El equipo de Sunderbeats cierra el año con una selección de los discos que más nos hicieron vibrar. Desde distintos estilos y artistas, exploramos los sonidos que marcaron tendencia y dejaron huella en estos meses. Prepárate para descubrir nuestros favoritos.
Por: Matías Muñoz
1- Wednesday - “Bleeds”

El sexto álbum de Wednesday mantiene la receta que ha hecho al grupo meterse en todas las listas de fin de año desde “Twin Plagues” (2021). Su popularidad indie se debe gracias a su inconfundible estilo en el que tributan el sonido noventero y sucio con guiños al grunge, noise y shoegaze.
Sin embargo, la banda liderada por Karly Hartzman construye su identidad escondiendo pasajes folk que también ya son marca registrada. En “Bleeds” nuevamente recurren a una primera impresión cargada de distorsión y fuzz con “Reality TV Argument Bleeds”, la canción que abre el disco y que demuestra cómo les gusta tratar a las guitarras.
“Bleeds” pareciera descomprimir muchas emociones que rondaron el grupo desde su éxito y favoritismo de la crítica amplificado por la carrera paralela de su guitarrista MJ Lenderman, quien entremedio también sacó un álbum solista. Esa fuerza desgarradora en “Townies” o “Candy Breath” se traduce en capas de guitarras y gritos en “Wasp”. También hay espacio para baladas country como “Elderberry Wine” o “Phish Pepsi”.
Sin cambiar su receta, Wednesday explota nuevamente su sonido y se mete como favoritos de la crítica en lo mejor del 2025.
2- Geese - “Getting Killed”

La trayectoria de Geese pareciera ser más extensa de lo que es. Sin embargo, el grupo que comenzó por ahí en 2018, hoy se presenta con más fuerza ante el mundo gracias a la atención que ha suscitado su cuarto álbum “Getting Killed”. De a poco, el disco que involucra un complejo entramado de art rock-post punk o sus derivadas, es extremadamente original en su concepción, manteniendo unidos tantos elementos como les es posible.
“Getting Killed” asombra con un virtuosismo que podría recordar el impacto de Black Country, New Road en sus inicios o el desorden de black midi. Sin embargo, Geese es un monstruo por sí solo, donde desarman el free jazz o lo encuentran por casualidad entre tanto alboroto.
Canciones como “Cobra” o “Husbands” se acercan a una onda folk que perfectamente podría acabar en un álbum de Midlake y otras como “Au Pays du Cocaine” inventan un concepto nuevo tomando prestado algo de los setentas. Aún así, Geese es la nueva banda gen z, los nuevos inclasificables y la nueva obsesión para quienes necesitan más de una escucha para darle la vuelta a su propuesta.
3- Wet Leg - “moisturizer”

La banda liderada por Rhian Teasdale y Hester Chambers sorprende con “moisturizer”, su segundo trabajo. Tras haber encontrado el éxito viral con su primer álbum (y ser versionadas por Harry Styles), hoy logran administrar en buen nivel su característico sonido, manteniendo el control de su línea melódica pero esta vez con más color.
Wet Leg no son sólo un par de hits. “moisturizer” consolida su sonido sin perder frescura ni su capacidad para crear melodías pegadizas. Temas como “CPR”, “liquidize” y “catch these fists” muestran mayor riqueza en arreglos y texturas, mientras que canciones como “jennifer’s body” o “mangetout” mantienen su estilo guitarrero y carismático.
En conjunto, los tracks que integran “moisturizer” muestran a Wet Leg desarrollando aún una identidad más sólida, mezclando como siempre carisma, humor, ironía y dulzura en un disco uniforme que apunta a un crecimiento artístico en alza.
Por: Gustavo Inzunza
4- Ghost - Skeletá

Ghost, con su sexto álbum de estudio, los suecos logran uno de los capítulos más contundentes de su carrera, alcanzando la cima de la lista Billboard 200 por primera vez en su historia. Esta placa mantiene la característica impronta teatral de la banda, que se complementa con una faceta que se percibe mucho más intensa y emocional, con un set de canciones que cautivan y se quedan en la retina desde la primera escucha. Tobias Forge (Papa V Perpetua) lleva la narrativa a un plano más íntimo, sombrío y existencial, lo que combinado con una producción impecable y una sonoridad pop estratégicamente dosificada, lo convierten en una de las piezas imperdibles del año.
5- Garbage - Let All That We Imagine Be the Light

El regreso tras cuatro años de silencio discográfico, de los liderados por la carismática Shirley Manson, no dejó indiferentes a sus incondicionales fanáticos destacando por su frescura, honestidad, madurez y potente carga emocional de sus letras, muy en sintonía con la situación actual de la humanidad. El álbum fluye con total naturalidad a través de sus 10 cortes, sin alejarse demasiado de sus raíces sonoras, pero incorporando nuevos elementos que aportan vitalidad y tintes de optimismo en medio de un caos mediático. Este disco nace desde la incertidumbre de los últimos años, que incluyen el bloqueo creativo y la cirugía de cadera de su líder, y se convierte en una muy agradable sorpresa dando señales que Garbage se encuentra más vigente que nunca.
Por: Joaquín Bravo
6- Maruja - Pain to Power

