

Pero la verdadera sorpresa llegó con dos joyas exclusivas para Chile: Revolution Radio y Haushinka. Esta última fue, sin duda, un momento histórico para la banda en si, ya que no la interpretaban en vivo desde 1997. Cuando sonó, los fans más veteranos se miraban incrédulos, sabiendo que estaban presenciando algo irrepetible. Ese detalle convirtió al show en Chile único dentro de toda la gira, un regalo que muchos no olvidarán jamás.

La segunda mitad del concierto fue himno tras himno: St. Jimmy, 21 Guns, Minority y Basket Case encendieron cada sector del estadio, hasta llegar a la emotiva recta final con When I Come Around, She, Wake Me Up When September Ends y el clímax absoluto de Jesus of Suburbia, ejecutada con una precisión e intensidad que dejó al público sin aliento. Para el cierre, Bobby Sox y la inolvidable Good Riddance (Time of Your Life) sellaron la noche, con un Parque que deseaba más y más de Green Day, esperando que fuera una noche eterna.

La producción del espectáculo estuvo a la altura de la leyenda de Green Day: fuegos artificiales, llamaradas, challas, efectos de sonido y pantallas LED que siguieron de cerca a los tres pilares de la banda (Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool). Cada uno tuvo su espacio: Billie Joe como líder carismático, Mike sosteniendo la base con sus líneas de bajo que nos hicieron retumbar hasta los huesos, y Tré, que sigue siendo uno de los bateristas más carismáticos y entretenidos de ver en escena. La escenografía incluso incluyó un dirigible que sobrevoló el estadio con la irónica leyenda “Bad Year".

El ambiente dentro de Cancha fue una montaña rusa de emociones, con numerosos mosh, saltos, risas, lágrimas e incluso desmayos entre la multitud. El Parque Estadio Nacional vibró con un público desbordante de energía, tanto en cancha como en las plateas, donde miles de personas encendieron las luces de sus celulares para acompañar los momentos más íntimos. Billie Joe, siempre cercano, se encargó de mantener la conexión viva, haciendo arengas y bromas, agradeciendo en todo momento toda la energía que desbordaban los asistentes.

Para algunos, la jornada fue un viaje en el tiempo. Muchos volvieron a su adolescencia e infancia, cuando Green Day dominaba MTV con sus videoclips. Al mismo tiempo, nuevas generaciones se sumaron a la experiencia: padres llevando a sus hijos, compartiendo canciones que ya son un legado intergeneracional. Esa es la verdadera esencia del concierto. Green Day evoca recuerdos, crea comunidad, y música que atraviesa generaciones.

Si tuviéramos que resumirlo en pocas palabras, el show fue un estallido de pop punk y emoción, un abrazo musical con una banda que se siente parte de nuestra vida. Green Day es y seguirá siendo eterno, la banda sonora de quienes crecimos con su música, y como quedó demostrado entre la variedad etaria de los asistentes, de futuras generaciones.

El Setlist completo fue el siguiente:

  1. American Idiot
  2. Holiday
  3. Know Your Enemy (con un fan en el escenario)
  4. Boulevard of Broken Dreams
  5. One Eyed Bastard
  6. Revolution Radio
  7. Longview (con introducción de la banda por Mike Dirnt)
  8. Welcome to Paradise
  9. Hitchin’ a Ride (precedida por “Iron Man” de Black Sabbath)
  10. Haushinka (primera vez desde 1997)
  11. Brain Stew
  12. St. Jimmy
  13. Dilemma (intro de “One of My Lies”)
  14. 21 Guns (interrumpida después del puente)
  15. Minority (con introducciones de la banda)
  16. Basket Case
  17. When I Come Around
  18. She
  19. Wake Me Up When September Ends
  20. Jesus of Suburbia
  21. Bobby Sox
  22. Good Riddance (Time of Your Life)

GREEN DAY