Desde que debutó discográficamente con Espiral en el 2021, el nombre de Vnib (Anib) pasó de convertirse en el de una promesa al de una de las referencias ineludibles de la escena urbana de la novena región, exportando la consciencia de sus barras y la versatilidad de sus ritmos a escenarios de distintas regiones de Chile.
Paralelamente, el rapero y productor oriundo de Temuco se ha mantenido vigente en diversas colaboraciones y editando algunos sencillos como “Viendo pa adelante” y “Cuando cae la estrella”, sin embargo, fueron sus vivencias emocionalmente más personales el combustible inspirador para trazar los caminos de El Laberinto, una terapia musical que hoy encuentra su salida en forma de un nuevo EP.
Buscando una salida del laberinto mental:
La urgencia de plantear el debate de la salud mental como una necesidad básica para la población cobra cada día más fuerza como consecuencia de la intensidad de los tiempos que estamos viviendo. El arte no está exento de este síntoma social, siendo El Laberinto, el segundo título discográfico de Vnib, una confirmación de cómo las expresiones artísticas pueden ser muchas veces la única forma de canalizar emociones y crisis no atendidas como forma de autoanálisis y liberación.
Aníbal Albornoz reconoce que en este capítulo de su historia el núcleo y fuerza se concentra en la escritura de sus letras, encontrando en ésta un desahogo y búsqueda de respuestas en etapas psicológicamente confusas, en un vaivén anímico que terminó dándole forma a una obra de naturaleza aún más personal que la que inspiró su debut hace un par de años.
- “Sentía una sensación de ir cayendo conscientemente, pero sin poder hacer nada al respecto. Fui dándome cuenta de cómo esto iba afectando en mi vida y relaciones personales, sintiendo que, mientras todo esto sucedía, yo solo podía observar, pero no gestionar ni manejar estas situaciones. De un día estar bien y al otro no querer existir, una constante que se mantuvo por mucho tiempo.”
Vnib entiende de El Laberinto como una continuación de Espiral, el cual relataba sucesos que le tocó experimentar durante su fase creativa, mientras que su actual placa viene a ser una consecuencia o el reflejo de lo que esos sucesos provocaron en él. Reconoce que el título y concepto de la obra siempre estuvo destinado a ser el escogido, pero eso solo lo pudo definir cuando reparó de que seguía buscando sin parar la forma de sentirse mejor, no resignándose a permanecer en ese estado, intentando siempre encontrar “una salida de aquel laberinto”, agradeciendo principalmente a su compañera de vida por acompañarle con paciencia y contención en dicha odisea por las sombras que hoy observa con más distancia y claridad.
- “Solo espero que, si hay una persona que esté pasando por algo así́ y que se encuentre atrapada en su propio laberinto, mi música pueda servirle, aunque sea un poco para comprender que los momentos difíciles son parte de la vida, que no hay culpables, que siempre hacemos lo mejor que podemos en su momento y a veces los resultados no son lo que esperamos, pero no hay que castigarse por ello. Creo de corazón que la clave de todo es observarse y entender cómo uno procesa y entiende la información proveniente del mundo, porque justamente ahí está la respuesta.”
El Laberinto cuenta con las interesantes colaboraciones de Cauro Apa y Waldo Palma (de Segundo Aliento). Las instrumentales fueron compuestas por Vnib, a excepción del track “criedeaní” realizada por DRT. La grabación y la mezcla fue ejecutada por el propio Vnib, mientras que la responsabilidad de la masterización fue compartida por Adoking, Lexter y Vnib.
El arte del álbum fue realizado por el mismo autor, simbolizado el proceso de entender y aterrizar en papel el caos mental para darle forma a su particular y personal obra, extendiendo también su presencia y participación en la realización del vídeo clip que acompaña el estreno de El Laberinto, siendo escogido el track que lo abre, “El cambio”, producido audiovisualmente por Carlos Miranda de FatFilms.