Para ser honesto, llevaba meses esperando este disco. Después de esa racha increíble de EPs como Knocknarea y Connla’s Well, y con los sencillos que venían sacando, la vara estaba altísima. Siempre existe el miedo de que la banda pierda fuerza al momento de la verdad. Por suerte con Pain to Power pasó todo lo contrario y Maruja demostró que son una realidad sólida que pega fuerte.
Si le han seguido la pista a la banda, saben que esto se aleja del post-punk habitual que se escucha en todos lados. Desde que parte "Bloodsport" se siente esa mezcla única de jazz y furia. El saxofón de Joe Carroll es totalmente protagonista acá. Pelea el espacio con las guitarras y se siente como un grito desesperado mientras las voces te van narrando la cruda realidad.
En lo personal me impactó mucho cómo manejan la intensidad. Yo ya estaba rayando con "Look Down On Us" cuando salió como single. Escucharla ahí al medio del álbum es otra experiencia distinta porque funciona como una bestia de 10 minutos que crece de a poco. Es el alma del disco y te lleva desde la rabia política hacia un trance espiritual que te deja listo. Ahí te das cuenta de que la banda sabe perfectamente lo que hace.
Lo bacán es que el disco te da espacios para respirar entre tanta potencia. Temas como "Saoirse" bajan las revoluciones y muestran un lado mucho más emotivo. El cierre con "Reconcile" te deja con una sensación de esperanza real. Este álbum se siente como una curación para buscar una salida a través de la música en vez de quedarse solo en la queja.
Es loco pensar que vienen de Manchester porque Maruja suena a algo totalmente propio y fresco. Agarraron el jazz, el punk y el rap para armar algo urgente. Pain to Power le hace honor a su nombre al tomar ese dolor y convertirlo en potencia. Si los singles les gustaron, el disco completo es un viaje necesario. Para mí se postula firme como uno de los mejores discos del año.
7- betcover!! - 勇気 (Yuki)

Vengo siguiendo a betcover!! desde hace un par de años y sentía que venían construyendo algo grande. Después de la locura que fue Uma, este nuevo disco Yuki se siente como el paso lógico y maduro que necesitaban dar. Es impresionante cómo en tan poco tiempo lograron definir un sonido tan propio que mezcla el jazz-rock con una teatralidad que te deja loco.
Lo primero que destaca es la mano de Jim O'Rourke en la producción. El sonido es increíblemente limpio y cada instrumento tiene su espacio perfecto. Todo el álbum tiene una vibra como de película de detectives o cine noir que le queda increíble. Temas como "Go Go Steam" tienen una energía que te atrapa de una con ese ritmo medio latino y las guitarras funky que te hacen mover la cabeza aunque no quieras.
El saxofón de Kei Matsumaru es una joyita dentro del disco. No está ahí de adorno y conversa todo el rato con la voz de Jiro Yanase. Aunque uno no entienda nada de japonés, la emoción del vocalista se transmite igual, la barrera entre idiomas no es un impedimento. La primera mitad del álbum es bastante “movida” y después baja las revoluciones hacia algo más íntimo y oscuro en la segunda parte.
Es un trabajo conciso que dura menos de 40 minutos y no le sobra nada. Pasaron de la experimentación bruta a una elegancia y una clase que da gusto escuchar. Si les gusta el jazz fusión o simplemente quieren escuchar algo distinto y con mucha personalidad este disco es una obligación. Para mí alcanzaron el “peak” con este disco, siendo de lo mejor que han sacado hasta la fecha.
Por: Carol Celis
8- “VÁNDALOS” - Bandalos chinos

“Vándalos” confirmó a Bandalos Chinos como una de las propuestas más sólidas y visionarias del pop latinoamericano en la actualidad. Elegido entre los mejores álbumes del año, el disco marca un punto de madurez artística para la banda, que adopta una estética más oscura, introspectiva y elegante sin perder su sello melódico característico. Con una producción minuciosa, texturas synthpop envolventes y letras que transitan entre la melancolía, el deseo y la contradicción emocional, “Vándalos” se siente como un viaje nocturno que combina sofisticación, sensibilidad y una clara evolución sonora.
El reconocimiento internacional que ha recibido se explica por la forma en que el álbum captura un estado emocional colectivo sin renunciar al baile ni a la sutileza narrativa. Canciones como “Revelación”, “Te amo”, “Comando juntar” y “El ritmo” destacan por su construcción atmosférica y su capacidad de resonar tanto en escuchas íntimas como en escenarios en vivo. “Vándalos” no solo reafirma la identidad de Bandalos Chinos, sino que amplía su alcance y los posiciona como un referente regional capaz de innovar sin perder cercanía.
9- “PAPOTA” - Ca7riel y Paco amoroso

