Han pasado más de 30 años desde que Boris comenzó a experimentar con los límites del rock pesado y el ruido en 1992. Sin embargo, no fue hasta este 2025 que la banda japonesa concretó su primera visita a Sudamérica, trayendo consigo la celebración de un hito clave en su discografía: el vigésimo aniversario de Pink.
Para muchos seguidores en Chile, Pink (2005) fue la puerta de entrada al vasto universo sonoro del trío. Ahora, la banda busca revivir ese repertorio no como un acto de nostalgia, sino a través de una "traducción" madura de su sonido, alejándose de la rigidez digital para ofrecer una experiencia que Atsuo define como "orgánica y sin rejilla".
Por Joaquín Bravo

En la antesala de su esperado debut en Santiago, conversamos con Atsuo sobre lo que significa viajar tan lejos después de tres décadas de trayectoria. El músico reflexiona sobre la química creativa que los mantiene unidos, el cierre del círculo tras su gira con los Melvins y por qué, para Boris, el escenario sigue siendo un lugar de aventura.
Hola Atsuo, mi nombre es Joaquín, periodista de Sunderbeats. Déjame decirte que me siento afortunado, tanto como fan como periodista, de poder hablar contigo. Muchas gracias por tomarte el tiempo para esta entrevista. Va a ser un poco extraño porque me responderás en japonés y yo no sabré lo que dijiste hasta mañana, pero esperemos que todo salga bien.
"Pink" cumplió 20 años. Para muchos fans en Chile, fue el álbum que les abrió las puertas a su música. Mirando hacia atrás, ¿Qué creen que tuvo "Pink" de especial que logró conectar con una audiencia global de forma tan masiva?
- En aquel entonces, la gente nos preguntaba: "¿Por qué una banda de metal saca un álbum con una portada rosa?". Así que creo que el color rosa fue un factor muy importante. El color rosa tiene muchos significados, creo. Tiene una cualidad venenosa (tóxica), una sensación de caos ruidoso, y también un toque pop. Realmente siento que es un color que logra llegar a mucha gente.
Después de dos décadas tocando estas canciones, ¿Cómo ha cambiado su relación con ellas? ¿Las sienten diferentes ahora? ¿Buscan recrear el sonido de 2005 en esta gira, o las reinterpretan con la experiencia que tienen ahora?
- Nosotros mismos hemos envejecido y acumulado experiencia como banda. En ese proceso, nos estamos enfocando cada vez más en una dirección opuesta a la música moderna: buscamos una interpretación más orgánica y "sin rejilla" (grid-less), es decir, sin la rigidez de las cuadrículas digitales. Es una sensación más humana. Continuamos de gira porque queremos compartir esa sensación humana directamente con las nuevas generaciones.
"Pink" tiene un sonido muy definido. Sin embargo, Boris es famoso por ser inclasificable. ¿Cómo se sienten al "volver" a un sonido tan específico para esta gira de aniversario?
- Es cierto. Hemos hecho muchas giras y, a lo largo de estos 30 años, las metodologías en el escenario y las formas de expresión musical se han acumulado en nuestros cuerpos. Así que, cuando tocamos Pink —un álbum de hace 20 años— con nuestros cuerpos actuales, el cambio nace de forma natural. Dicho de otra forma: no podemos correr a toda velocidad (hacer un sprint) igual que hace 20 años, así que estamos de gira haciendo una especie de "traducción" o reinterpretación de la obra.
Han estado activos desde 1992. ¿Por qué ahora? ¿Qué los trae finalmente a Sudamérica y a Chile después de más de 30 años de carrera?
- Para nosotros, el acto de crear música, tocar en vivo y salir de gira tiene un significado de aventura y viaje. Poder viajar a un nuevo país como Chile nos hace muy felices, y me alegra mucho que hayamos llegado a una etapa en nuestra carrera donde esto es posible.
Sabiendo que para muchos en Chile será la primera vez que los vean en vivo, ¿Cómo diseñaron el concierto? ¿Se enfocarán solo en "Pink" o podemos esperar un viaje por otras eras de Boris?
- De hecho, tenemos un álbum en vivo de 2006 llamado Pink Days. ¿Do You Remember the Pink Days? Bueno, tocaremos ese mismo setlist ahora, con ligeras variaciones.
Tomaron su nombre de una canción de Melvins, y recientemente lanzaron un split (disco compartido) con ellos. ¿Cómo se sintió cerrar ese círculo después de 30 años?
- Fue un acontecimiento realmente feliz. Poder hacer un split con Melvins y luego acompañarlos en su gira por Estados Unidos... De hecho, fue la gira estadounidense más larga que hemos hecho, y haberla realizado junto a ellos nos dio muchísima confianza. Son un trío que ha permanecido increíblemente estable y prolífico.
¿Cuál es el secreto de su química creativa para seguir explorando sonidos nuevos juntos después de tanto tiempo?
- Supongo que el hecho de que sigamos de gira lo prueba. Continuar de gira se convierte en "input" (entrada de información) para nosotros. Ir a diferentes países, absorber cosas dentro de nosotros y luego hacer el "output" (salida creativa)... Ese estilo de vida es lo que ha construido nuestra actividad creativa actual.
Esta gira celebra su pasado, pero ustedes nunca dejan de crear. ¿Qué sigue para Boris después de celebrar "Pink"?
- El año pasado hicimos la gira de 25 aniversario de Amplifier Worship, y esta vez es el 20 aniversario de Pink, así que los años de aniversario continúan. Pero lo saludable para nosotros es crear y lanzar nueva música constantemente. De hecho, detrás de escena de esta gira estamos creando nuevas canciones. Creo que el poder que recibimos (input) de este mundo se conectará con nuestra próxima música nueva.
Atsuo, muchas gracias por tu tiempo. ¡Esperamos verte en Santiago! ¡Buen viaje!
- Thank you so much! (con acento japo jeje) (¡Muchas gracias!)
El debut de Boris en Chile se realizará en el Club Chocolate. Para quienes deseen ser parte de este histórico encuentro, aún quedan entradas disponibles a través del sistema Ticketmaster.