A veinte años del lanzamiento de su primer álbum, Clap Your Hands Say Yeah continúa sonando con fuerza entre quienes crecieron al alero del indie de los 2000. El disco debut homónimo, con su voz temblorosa y estructuras libres, se convirtió en una rareza entrañable que atrajo a David Bowie y David Byrne así como marcó a toda una generación. A dos décadas de su salida, su sonido sigue recorriendo escenarios del mundo.
Por: Paz Rojas G.
En el marco de su gira aniversario, hablamos con Alec Ounsworth, vocalista y fundador de la banda, sobre los recuerdos de esa época, los cambios de la industria y su vínculo con Chile.
Hola Alec, muchas gracias por tu tiempo. Estamos muy contentos de tenerte aquí, especialmente mientras celebras un hito tan importante con el 20º aniversario del álbum debut. Quería comenzar preguntándote: tú ya hiciste una gira cuando se cumplieron 10 años del disco, pero esta parece un poco más especial. ¿Lo sientes así?
- Creo que es especial. Cada vez que tengo una excusa para tocar este álbum, la tomo. Por alguna razón arbitraria, la gente considera que los diez años son algo que hay que celebrar. Y para mí, simplemente es una buena oportunidad para presentar un trabajo del cual sigo sintiéndome orgulloso, en diferentes partes del mundo. Es una buena excusa para mostrar el disco nuevamente, eso es todo. ¿Es más notable que la gira de los diez años? No lo sé... tal vez la del 30 sea más memorable que la del 20.
¿Qué emociones surgen cuando interpretas estas canciones veinte años después?
- Parte de lo que ocurre es que recuerdo cómo era todo hace 20 años. De hecho, escribí la mayoría de estas canciones incluso un poco antes. Y aún me parecen sorprendentemente relevantes. Algunas me pegan fuerte, porque suenan como la voz de un joven de 25 o 26 años que intenta entender cómo avanzar en la vida. Eso sigue siendo bastante emocional para mí, y también muy importante.
Tu disco debut fue parte del fenómeno de los blogs y las bandas sin sello. ¿Cómo recuerdas ese momento?
- Sí, es curioso eso del “fenómeno de Internet”. Me cuesta definirlo porque en ese entonces, y todavía ahora, estoy bastante alejado del mundo digital y de sus implicancias. Pero entiendo la percepción. Supongo que fuimos conocidos gracias a Internet, como muchas bandas que emergían en ese momento. Pero me gusta pensar que hubo algo más. Estuvimos tocando en Nueva York durante dos años antes de sacar el disco, así que creo que no fue solo gracias a Internet. Seguimos siendo independientes. Nunca tuvimos una discográfica que nos dijera qué hacer ni que invirtiera en publicidad. Eso fue parte de lo especial: que el disco se compartió de forma natural. Eso es lo mejor que puede ofrecer Internet.
¿Sientes que la industria ha cambiado mucho desde entonces para los artistas independientes?
- Depende de la banda. Algunas aún consiguen atención solo porque su música es buena, sin necesidad de un sello o una estrategia de marketing. Por ejemplo, pienso en un músico llamado Cameron Winter que lanzó un álbum hace poco. No creo que tuviera mucha prensa, ni siquiera estoy seguro de que tenga Instagram, pero el álbum es bueno, y eso fue suficiente. En cambio, hay muchos discos que no me parecen buenos, pero que reciben promoción porque una disquera cree que son vendibles. Entonces la gente los escucha… incluso si no valen la pena. A veces escuchan un single, creen que todo el disco será igual, y no es así.
Pero bueno, eso siempre ha pasado, no es exclusivo de ahora. En esta reedición incluiste una canción inédita, “Heavy Metal”. ¿Hay más de esa época que no hayamos escuchado?
- “Heavy Metal” fue una canción que compuse antes de ir al estudio por primera vez. De hecho, grabamos una versión ahí, pero por alguna razón sentí que no encajaba con las demás canciones del álbum. Así que decidí rehacerla. La versión que salió ahora como single es muy distinta a la original. No sé cuál es mejor, pero creo que funciona bien por sí sola. En el contexto del disco, sentía que no tenía tanto sentido. Fue una época divertida: aprender cómo hacer un álbum, experimentar. Para mí fue muy valioso.
En esta gira vienes a América Latina, incluida una parada en Chile. ¿Qué te motiva a venir acá?
Santiago, en particular, ha sido muy generoso conmigo en estos 20 años. He tocado allá, creo, unas tres veces, y siempre ha sido una buena experiencia. De hecho, tengo amigos en Chile, y eso también lo hace especial. Me gusta la ciudad, y si hay una oportunidad de tocar donde la gente realmente aprecia la música, trato de aprovecharla.
¿Tienes alguna conexión musical con Chile o la región?
- Me preguntan eso a menudo. Conozco algunas cosas tradicionales, pero no mucho de lo más actual. Hace algunos años toqué en un festival allá —creo que era Primavera Fauna— y me pareció muy buena la idea que tenían: una banda internacional, luego una banda chilena, turnándose. Eso fue genial. Me di cuenta de que había mucho talento local, y fue muy lindo verlo.
¿Qué viene para ti después de esta gira? ¿Estás trabajando en nuevo material?
- Sí, estoy trabajando en material nuevo. Apenas termine este viaje, me concentraré en eso. También estoy haciendo música para cine. He estado escribiendo mucho, aunque no sé todavía qué hacer con eso. Tal vez publique algo, pero no en formato de canción necesariamente. En todo caso, sí: estoy metido en varias cosas a la vez.
Clap Your Hands Say Yeah está de vuelta en Chile con un show especial para sus más fieles seguidores donde interpretarán el álbum en su totalidad junto con otras sorpresas, además de presentar una reedición exclusiva. La cita será el viernes 14 de junio en Club Chocolate a las 21:00.