El lanzamiento de “Papota” confirmó el gran momento que están viviendo Ca7riel y Paco Amoroso. El álbum se transformó rápidamente en uno de los trabajos más celebrados del año gracias a su mezcla fresca de electrónica, pop y funk, y a ese estilo inconfundible que los hizo destacar desde el primer día. Con un sonido más pulido pero igual de irreverente, “Papota” conectó de inmediato con el público y la crítica, consolidando su lugar como una de las propuestas más originales de la región.
Este 2025 ha sido un año decisivo para el dúo: gira mundial con shows agotados, presencia en los principales festivales, impacto en plataformas y, como broche de oro, su victoria en los Grammy, un logro que sorprendió incluso a ellos mismos después de haberse burlado más de una vez de la ceremonia. Ese contraste entre humor y excelencia define perfectamente su esencia. Ca7riel y Paco Amoroso viven un momento de expansión y reconocimiento, demostrando que pueden marcar tendencia sin perder autenticidad. “Papota” es la prueba de que están en su punto más alto y de que, aun riéndose del sistema, terminan conquistándolo.
Por: Claudio Marileo
10- Deftones - Private Music

A cinco años de su último LP, Prívate Music se presenta no solo como el décimo álbum de estudio de Deftones, sino como una destilación magistral de todo lo que ha definido a la banda. Este trabajo supera las altas expectativas al sintetizar la dicotomía central de su carrea: La colisión entre la pesadez aplastante y la etérea ensoñación.
El trabajo textural es clave, las guitarras de Steph se sienten abrumadoras, funcionando mas como una capa densa y atmosférica que como un instrumento tradicional del metal y es el complemento perfecto para para la arquitectura electrónica de Frank en los synth. En tanto Chino Moreno ofrece una de sus interpretaciones más enfocadas, pasando de un grito visceral y desgarrado a un falsete suave y casi espectral en cuestión de segundos.
La potencia de Private Music reside en su capacidad de crear himnos que son simultáneamente intimos y expansivos. Temas como "My mind is a mountain" o "Milk of the Madonna" impactan con una energía desbordante, sin embargo son las piezas más atmosféricas y largas, como "Souvenir" y, en particular "Infinite Source", se erigen como el corazón palpitante del disco. Este disco no es un ejercicio de nostalgia, es una declaración de vigencia absoluta, capaz de sonar mas personal y poderoso que nunca.
11- Turnstile - Never Enough

El cuarto álbum de estudio de Turnstile, "Never Enough", consolida a la banda como una de las fuerzas más dinámicas y arriesgadas de la música contemporánea.
Este disco es una evolución ambiciosa que desafía las fronteras del hardcore. La banda se aventura a explorar una amalgama de sonidos que incluyen, rock alternativo, synth pop y new wave con sintetizadores y atmósferas más melódicas.
El álbum se siente como una montaña rusa emocional, alternando entre la energía cruda de sus orígenes como en “Sole” y “Sunshower" y momentos de calma introspectiva y melodías etéreas como en "Never Enough” y algunas partes de "Look Out for Me".
"Never Enough" es un disco polarizante para algunos, ya que se aleja de la crudeza de sus primeros trabajos. Sin embargo, su mayor mérito es la confianza con la que Turnstile expande su sonido, creando un proyecto vibrante, emocional y propositivo que apunta directamente al futuro del punk y el rock alternativo.
Por: Álvaro Rodríguez
12- Kevin Kaarl – Ultra Sodade

El músico mexicano Kevin Kaarl nos entregó en 2025 una catarsis melancólica con su tercer álbum de estudio, Ultra Sodade. Este larga duración, lanzado de manera completamente independiente en febrero, profundiza en la lírica característica del artista, donde la melancolía y la desilusión amorosa vuelven a ser protagonistas. Con una mezcla de folk y morna, Kevin consolida un estilo propio que se siente más maduro y pulido. Es casi inevitable identificarse con alguna de sus canciones: esta placa marca y sella esa habilidad suya de transformar la pena en música.
La guitarra funciona como un grito desesperado, cargado de ansiedad y de cuestionamientos emocionales. Kevin te atrapa y te guía por un viaje donde todo se vuelve otoñal: la sensación de mirar por la ventana de un auto mientras las hojas caen y el corazón se desborda de culpa. Canciones como “Esta Noche”, “Búscame Otra Vez”, “No Me Culpe por Sentir” o “Ultra Sodade” construyen el mapa emocional de este disco que confirma, una vez más, el alto nivel del artista mexicano.
13-Marina – Princess of Power

