The Adicts en Teatro Coliseo: Caos, descontrol y punk

La mítica banda británica de punk rock The Adicts regresó a Chile con su gira de despedida Viva la Revolution, presentándose en un Teatro Coliseo repleto. Fue una noche de desenfreno, locura y emoción que solo un grupo con más de cuarenta años de historia podía ofrecer. Ante un público fervoroso, los oriundos de Ipswich ofrecieron una verdadera cátedra de punk sobre el escenario, despidiéndose del público chileno como se merece: con energía, caos y una dosis de nostalgia por el fin de una agrupación que marcó a generaciones.

Por Álvaro Rodríguez Cárdenas

Fotos por Luis Marchant

Desde temprano, los alrededores del teatro se llenaron de fanáticos que se preparaban con la clásica previa. Entre cervezas, risas y recuerdos, se percibía un ambiente de fiesta, pero también de despedida. Las puertas abrieron a las siete de la tarde, y el público comenzó a ingresar poco a poco. Bastaban unos minutos dentro del recinto para entender que la jornada sería una de las más intensas del año. Todo estaba dispuesto para rendir homenaje a una banda que hizo del descontrol un arte.

Con menos del 20% del público adentro, apareció sobre el escenario la banda nacional Paranoia, encargada de abrir los fuegos. Durante media hora, el grupo ofreció un show potente y directo, con guitarras afiladas y una actitud que sintonizaba perfectamente con el espíritu de la jornada. Su presentación sirvió como una descarga previa que encendió los ánimos del público, que seguía ingresando mientras la temperatura y la expectativa aumentaban.

A medida que se acercaba la hora del show principal, el recinto se transformó. El sector cancha estaba completamente colmado y el calor era casi insoportable. A pesar de un retraso de quince minutos, la euforia no disminuía. Cuando las luces se apagaron y comenzaron a sonar los primeros acordes, el estallido fue total. The Adicts apareció sobre el escenario liderados por Monkey Warren, con su clásico maquillaje de payaso, su bastón y su traje cubierto de estampados; el resto de la banda, vestida de blanco con botas negras, completaba una imagen tan teatral como irreverente. Desde ese momento, la fiesta punk estaba oficialmente desatada.

El inicio fue arrollador:

“Let’s Go” marcó el punto de partida, seguida de “Joker in the Pack”, una de las más coreadas de la noche. El público respondió con pogos, bengalas y un frenesí que hizo recordar los días más intensos del punk ochentero. A ratos el calor se volvía sofocante, pero nadie parecía dispuesto a detenerse. Sonaron clásicos como “Horrorshow”, “Tango” y “Don’t Exploit Me”, con una entrega total tanto del grupo como del público, que parecía entender que aquella noche no habría segundas oportunidades.

A mitad del show, la intensidad dentro de la cancha obligó a muchos a buscar aire en los pasillos o refugio en la platea. Pero incluso ahí el ambiente era de pura energía: los coros, los saltos y las banderas se mezclaban con una emoción colectiva difícil de describir. The Adicts, fieles a su espíritu, mantuvieron un ritmo demoledor. La banda no solo repasó sus himnos, sino que también ofreció momentos de humor y complicidad con el público, demostrando que la conexión con Chile sigue intacta.

Visualmente, el espectáculo fue un deleite. Las pantallas proyectaban imágenes clásicas del cine y la televisión, reforzando el estilo teatral que siempre caracterizó a la agrupación. Confeti, luces, paraguas y gestos circenses acompañaron cada tema, convirtiendo el show en una experiencia tan punk como performática. Monkey Warren, con su carisma inagotable, comandó la locura con una mezcla de ironía y ternura que solo él puede lograr.

El cierre fue tan emotivo como caótico. Temas como “Viva la Revolution” y “Bad Boy” sonaron con fuerza, desatando los últimos pogos de la noche. Los fanáticos, agotados pero felices, coreaban cada palabra mientras la banda se despedía lanzando flores y besos al público. La ovación final fue ensordecedora. Más que una simple despedida, fue un agradecimiento mutuo: de los músicos hacia sus seguidores, y de los seguidores hacia una banda que hizo del caos su bandera.

Con este show, The Adicts sellaron su historia en Chile dejando una huella imborrable. Una presentación revolucionaria, intensa y profundamente humana, donde la teatralidad, el humor y la rebeldía se combinaron para dar vida a un espectáculo inolvidable. Su legado punk seguirá vivo en cada pogo, cada risa y cada grito que recuerde que la revolución —musical y personal— nunca se detiene.

PARANOIA

THE ADICTS

Setlist

Let's Go
Joker in the Pack
Horrorshow
Tango
Don't Exploit Me
Johnny Was a Soldier
Straight Jacket
Numbers
Troubadour
I Am Yours
Daydreamers Night
You're All Fools
My Baby Got Run Over by a Steamroller
Just Like Me
Who Spilt My Beer?
Fuck It Up
Crazy
Chinese Takeaway
Bad Boy
Viva la revolution
You'll Never Walk Alone
(Richard Rodgers cover)

Symphony no. 9 in D minor, op. 125 - IV. Finale ("Ode to Joy")