The Mars Volta: De culto

Luego de décadas de carrera musical y tres visitas previas a nuestro país, The Mars Volta, por fin se presentó en Chile como el número único y principal de la noche, en una cita que tenía ese saborcito a “deuda saldada”, porque tanto la banda como sus seguidores locales, se merecían desde hace mucho tiempo una jornada como la de este miércoles. Los de Texas regresaron a nuestro país en el marco de la gira de reunión y promoción de su álbum, “The Mars Volta” (2022), para entregar casi dos horas de concierto frente a un Movistar Arena que, pese a que tuvo que ser reducido a la mitad de su capacidad debido a la baja venta de entradas, recibió a cientos de fanáticos que lo dieron todo durante una presentación que puede ser considerada de culto.

Por Sebastián Zumelzu

Foto por Jaime Valenzuela/DG Medios

Veinte minutos pasados de la hora pactada en el cronograma, Omar Rodríguez-López y Cedric Bixler-Zavala, junto a sus colegas, hicieron ingreso al escenario para dar el vamos con “Vicarious Atonement”, único corte extraído de “Amputechture” (2006), una pieza lenta y atmosférica que ayudó a preparar el ambiente para lo que estaba por venir. “Roulette Dares (The Haunt Of)”, marcó el inicio definitivo de la actuación y provocó la euforia del respetable que, entre saltos, cantos y empujones, no dejó de aprovechar al máximo cada minuto de los norteamericanos sobre el escenario. El sonido era algo disparejo en un inicio, con una mezcla que no dejaba entender todo lo que los músicos tocaban, pero conforme las canciones iban pasando, las cosas mejoraron y pudimos disfrutar en plenitud de la magia del conjunto. “L'Via L'Viaquez” fue la primera canción donde The Mars Volta sacó a relucir sus virtudes, destacando la participación del argentino, Leo Genovese, quien se lució en los teclados, marcando el primero de los tantos pasajes instrumentales que hicieron las delicias de los fans de la agrupación, pasando del desorden a la catarsis total.

Con la dinámica del concierto ya establecida, la velada se desarrolló entre canciones que servían como una especie de interludio para dar paso a las piezas más grandes, las que en su sección media se extendían y daban pie para que el grupo se lanzara y diera rienda suelta a su faceta más experimental. Dupletas como “Graveyard Love” y “Cygnus....Vismund Cygnus” o “Shore Story” y “Cicatriz ESP”, fueron prueba de aquello, en pasajes que, a ratos, se volvían algo excesivos debido a la repetición de la estructura durante el recital, pero que al mismo tiempo se sentían apropiados debido al contexto de la cita. The Mars Volta por fin estaba a sus anchas y podían hacer lo que querían sobre el escenario, y eso fue justamente lo que hicieron frente a una audiencia que no dejó de respaldar cada uno de sus movimientos.

Foto por Jaime Valenzuela/DG Medios

La cuarta visita del conjunto a la capital llegaba a su fin con “The Widow” y “Son et lumiere”, la cortina que precedió a “Inertiatic ESP”, el sencillo más famoso del grupo y que, hasta la fecha, nunca había sido tocada en nuestro país. La algarabía fue total en los últimos minutos de espectáculo, con una cancha donde era difícil mantenerse de pie mientras el grupo interpretaba la canción más intensa de su catálogo. El cierre fue por todo lo alto, y como suele ser costumbre, el grupo se apegó sagradamente al libreto y no hubo espacio para seguir disfrutando de su música.

The Mars Volta finalmente tuvo su noche de gloria en la capital y todos los que estuvimos presentes anoche en el Movistar Arena, podremos atesorar el recuerdo de una de las actuaciones más memorables de este 2023. Ojalá no sea la última vez que podamos disfrutar de la banda en un show a solas, pero lo que sí es seguro, es que lo que vivimos este miércoles fue un acontecimiento de culto.