El cantautor y productor chileno radicado en Barcelona presenta su nuevo trabajo "Gotas", single que cuenta con el apoyo y asesoría de Benjamín Walker.
A veces encontrar nuestro sendero definitivo conlleva tiempo; Nicolás Schmidt es un artista muy consciente de aquello y en “Gotas”, su nuevo sencillo, logra encaminar las sonoridades más fieles que moldearán su proyecto de ahora en adelante.
Esta interesante propuesta, que fusiona el NeoSoul con Pop Progresivo, reproduce el cansancio mental a través de gotas de agua cayendo al son del tik tak de un incesante reloj, generando así una aplastante e imparable introspección musical que cuenta con influencias como la canción “Redbone” de Childish Gambino e impredecibles progresiones al estilo de
Snarky Puppy.
- “Pretendía hacer una especie de batalla al mundo de la rutina y vida cotidiana a través del desarrollo de un espacio de autorreflexión Esto en modo de pausa para volver a centrarse, sobre todo en estos tiempos de crisis de salud mental”, explica Nicolás Schmidt.
La génesis fue en medio de un viaje luego de arduos meses de trabajo. El burnout era patente y un baño de tina fue el relajante escenario para que las melodías y el desarrollo de un agotador, pero esperanzador mood, aparecieran. De esta manera, “Gotas” aborda la dualidad sanadora y atrapante que el agua puede evocar en nosotros.
Sus líricas, por otra parte, contaron con múltiples estrategias creativas y apoyo externo para ser lo que son:
- “recibí harta ayuda en el proceso creativo y el resultado está bueno. Partió con la base de usar las gotas cayendo como metrónomo”, relata Schmidt, quién utilizó un mapa de araña para relacionar conceptos y un sabio consejo del cantautor nacional Benjamín Walker.
- “Le conté que estaba complicado y me dijo que quizás partí pintando un paisaje sin protagonista, cosa que cuesta mucho emprender. ‘Te recomendaría hacerlo al revés, primero crear al protagonista y después pintar el espacio’ me dijo, y así lo hice de hecho”, cuenta en relación a su meticuloso trabajo.
“Gotas” fue grabada en el Home Studio de Nicolás Schmidt y contó con la colaboración de Martín Sokol en bajos, Tomás Croxatto en baterías y Vicente Aylwin en el saxofón.
Mientras que su portada fue realizada bajo el uso de técnicas generativas de Inteligencia
Artificial:
- “le pedí literalmente que armara algo en base a la letra de la canción y me sorprendió mucho que pudiera interpretar tan bien la metáfora de esta”, manifiesta Nicolás Schmidt.