Pop, cercanía y emoción: Javiera Mena conquistó el Teatro Municipal de Santiago

En una noche marcada por la cercanía y la emoción, Javiera Mena llenó el Teatro Municipal de Santiago con un show íntimo y cuidadosamente construido. La artista presentó canciones de su más reciente álbum Inmersión, sin dejar fuera los clásicos que han definido su trayectoria. El concierto destacó por su atmósfera cercana, una conexión constante con el público y momentos de especial complicidad. Invitados sorpresa y una puesta en escena sobria reforzaron una velada que celebró tanto el presente creativo de Javiera Mena como el vínculo fiel con sus fanáticos.

Por: Carol Celis

Fotos: Agustín León

Una apertura íntima y melódica

El concierto estuvo cuidadosamente dividido en dos partes, comenzando con un bloque marcado por la sensibilidad y la introspección. En esta primera sección, Javiera Mena presentó canciones de su más reciente álbum "Inmersión", apostando por un tono romántico y melódico que envolvió al público desde los primeros minutos. La incorporación del piano aportó una nueva dimensión sonora al espectáculo, reforzando la intimidad del momento.

Clásicos como "Esquemas juveniles" y "Cámara lenta" fueron reinterpretados en versiones delicadas y emotivas, despertando una respuesta inmediata de los fanáticos, que acompañaron cada canción con atención y complicidad. Fue un pasaje especialmente sensible del show, donde la cercanía, la emoción y el silencio respetuoso del teatro transformaron la experiencia en un momento genuinamente sublime.

Sintetizadores, luces y baile

La segunda parte del concierto comenzó tras un breve intermedio, marcando un giro total en la atmósfera del espectáculo. Con el telón abriéndose nuevamente, Javiera Mena regresó al escenario rodeada de sintetizadores y un cuidado juego de luces, dando paso a un bloque cargado de ritmo, energía y baile. Desde las primeras melodías, el show tomó un pulso eléctrico que contrastó con la intimidad inicial y encendió al público de inmediato.

Como si se tratara de una gran fiesta, el público bailó junto a la artista en cada momento, acompañando con entusiasmo los pasajes más bailables de su repertorio. Canciones como "Espada", "Corazón Astral" y "Otra Era" marcaron algunos de los momentos más intensos de la noche, recordando por qué estos temas fueron clave en su proyección internacional y consolidaron su lugar dentro del pop latinoamericano.

Grandes sorpresas

Uno de los momentos más especiales de la noche llegó durante la primera parte del concierto, cuando Gepe apareció sorpresivamente en el escenario para interpretar junto a Javiera Mena para interpretar "Mar de coral", canción que originalmente comparte con Santiago Motorizado. El encuentro estuvo cargado de emoción y romanticismo, generando una atmósfera íntima que fue celebrada con atención y aplausos por el público.

Al finalizar la interpretación, Gepe tomó la palabra para agradecer a la artista, destacando su rol fundamental dentro de la industria musical chilena. “Gracias a ella, los demás artistas han podido hacer música sin tener que ser una banda de rock para ser considerados”, señaló, en un gesto que subrayó la influencia y el legado de Javiera Mena en la apertura de nuevos caminos para el pop nacional.

La segunda gran sorpresa de la noche llegó durante la segunda parte del espectáculo con la aparición de Javiera Parra, quien se sumó al escenario para acompañar a Javiera Mena en la interpretación de "Yo no te pido la luna" de Daniela Romo, uno de los covers más celebrados del repertorio de la artista. La versión, cargada de emotividad y complicidad, fue recibida con entusiasmo por el público y se transformó en uno de los momentos más significativos de la segunda mitad del show.

No se puede dejar de mencionar la participación de Cuarteto Austral, conformado por cuatro destacadas músicas de la escena nacional, cuya presencia aportó una profundidad emocional clave a la presentación. Con una trayectoria acompañando a diversos artistas chilenos en distintos escenarios, el cuarteto sumó una sensibilidad especial a cada interpretación, reforzando la intimidad y la intensidad del show. Su aporte desde las cuerdas fue fundamental para elevar la experiencia y consolidar una puesta en escena cuidada y emotiva, donde cada detalle estuvo al servicio de la música.

El concierto cerró reafirmando la cercanía que Javiera Mena mantiene con su público, un vínculo construido desde la honestidad y la complicidad. En uno de los momentos más comentados de la noche, la artista bajó del escenario para acercarse a los asientos del teatro, donde cantó y bailó junto a sus fanáticos, borrando cualquier distancia entre intérprete y audiencia. Un gesto que sintetizó el espíritu de la velada: intimidad, emoción y una conexión genuina que convirtió el Teatro Municipal en un espacio compartido, vivo y profundamente humano.

JAVIERA MENA