La cantante y compositora galesa Marina regresó este 2025 con Princess of Power, su sexto álbum de estudio. Este trabajo marca un nuevo capítulo en su carrera: es su primer lanzamiento totalmente independiente tras finalizar su larga relación con Atlantic Records, y llega como sucesor de Ancient Dreams in a Modern Land (2021).
En Princess of Power, Marina vuelve a lo mejor de su esencia. El electropop y el synth pop se apoderan del disco, construyendo un universo sonoro vibrante, luminoso y cargado de personalidad. Sus letras mantienen ese sello característico donde el empoderamiento, la autoconfianza y la libertad emocional conviven con melodías que invitan a bailar sin culpa.
La artista brilla con un carisma único y una voz inconfundible que atrapan desde la primera escucha.
Los sencillos que pavimentaron el camino hacia este lanzamiento —“Butterfly”, “Cupid's Girl” y “Cuntissimo”— funcionan como piezas clave de este puzle musical, cada uno mostrando una faceta distinta del poder creativo de Marina y preparando el terreno para un álbum que celebra fuerza, vulnerabilidad y reinvención.
14- Taylor Swift - The Life of a Showgirl

El duodécimo álbum de Taylor Swift, marca un giro luminoso y pop en la etapa más exitosa de su carrera. Tras el profundo The Tortured Poets Department, Swift reaparece con un disco breve de doce canciones y poco más de cuarenta minutos, lleno de energía dance-pop y colaboraciones destacadas como Sabrina Carpenter. El álbum dialoga con el fenómeno global del Eras Tour —ya convertido en la gira más taquillera de la historia, superando los 2 mil millones de dólares— y con su presente personal, más estable y celebratorio. Aquí la artista deja atrás el desamor para abrazar una narrativa de brillo, amor y diversión, reflejada en canciones como “The Fate of Ophelia” y “Actually Romantic”.
El disco consolidó su impacto desde el primer día: se transformó en el más reproducido en 24 horas en Spotify en 2025, reafirmando el magnetismo cultural de Swift. En The Life of a Showgirl, la cantante se reinventa sin perder su sello lírico, explorando nuevos territorios sonoros con soltura y confianza. El cierre, que da nombre al álbum, junto a Carpenter, funciona como una declaración sobre las exigencias de la industria hacia las mujeres, combinando crítica, humor y sororidad. El resultado es una entrega vibrante y accesible que confirma que, aun en la cima, Swift sigue desafiándose a sí misma y redefiniendo su propio pop.
Por: José Martínez
15- Lorien Testard - Clair Obscur Expedition 33 OST

Decir que el trabajo de Lorien Testard se remite a un mero acompañamiento estético y funcional es quedarse corto. Gran parte del éxito de la obra de Sandfall se debe precisamente al peso emocional de uno de los soundtracks más memorables que ha visto la industria audiovisual en los últimos años. Y no, no es exageración: más de una veintena de conciertos sinfónicos sold out en Europa, preorders de vinilo y CD completamente agotadas, y millones de reproducciones en Spotify o YouTube dan cuenta del impacto mundial que han generado Testard y compañía.
Escuchar Expedition 33 es una experiencia sonora que atrapa desde el primer instante: es épica y trágica, experimental pero familiar. Violines, guitarras acústicas y eléctricas, acordeones, saxos, voces angelicales (¡Alice Duport-Percier, por Dios!). Todo es preciso, gigantesco y magnánimo. Una gran ópera rock que conmueve incluso a quienes desconocen el periplo de Gustave y la historia humana —y necesaria— de la Expedición 33. Se escucha, se juega, se disfruta, se aprecia.
Me atrapaste: no es cine, no es gaming, no es música; es simplemente arte.
16- Buscabulla - Se Amaba Así

En diez canciones, Raquel y Luis lo dicen todo. Es un quiebre: el quiebre de ellos como pareja y como familia. Todo es drástico y melodramático, como una teleserie de las tres de la tarde en algún canal nacional. Y es que “Se Amaba Así” respira “amor latino”, tanto por sus temáticas como por sus boleros y salsas, que encuentran un aire original entre sintetizadores y atmósferas pop. El resultado es un álbum conceptual que conecta con las reflexiones de la pareja, los patrones dolorosos que se repiten en cada generación y, lo más importante, las formas de amar características de esta parte del mundo. “Se Amaba Así” es orgullo por las tradiciones latinoamericanas y, por supuesto, por su evolución constante.
17- Tame Impala - Deadbeat

Aburrido, soso, insípido. Así ha sido definido el último proyecto de Kevin Parker. ¿Ninguneado? Por supuesto. Y es que Parker jamás ha perdido la tecla: sigue siendo un músico obsesivo y de buen oído. En el fondo, continúa siendo el mismo: las ansiedades, los conflictos mentales, el escapismo. Deadbeat es un álbum que crece con cada escucha y que se disfruta más cuando se dejan de lado los prejuicios y suposiciones. Es un viaje psicodélico en clave EDM y pop que se plantea como un espiral: todo gira en círculos, casi redundante, pero siempre avanzando. Kevin cambia el “cómo”, pero mantiene ese camino hacia el escapismo y la psicodelia característica de Tame Impala, y Deadbeat es su ejercicio terapéutico.
Por: Jorge Núñez
18- First Day Back – Forward

