Ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales el segundo sencillo de Sonido Vainilla: “Discoteca”, tema que mezcla el electro con el synth pop y que trata acerca de un amor tóxico con una letra bastante explícita.
A la edad de 10 años, ingresé a estudiar piano en una academia, lo que me haría descubrir el mundo de la música desde adentro y más adelante llevarme a estudiar Pedagogía en Música en la Universidad de Concepción. Hoy en día me desempeño como profesor de música del colegio Santa Eufrasia de Concepción, por lo cual estoy todo el día entre guitarras, teclados, aulas y baterías, entre mi casa y el trabajo.
- "Formé parte de muchas bandas de distintos estilos musicales: afrobeat, cumbia, pop, reggae, varios tributos y hasta bandas karaokes, pero llegó un momento en que dije “basta”, ya no quería ser parte del proyecto de “alguien más”, y empecé a desempolvar un par de temas que había escrito hace algún tiempo".
En lo concreto me preocupo bastante de crear sonoridades con ritmos
brillantes y melodías llamativas, que la música suene bien en todas sus dimensiones, pero sin despreocupar la lírica, porque más que hacer un tema que “pegue” rápido, la idea es que haya coherencia y que no caiga en lo predecible ni en los típicos “clichés”.
- Me interesa que en cada canción se genere una historia en la mente de quien escucha, no se si finalmente se logra, pero hacia allá se apunta. Y bueno, el proyecto nace concretamente en diciembre del año 2019 con el primer sencillo, “Huracán”*.
Después de ese sencillo me encerré en mi estudio a componer, todo el
verano. En abril, hace poquito, se lanza el segundo sencillo: “Discoteca”, tema que mezcla el electro con el synth pop, muy bailable y con una letra bastante explícita que trata acerca de un amor tóxico, de esos típicos “remember” que vienen después de terminar una relación y que a veces nos dejan peor.
La música la grabo en el estudio de mi departamento, donde paso la mayor parte del día. Luego, llevo el trabajo en bruto donde un amigo, Fabián Villalobos, quien me graba las voces, hace la mezcla y masterización.
El proceso es bastante largo y arduo, con Fabián vemos los últimos detalles y, como los dos somos bastante perfeccionistas, a veces nos toma un poco más de tiempo el estar de acuerdo con el producto final, porque la premisa es que siempre puede sonar mejor de lo que suena.
El año pasado, por ahí por julio, estaba intentando componer, pero nada me convencía, no podía avanzar. Me dirigí a la cocina a prepararme un té y en eso olvidé que había dejado recién uno de esos aromatizantes eléctricos (con aroma a vainilla) a todo lo que daba, el departamento estaba tan pasado de olor que de verdad era insoportable, pero mágicamente volví al estudio y el tema fluyó como nunca, como si ese aroma me hubiera drogado. El sonido final se lo atribuí a la vainilla. En fin, mis dos temas están en spotify, para que pasen a escuchar el Sonido Vainilla.
Escucha Discoteque