El talentoso pianista ofreció una proverbial presentación en el recinto de Bellavista en compañía de una banda en formato quinteto que derrochó calidad musical. Durante una noche que entregó mucho Jazz, el londinense pudo firmar su primera visita en nuestro país con un show que bordeó las dos horas de duración y que entregó una propuesta apoteósica.
Por Fernando Vilches
Foto por Gabriel Rivera
Alfa Sekitoleko con tan sólo quince años ya producía sus propios beats. El británico trabajaba sobre el conocido formato de los Grime Beats, los cuales se distinguen por tener un sonido más “sucio” que las bases tradicionales. Manejaba y experimentaba sobre sus propias creaciones gracias a las cortesías del sampling y la conjugación de diversos estilos. Esta técnica lo introdujo eventualmente al género que definiría parte de su característico sonido: al Jazz.
Así, Alfa Mist descubrió que junto a la mezcla del Hip Hop y el Jazz podía lograr ganarse un espacio en el terreno del Nu Jazz y la experimentación. El pasado jueves pudimos experimentar esta mezcla de matices y lo mejor de todo, disfrutar de una coherencia instrumental única.
A eso de las 20:30 horas, el proyecto Exiend se encargó de preparar a la audiencia con una atmósfera única. Los teloneros cumplieron con creces en la previa de la noche gracias a innovadoras pistas de audio, beats y líneas de bajo, acompañadas por el magistral trabajo de Cristián Gallardo en los vientos, quién deleitó a los asistentes con la flauta traversa y el saxofón.
El debut de Alfa Mist en nuestro país tenía el inmejorable antecedente que cualquier artista o banda sueña con recolectar en su primera vez: el show estaba sold out. Un dato contundente que nos da una idea de la antesala que se vivía en el Club Chocolate. A las 21:15, el londinense portando su jockey característico se posicionó en las teclas junto a su usual banda: Jas Kayser en la batería, Kaya Thomas-Dyke en el bajo y voces, Jamie Leeming en la guitarra y Johnny Woodham en la trompeta.
El show comenzó de lleno con “Galaxy”, un tema de Eddie Henderson que el pianista reversionó con sus arreglos en una compilación del prestigioso sello Blue Note, “Blue Note Re:imagened”. Con absorbentes visuales – las cuales se paseaban por dibujos surrealistas – y jams de larga duración, comenzábamos a entender la propuesta que Alfa Mist y su banda vino a presentar a nuestro país.
A medida que el show se fue desarrollando, el británico les dio espacio a sus acompañantes para que mostrarán sus dotes musicales. La primera intervención fue para las cuerdas de Jamie Leeming, quién se interpretó con destreza un prolijo solo de guitarra.
Durante “Mind The Gap” pudimos presenciar una de las marcas registradas de Alfa, quién mientras su banda complementaba la pista, pudo rapear sobre el tema. Punto aparte para el tremendo desplante que ofreció Johnny Woodham en la trompeta, quién no dejó a ninguna persona indiferente.
“Aged Eyes”, canción del último LP de Alfa Mist, contó con las tremendas vocales de Kaya Thomas-Dyke, una de sus más leales colaboradoras. La también bajista ofreció una depurada interpretación que también sirvió para agregar una capa melódica más al espectáculo y generar gritos espontáneos.
El climax de la presentación llegó con la inapelable “Organic Rust”, tema cúspide del británico que sobrepasó los diez minutos de duración entre impecables solos de batería de Jas Kayser y una cohesión impecable entre las cuerdas y las teclas. Con un final apoteósico, los protagonistas de la velada recolectaron aplausos en cada esquina del Club Chocolate para así firmar un debut fenomenal.
Entre muecas y caras de aprobación por parte del pianista, la banda fluyó armónicamente entre las canciones con una precisión de un reloj suizo. Gracias a los espacios que el londinense les entregó a sus compañeros de escenario, el show pudo ver diferentes espacios melódicos que construyeron un ambiente único en el recinto de Bellavista. Sin duda que formará parte de los shows jazzeros más destacados de este 2024.
Fotos por Gabriel Rivera
ALFA MIST