First Day Back (Sta. Cruz, California) fue una de las gratas entregas de este año y su álbum Forward resultó una buena presentación de credenciales para la crítica y el público que va pirquineando todas las temporadas por rock nuevo y fresco. Mezcla entre la urgencia del rock contemporáneo y la sensibilidad pop de autor con guitarras tan duras como emotivas, melodías trabajadas y un vocalista que prioriza la verdad interpretativa sobre el lucimiento vocal o técnico.
Sus 9 canciones te dejan riffs, acordes que evocan algo de indie de hace ya algunos años y un canto emotivo con el que no es difícil enganchar, además del famoso “quiet loud quiet” instalado Frank Black hace ya 4 décadas, pero que en la propuesta de estos norteamericanos suena evolucionado, urgente (dura apenas 34 minutos) y fresco. Intensidad emocional, muy accesible en su superficie en el primer vistazo, pero con la suficiente complejidad para sostener el interés a largo plazo, algo tan difícil de lograr hoy en día.
19- Emmanuel horvilleur – mi año gótico

Año Gótico encuentra a Emmanuel Horvilleur en un punto de madurez creativa donde conviven su ADN histórico —funk suave, sensibilidad pop, guiños al soul y un pulso rítmico siempre elegante— con una atmósfera nocturna, bastante más introspectiva y estilizada. El disco funciona como un viaje breve pero bien curado, donde cada canción confirman una producción cuidada, letras que oscilan entre lo confesional y lo lúdico, y una estética sonora que busca seducir sin las estridencias de su vida anterior como IKV. La homónima “Año Gótico”, instala ese clima contenido y urbano. “Elástico” retoma el groove típico del artista. El humor ácido y la ironía en sus letras tienen “Tu Cara de Culo” como el mejor ejemplo en un album que destaca por un Horvilleur maduro y las colaboraiciones de consagrados como Fito Páez en el bossanova “Caetano”, Ale Sergi (Miranda!) y Javiera Mena en el pop electrónico de “Santo Domingo”, Julián Kartún en “En la moto” y Alex Anwandter en el single de adelanto Ya Es Tarde”.
Por: Savka Martinic
20- Sabrina Carpenter — Man’s Best Friend

Man’s Best Friend marca un punto clave en la carrera de Sabrina Carpenter iniciando por la portada que es sin duda uno de los aspectos más comentados ya que la cantante aparece posando en una composición visual simple pero hincada ante un hombre, burlándose de los estereotipos y expectativas que recaen sobre las mujeres. Su gesto es irónico y funciona como un adelanto del tono del álbum: un proyecto que juega con la provocación para ironizar en torno a los roles de los hombres y las mujeres. La portada es, así, una pieza de humor ácido y desafiante, coherente con la identidad del disco y de esta etapa más adulta de Sabrina. El disco se consolida como su séptimo álbum de estudio, y como una declaración de identidad: pop inteligente, audaz, con sabor retro y una marcada intención de confrontar lo que sucede en los vínculos amorosos desde una mujer empoderada. La base sonora oscila entre el pop, soft rock y matices de disco-funk, con tintes de décadas pasadas que aluden a referencias sutiles a ABBA y guiños al pop ochentero con la estética de club. De hecho, al ir recorriendo las canciones da la impresión de estar en un club con un rockola y si esto lo acompañamos con la estética característica de Sabrina genera en el espectador una sensación de haber viajado en el tiempo.
En cuanto a letras, el álbum recorre con franqueza el terreno de relaciones fallidas, decepciones amorosas, deseos, empoderamiento femenino y ambivalencia emocional. Todo esto haciendo una crítica y burla sutil hacia el comportamiento masculino con las mujeres en las relaciones que conforman. Así, este álbum viaja entre canciones que muestran vulnerabilidad, desamor y desencanto, y otras como When Did You Get Hot? o Go Go Juice que aceptan sin culpa el deseo, la provocación y la autoafirmación. En compañía de todos estos aciertos musicales del pop, la voz de Sabrina suena confiada, sensual y juguetona dependiendo de la canción y de la intención de cada letra. Y aunque el álbum dialoga a menudo con la sensualidad, pareciera ser que la intención es honesta: retratar las dinámicas amorosas y sexuales de su generación sin suavizantes, sino que de manera directa rondando la sátira en sus expresiones.
De esta manera, Man’s Best Friend es una producción pulida y cuidada, con inspiración retro pero sin caer en lo nostálgico cliché. Mezclando himnos de ruptura y canciones bailables con ritmos ochenteros que, apoyado de la apuesta estética (provocadora, audaz, a veces explícita), sin duda genera críticas sobre su portada e intenciones. Man’s Best Friend es un álbum que reafirma a Sabrina Carpenter como una figura central del pop contemporáneo. Es atrevido, divertido, melancólico cuando lo exige, y con una producción impecable que sabe homenajear lo retro sin perder actualidad. No es un disco conservador, pero sí honesto y con carácter. Ideal para quienes buscan pop con textura, actitud y un toque de rebelión.
21- Milo J - La vida era más corta

