Con un catálogo plagado de hits y demostrando su potente lazo junto a los Electrodomésticos, Pettinellis demostró que volvió con todo y entregó un sólido show en el teatro coliseo.
Presentando nueva música e interpretando interesantes covers, el grupo liderado por Álvaro Henríquez se mostró cercano al público y encendió la noche del sábado santiaguino.
Por José Tomás Prado
Foto por Reiner Gonzáles
La noche del pasado 15 de julio vio como dos bandas insignes del rock chileno reforzaban su hermandad al compartir el escenario del Teatro Coliseo. Ambas agrupaciones que, a pesar del pasar de los años y los cambios de formaciones, lograron reinventarse y dejar en claro una inquietud musical que les ha permitido liberar material nuevo durante este año.
Las luces del teatro se atenuaron por primera vez tras un leve retraso después de dar las 20 horas. Carlos Cabezas y compañía entraron a escena entre humo y una misteriosa iluminación azulada que emocionó a quienes ya empezaban a ocupar el teatro capitalino. “Un Pez” y “Canción Azul” fueron las encargadas de abrir los fuegos y demostrar la potente presencia de Cabezas sobre el escenario.
Foto por Reiner Gonzáles
El primer gran coro de la noche llegó con “Has Sabido Sufrir”, donde la Les Paul de Cabezas soltó sus primeros acordes y entregó el ánimo necesario para encender a un público que se mostraba expectante.
La teatralidad de la agrupación se vió reflejada en un setlist que repasó cortes de “Se Caiga El Cielo” (2013) y “Ex La Humanidad” (2017), demostrando el énfasis sobre los últimos lanzamientos en esta nueva etapa de la banda.
Cerca de la hora límite, el líder de “los electro” de dirigió a su público para presentar a Álvaro Henriquezcon quien forjaron un duelo de guitarras en una memorable interpretación de “El Frío Misterio”, que emocionó a los fanáticos de ambos estandartes del rock chileno. El último número llegó de la mano de “Después De Muerto”, el último single de la banda. Con la potencia de la batería y el delivery emocional de la voz de Cabezas como foco principal, la renovada banda sorprendió y dejó la mesa servida para continuar con una prometedora jornada.
A pesar de salir a escenario fuera del horario pactado, Pettinellis causó la emoción de sus fanáticos desde que empezaron los primeros golpes de batería en “A Go-Go”. La potencia y personalidad de Boris Ramírez tras el kit logró conectar instantáneamente con un público que ya había colmado el Teatro y bailaba con la instrumental que generalmente abre las presentaciones de la banda. “No Hables Tanto” llegó como un shot de energía que demostró la potencia en vivo de Álvaro y los suyos.
El éxito del debut homónimo de la banda hace 20 años quedó demostrado en una presentación que parecía soltar hit tras hit. “Niña” y “El Desquite” fueron la antesala para que se produjera el momento más especial de la noche. Tras agradecer al público, Álvaro devolvió la mano e invitó nuevamente a Carlos Cabezas para interpretar una estupenda versión de Hospital”, en lo que fue seguramente el gran highlight de la jornada.
Un setlist basado en los clásicos de la banda se ganó a los presentes, que acompañaron en la mayoría de los coros y aplaudieron cada solo de guitarra. Como sorpresa se presentó “Fue Algo Que Dije”, un tema inédito y que seguramente verá la luz junto a nuevo material en un futuro cercano. El buen recibimiento del público permitió buenas interpretaciones de interesantes covers: “Araunco Tiene Una Pena”, “Yendo de la Cama al Living”, “There She Goes” y “Arriba Quemando El Sol”.
Foto por Reiner Gonzáles
Una presentación que además de incluir “Caballo Sin Dueño”, el último single de la banda, cerró una gran jornada de rock chileno con la siempre bailable y entretenida “Ch Ba Puta la Güeá”. Un final que dejó a todo el teatro saltando y felices de compartir nuevamente con dos pesos pesados de la música chilena, en una jornada que demostró la vigencia y hermandad entre dos grandes bandas.
Galería fotográfica por Reiner Gonzáles
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