La serie High Fidelity, basada en el libro homónimo y que ya cuenta con una popular adaptación en película protagonizada por John Cusack, vuelve para traernos una reflexión sobre el desamor lleno de música y playlists.
Por Valentina Tagle
En una jugada predecible pero eficiente, la cadena de streaming Hulu lanzó el 14 de febrero la temporada completa de su nueva serie Alta Fidelidad (High Fidelity). Con Nick Horby (el autor de la novela original) como productor ejecutivo y protagonizada por la encantadora Zoe Kravitz (hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet, quien salía en la película original) la serie nos cuenta la historia de Rob, la joven dueña de una tienda de vinilos que, hablándole a la cámara, hace un recuento de los 5 quiebres amorosos que más le han afectado en su vida.
Completan el elenco los amigos/trabajadores de la tienda de Rob: Simon (David H. Holmes), ex pareja de Rob y sobre quien recae uno capítulos más entrañables de la serie; y Cherise (Da’vine Joy Randolph, quien ya había sorprendido por su papel en Dolemite Is My Name) que brilla como la contraparte humorística en un personaje que en su momento lanzó a la fama a Jack Black.
La serie le da un vuelco a la popular película del 2000 cambiando no solo el género de los personajes, sino que actualizando la historia, dando paso a nuevas discusiones y dejando atrás el contenido de misoginia interiorizada de la versión original (una práctica bastante común en las comedias románticas a principios del siglo 21).
Por esta razón, va alcanzando su punto más alto a medida que va dejando atrás su intento de emular la película original. La idea de mantener algunos diálogos, escenas y momentos puede presentarse como un homenaje pero se convierte en una trampa al limitar un desarrollo más fluido de la trama. Al contrario, una vez que se aleja de ser un simple espejo de aquella versión, la protagonista llega a un punto de madurez que la versión de Cusack jamás alcanzó, estableciendo la promesa de que tal vez en algún momento (¿segunda temporada?) pueda llegar a ser una obra que se pare por sí misma.
Alta Fidelidad nos entrega grandes momentos que serán un gozo para quienes disfrutan maratonear una buena comedia, pero también para los melómanos. ¿Cuál el es contenido político detrás de la música disco? ¿Comprarías una colección gigante de vinilos originales a 20 dólares solo porque una artista resentida quiere eliminar cualquier rastro de su egocéntrico ex marido? ¿Se puede hacer un top 5 de álbumes de Bowie o tiene tantos buenos que tratar de hacer un ranking es inútil? Y finalmente ¿Está muerto el formato del vinilo?
De la mano de David Bowie, Prince, Frank Ocean, Fleetwood Mac, con bromas sobre Weezer y hasta una discusión sobre la controvertida figura de Michael Jackson en el mundo de la música, Alta Fidelidad es un paseo musical sobre los grandes éxitos del amor, el despecho, la amistad… en forma de playlist.