La vida era más corta marca un punto de inflexión para Milo J. Tras un cambio en su equipo de trabajo donde ahora su mamá asumió el rol de mánager, el artista abrió paso a una etapa más íntima, honesta y emocional. Este nuevo entorno, más familiar y seguro, se siente en cada rincón del álbum: hay una vulnerabilidad distinta, una necesidad de mirar hacia adentro y poner en palabras historias que antes parecían demasiado personales para exponer. El disco funciona como un recorrido sentimental lleno de cicatrices, memorias y preguntas abiertas basadas en sus propias experiencias y su barrio. Milo explora la nostalgia, la política, la muerte, la fragilidad de los vínculos afectivos, el lugar de la tristeza en la adolescencia y el tránsito hacia una adultez, entre otras temáticas difíciles de tramitar. Canciones como “Niño” son un reflejo directo de vivencias, donde revisita su infancia y adolescencia desde un lugar de sensibilidad cruda. No se limita a describir emociones; las vive en el estudio, permitiendo que el oyente entre a su mundo sin barreras.
Musicalmente, el álbum se mueve entre lo urbano y folclórico. Aunque su sonido mantiene la estética actual de lo urbano y el rap alternativo, está fuertemente atravesado por elementos folclóricos argentinos: guitarras criollas, armonías de raíz, climas acústicos y una melancolía rioplatense que parece respirarse en cada pausa. Milo utiliza estos recursos no como un guiño superficial, sino como parte orgánica de su identidad artística. Este álbum se nutre de su cultura, de su territorio, de la tradición que escucha en casa y de la que resignifica desde su generación.
La estética de los visualizers que acompañan al álbum actúa como un puente visual hacia la raíz emocional y cultural del disco: filmados en escenarios reales como pueblos, campos, calles, cementerios y rincones rurales, rehúyen la idealización turística del folklore y en su lugar construyen un retrato íntimo, humilde y genuino de la vida cotidiana, la memoria y las cicatrices del pasado. Cada plano sirve para sostener la melancolía de las letras, la nostalgia por raíces, la identidad compartida y la vulnerabilidad del relato. En canciones como Bajo de la piel o Niño, esa puesta visual potencia el mensaje de memoria, herencia y transformación personal.
El resultado es un álbum profundo y emocionalmente expansivo, que conecta por lo genuino y conmueve por lo humano. La vida era más corta no sólo consolida a Milo J como uno de los artistas jóvenes más sensibles y talentosos de Argentina, sino que también demuestra su compromiso con contar historias reales, arraigadas en su propia experiencia y en su herencia cultural. Es un disco que duele, abraza y acompaña, y que confirma que Milo no está solo haciendo canciones: está construyendo un lenguaje propio.
Por: Joaquín Reyes
22- Deafheaven – Lonely People with Power

La banda californiana de metal Deafheaven, entregó uno de los discos más arrolladores y revienta-tímpanos del año. Luego de sorprender a su fanaticada hace cuatro años con un proyecto más calmado y profundamente shoegaze como Infinite Granite, los liderados por los desgarradores gritos de George Clarke vuelven a sus raíces con 60 minutos cargados de furia. Riffs afilados, una batería veloz y abrasiva, melodías que deslumbran y un trabajo vocal de George que puede ser de lo mejor que ha mostrado. Pasajes melódicos se entrelazan de manera fenomenal con letras de desolación y adicción que Clarke escupe en varios temas. Incluso momentos inspirados en dream-pop, como en Body Behaviour, se ven potenciados aún más con el toque de black metal, que aquí funciona como un shot de energía directo a la vena.
23- Clipse – Let God Sort ’Em Out

Luego de más de 10 años de inactividad como dupla creativa Clipse, los hermanos más diabólicos de la historia del rap regresaron con un disco que, por su pulida ejecución y toneladas de talento comprimido, hace parecer que Push y Malice nunca dejaron de trabajar juntos. Una mezcla de estilos masterizada a la perfección y una producción impecable a cargo de Pharrell. Malice dispara versos desde un enfoque más reflexivo, mientras que Pusha-T te habla como si estuvieras en constante amenaza. Los temas de la calle, la coca y los lujos siguen presentes, pero con una esencia de madurez y retrospección que solo los años separados podían otorgar. Las colaboraciones con Kendrick Lamar, Tyler, the Creator y Nas refuerzan que este proyecto es fundamental en el panorama hip-hop de este año.
Por: Gabriela Torres
24- Javiera Mena - Inmersión

