Placebo: Viviendo el presente

La gira de promoción de su octavo álbum de estudio, “Never Let Me Go” (2022), se convirtió en la excusa perfecta para que Placebo regresara a nuestro país tras una extensa ausencia de casi una década, visita más que anhelada por la incondicional fanaticada nacional que rápidamente agotaron los tickets disponibles y obligaron a agendar una segunda fecha. El Movistar Arena fue el lugar escogido para albergar la séptima presentación en Chile de Brian Molko y Stefan Olsdal, y desde muy temprano los miles de seguidores de la banda empezaron a repletar cada una de las locaciones del recinto del Parque O’Higgins.

Por Gustavo Inzunza

Foto por Daniela Toledo

Tal como había sido anunciado en la previa, los encargados de calentar el ambiente fueron la banda nacional Diavol Strain y el dúo rock británico Big Special, quienes cumplieron a cabalidad la difícil misión de apaciguar la ansiedad y euforia que suponía un nuevo encuentro con Placebo. Durante los minutos previos al inicio del show un texto en inglés y español invadió las pantallas: “Queridos fans de Placebo, nos gustaría pedirles amablemente que NO pasen el concierto grabando con sus teléfonos móviles. Esto hace que la presentación sea mucho más difícil, es más difícil conectar con ustedes y comunicar eficazmente las emociones de nuestras canciones. También es una falta de respeto hacia los demás asistentes al concierto que quieren ver el espectáculo, no las pantallas de sus teléfonos”, estableciendo un desafío altamente complejo para todos aquellos fanáticos que caen en la tentación de capturar la experiencia en sus dispositivos móviles.

Siendo las 21:00 hrs. en punto, en medio de una estruendosa ovación que inundó el recinto desde todos sus rincones, Molko y **Olsdal hicieron su aparición en el escenario del Movistar Arena, flanqueados por los cuatro músicos encargados de acompañar la presentación: Angela Chan, Nick Gavrilovic, Bill Lloyd y Matt Lunn. Placebo ha sido consistente en sus declaraciones previas respecto a que no les interesa realizar shows de grandes éxitos o configurar sus setlist en base a lo que esperan sus fanáticos, por el contrario, se atreven con una propuesta diametralmente opuesta, estructurar su presentación en base a su presente sonoro haciendo parte al público de esta experiencia tan propia y visceral, lo que queda en evidencia en la primera parte del concierto donde destacan su material más reciente con “Forever Chemicals”, “Beautiful James” y “Hugz”.

Toda la emoción y sensibilidad de “Happy Birthday in the Sky”, cuarto sencillo de su último larga duración que habla sobre el dolor de perder a un ser querido, inunda y penetra las más de 16.000 almas presentes, pasaje que contrasta con la energía desbordada de “Bionic”, que se hace presente en una suerte de remembranza de su álbum debut, “Placebo” (1996). El duo estructura un collage de sonidos y emociones, mezcla precisa de texturas, revoluciones y perfecta sintonía con el público, tomando fragmentos de su más reciente placa, tales como: "Twin Demons", "Surrounded by Spies" y "Try Better Next Time", armonizados con cortes antiguos que han sabido resistir el paso de los años: "Soulmates", lado B de "Sleeping With Ghosts" (2003), "Too Many Friends" y “Exit Wounds” del álbum "Loud Like Love" (2013).

En tiempos dominados por la tecnología resulta un verdadero privilegio poder degustar un show sin la molesta presencia de celulares entorpeciendo la visual y en donde el foco es la calidad de la vivencia por sobre capturar la mejor fotografía o video para publicar en redes sociales. La esencia de Placebo es sin lugar a duda el carisma de Brian Molko, lo que queda en evidencia en el magnetismo que transmite con su puesta en escena, con una muy cuidada voz y el sentimiento que impregna en cada interpretación, independientemente si son canciones nuevas que pocas veces han sonado en vivo o temas que llevan presente varias décadas en el inconsciente colectivo. La última parte del show revisita la primera mitad de su carrera, con un repaso fugaz por “Black Market Music” (2000), “Sleeping with Ghosts” (2003), “Meds” (2006) y “Battle for the Sun” (2009), entremezclando canciones rebosantes de energía, como “For What It's Worth”, “Slave to the Wage” y “The Bitter End”, el punto más alto de la jornada, hasta la profundidad y emotividad de “Song to Say Goodbye”.

Tras una breve ausencia de 5 minutos, que pareció una eternidad para cada una de las almas presentes en el Movistar Arena que no dejaron de gritar y aplaudir, Placebo regresa a escena para inyectar una última dosis de energía y poner punto final a una velada mágica y especial. El sencillo “Taste In Men” vuelve a encender el ambiente y conecta de inmediato con el público en formato de trance colectivo, para posteriormente dar paso al último tema de su más reciente producción, en donde el ritmo pausado y las letras cargadas al pesimismo y la frustración de “Fix Yourself” hacen descender bruscamente la intensidad. El cierre estuvo matizado con los sonidos experimentales y sintéticos de “Running Up That Hill (A Deal With God)”, cover de la cantante y compositora británica Kate Bush, con Molko y Olsdal abandonando el escenario en medio de las múltiples muestras de gratitud y un aire generalizado de profunda satisfacción.

Independientemente que la consigna previa de dar un repaso general a “Never Let Me Go” se cumplió a la perfección, con un rol protagónico de esta placa a largo de todo el show, Placebo también se dio el gusto de celebrar sus tres décadas de trayectoria con un recorrido por casi la totalidad de su discografía, solo dejando afuera Without You I'm Nothing” (1998), mostrando una ejecución potente con muy pocas fisuras e imperfecciones, y una complicidad absoluta con el público nacional, en una comunión que va más allá de lo netamente musical. En una impecable presentación de poco más de 100 minutos de música, llena de emotividad, energía y glamour, Placebo demostró que se encuentran más vigentes que nunca, en una suerte de reinvención sonora que tras una década de silencio discográfico vuelve a cautivar a sus fanáticos, y en donde ni siquiera fue necesario echar mano a sus grandes éxitos para configurar una experiencia única y trascendental. Tal como mostraban las pantallas previo al inicio del show; este momento exacto nunca volverá a suceder y somos afortunados de haberlo vivido.

Setlist

1.- Forever Chemicals
2.- Beautiful James
3.- Scene of the Crime
4.- Hugz
5.- Happy Birthday in the Sky
6.- Bionic
7.- Twin Demons
8.- Surrounded by Spies
9.- Soulmates
10.- Sad White Reggae
11.- Try Better Next Time
12.- Too Many Friends
13.- Went Missing
14.- Exit Wounds
15.- For What It's Worth
16.- Slave to the Wage
17.- Song to Say Goodbye
18.- The Bitter End
19.- Infra-red
20.- Taste In Men
21.- Fix Yourself
22.- Running Up That Hill (A Deal With God) (cover de Kate Bush)

Galería fotográfica por Daniela Toledo A.

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