Inmersión muestra a una Javiera Mena más íntima y serena, alejándose a ratos de sus pulsos electrónicos para entrar en un territorio emocional más cálido y contemplativo. El disco funciona como una invitación a bajar el ritmo y sumergirse en un universo construido desde la vulnerabilidad y la ternura. Las primeras canciones —“Palacio de hielo”, “Na na na” y “Pez en el agua”, establecen esa atmósfera suave, moviéndose entre la calma y la introspección. Piezas como “Reina de la selva” y “Volver a llorar” profundizan en esa tensión entre fragilidad y fortaleza, mostrando un tránsito emocional honesto y sin exageraciones.
Uno de los momentos más luminosos llega con “Mar de coral”, la colaboración con Santiago Motorizado, donde ambas voces se encuentran en una balada que condensa la esencia del álbum: delicadeza, emoción y un brillo contenido. “Esta ciudad” suma una nota de nostalgia urbana que amplía el recorrido afectivo.
Hacia el final, “Absurda” y “Entropía” cierran el viaje reconociendo el caos interno, pero desde una luz cálida. Así, Inmersión se afirma como uno de los trabajos más personales de Javiera: un viaje hacia adentro que revela una madurez nueva y un modo distinto de conmover.
25- Kali Uchis - Sincerely

En Sincerely, Kali Uchis abre un espacio cálido y sereno donde el amor por su pareja, por su hijo y por ella misma— se vuelve protagonista. El disco captura un momento pleno de su vida y lo transforma en un refugio sonoro suave, íntimo y profundamente luminoso.
El álbum funciona como una carta de amor hecha melodías: cada canción fluye hacia la siguiente con una cohesión delicada, manteniendo momentos de calma, dulzura y romanticismo. La voz de Uchis, ligera y sedosa, sostiene ese universo emocional con una naturalidad conmovedora.
Temas como Tu corazón es mío, Young Rich & in Love, Diosa e It’s Just Us relatan distintas formas de afecto, entre la ternura cotidiana y un deseo que se siente cálido más que intenso. Son postales de un amor sano, lleno de gratitud y equilibrio.
En conjunto, Sincerely, Kali es un abrazo musical: un álbum honesto y luminoso que invita a escuchar con el corazón abierto y a dejarse envolver por la serenidad de alguien que está viviendo un momento hermoso de su vida.
Por: Paz Rojas
26- Rosalía - LUX

LUX es un álbum que siento como un viaje desde el barro hasta la luz, y eso Rosalía lo deja claro desde el primer bloque: “Sexo, Violencia y Llantas”, “Reliquia” y “Divinize” funcionan como una trilogía donde confiesa que su corazón nunca ha sido suyo, que siempre se da por completo, incluso cuando le arranca pedazos a su propia alma para entregarlos. “Porcelana” me recuerda mucho a Motomami: la textura, el quiebre, esa oscuridad elegante donde aparece la frase “ego sum lux mundi” (“yo soy la luz del mundo”). Pero aquí no suena iluminada, suena rota, como una luz que parpadea. Luego llega “Mio Cristo Piange Diamanti”, operística y casi cinematográfica. Aunque está en italiano, se entiende la intención: un Cristo llorando diamantes, como si el dolor se transformara en algo precioso. Es el primer momento donde el álbum empieza a elevarse.
“Berghain”, el single con Yves Tumor y Björk, es para mí un resumen perfecto del disco: Rosalía diciendo “solo soy un terrón de azúcar” en medio de una tormenta industrial, interrumpida por Björk anunciando que solo la intervención divina puede salvarnos, y rematada por Yves con un “I’ll fuck you till you love me”. Violencia, fragilidad, sexo, fe. Todo mezclado, lo sucio y lo sagrado a la vez.
Después viene “La Perla”, una de mis favoritas: una balada de despecho dirigida quizá a alguien específico o a un montón de hombres que cumplen todas las red flags que describe. En “Mundo Nuevo” aparece un giro orquestado que se siente precioso, seguido por “De Madrugá”, que suena como un eco siendo una canción rescatada de la era de El Mal Querer. “Dios es un Stalker” me encanta porque baja a Dios del pedestal: lo pone a la altura de un amor obsesivo mientras ella misma se vuelve la figura divina que persigue.
Con “Yugular” y “Sauvignon Blanc” vuelven los violines y la sensación de estar dentro de una iglesia. Y justo cuando el disco podría quedarse en lo etéreo, aparece “La Rumba del Perdón”, probablemente una de las canciones más fuertes del álbum: una rumba sobre la traición, acompañada por Estrella Morente y Sílvia Pérez Cruz.
El cierre con “Memória” (junto a Carminho) y “Magnolias” es profundamente nostálgico: el vino, el puro, la muerte, la celebración de lo vivido. Y esa frase final, “Dios desciende y yo asciendo”, lo resume todo, porque Rosalía va del barro a la devoción, de lo terrenal a lo divino, sin abandonar lo mundano que la hace humana.
27- Candelabro - Deseo, Carne y Voluntad

Escuchar Deseo, Carne y Voluntad es entrar en un territorio donde la tradición rockera chilena se mezcla con la tensión social permanente del país. Candelabro toma imágenes religiosas y populares no para hablar de fe en abstracto, sino para revisar memoria, cuerpo y conflicto desde un lenguaje propio, en una línea que recuerda a Congreso: sensibilidad poética, crítica social y una lectura amarga del país que habitamos.
El disco funciona como un recorrido interno atravesado por lo colectivo. “Las copas” revisa símbolos quebrados de nuestra historia reciente, mientras “Domingo de Ramos” baja todo a lo terrenal: instituciones, poder y esa mezcla de devoción y desconfianza tan chilena. Desde ahí se instala un tono de confrontación que atraviesa la obra, con una voz que carga culpas heredadas, cansancio y la sensación de estar viviendo en un país donde nada se resuelve del todo.
“Prisión de carne” y “Tumba” amplifican esa tensión: hablan de cuerpos limitados, encierro, desaparición y memoria—temas imposibles de desligar de la historia política chilena. Las letras observan el deterioro y lo que queda cuando las narrativas oficiales se caen. Candelabro convierte símbolos como la cruz, la sangre o la tierra en puntos de encuentro entre experiencias personales y heridas colectivas, despojándolos de solemnidad para devolverles su potencia cultural.
La crítica social aparece sin consignas: “Pecado” contrapone doctrina e injusticia con ironía, mientras “Tierra” sitúa las creencias y los miedos dentro de una línea histórica marcada por violencia y desigualdad. Candelabro no moraliza; observa cómo vivimos y cómo cargamos esa historia.
Hacia el final, el disco respira. “Fracaso” libera tensión; “Tres flores blancas” mira el paisaje como un lugar posible de recomienzo; y “Cáliz” reúne duelo, memoria y una esperanza discreta, como un cierre que no pretende resolver, sino dejar abierta la posibilidad de seguir.
Deseo, Carne y Voluntad es un trabajo que entiende a Chile desde la contradicción: un país que avanza desgastado, pero que insiste. Candelabro recoge esas tensiones y las convierte en una narrativa profundamente nuestra.
Por: Pedro Massai
28- Franz Ferdinand - The Human Fear

La creatividad de Kapranos, Hardy y compañía volvía a ponerse a prueba con The Human Fear, especialmente considerando que buena parte del material ya estaba encaminado hacia mediados de 2024. Algunos de estos tracks incluso sonaron en vivo en Chile durante Fauna Primavera, anticipando que los escoceses preparaban un giro significativo para este 2025. Y es que canciones como “Night or Day”, “Everydaydreamer” o “The Doctor” reactivan esa mecha propositiva que Franz Ferdinand lleva encendiendo por 24 años: ese lema tácito de “hacemos rock para bailar”, ahora con un pulso más refinado y una madurez que no renuncia a la urgencia rítmica de siempre.
The Human Fear se siente como una reflexión sobre la vulnerabilidad contemporánea, pero filtrada a través del habitual brillo bailable de la banda. Hay guitarras angulares, bajos que funcionan como latidos y un Kapranos que, más que narrar, nos guía por un paisaje emocional donde el miedo no paraliza, sino que impulsa. Franz Ferdinand logra así un equilibrio poco común: un disco que suena inmediato, pero que también deja huella, convirtiéndose en uno de los trabajos más sólidos y pertinentes de este 2025.
Canción imperdible: “Everydaydreamer”.
29- Cuarteto de Nos - Puertas

“Puertas” no es solo un disco: es otra entrada al colorido multiverso de El Cuarteto de Nos, donde conviven personajes como “El Hijo de Hernández” o “Damián”, moldeados con la inventiva filosa y lúdica de los rioplatenses. Aquí, canciones como “Esplín”, “Cara de Nada”, primer adelanto del álbum, “El Cuarto de Nico” o “El Perro de Alcibíades” se mueven entre el rock uruguayo característico, destellos de hip hop y esa veta urbana que siempre ha seducido a Roberto Musso en la historia creativa del grupo. El resultado es un material ágil y accesible, que marcó gran parte de las giras 2025, incluyendo su paso por Chile, escenario clave donde se dio el puntapié inicial a un recorrido que culminó hace apenas unas semanas en Montevideo.
Hay que abrir esta “Puerta”, porque condensa todo lo que hace al Cuarteto tan único: letras punzantes que dialogan con la vida moderna, arreglos que se mueven entre lo juguetón y lo reflexivo, y una producción que privilegia la claridad narrativa sin sacrificar energía. Es un disco donde cada canción abre un espacio propio, a veces incómodo, otras veces hilarante, y donde la banda demuestra que su creatividad sigue intacta, curiosa y valiente. En un año cargado de lanzamientos, “Puertas” destaca por su identidad sonora y su capacidad intrínseca de crear universos paralelos.
Canción imperdible: “Cara de Nada”.