Iron Maiden prepara su regreso a nuestro país, y para ello haremos un repaso de su último álbum de estudio, Senjutsu, lanzado en septiembre de 2021 bajo el sello Parlophone Records. Este disco, que vino a reemplazar a The Book of Souls de 2015, nos trae un total de 10 canciones distribuidas en dos discos. En este trabajo, Iron Maiden sigue modernizando su sonido y alejándose cada vez más de los estilos de sus inicios.
Por: Álvaro Rodríguez
Luego de seis años y tras una pausa adicional de dos años, Iron Maiden finalmente reapareció con un nuevo disco de estudio. Con Senjutsu, la banda sorprendió al mundo y estableció la brecha de tiempo más larga entre álbumes en su historia. Además, es la segunda producción doble en su trayectoria. En este trabajo, Steve Harris se destaca como el principal compositor, sin ninguna colaboración del guitarrista Dave Murray.
Desde hace muchos años, los discos de Iron Maiden se han caracterizado por ser anti-nostalgia, en contraste con colegas que han retomado sus raíces más icónicas. Este enfoque va en contra de lo que muchos fanáticos esperan, ya que muchos seguidores se sienten atraídos por los primeros discos del grupo. Sin embargo, Maiden continúa con su filosofía de ofrecer lo que ellos creen que deben entregar al público, manteniendo su estilo reflexivo y complejo, sin intención alguna de revivir los años 80.
La canción que da nombre al disco, Senjutsu, abre con un sonido marcial en las baterías y riffs de guitarra poderosos. Por momentos, la canción adopta un tono melancólico y belicoso, que encaja perfectamente con la atmósfera oscura del álbum. A lo largo del disco, se mantiene esta lógica y cada pieza fluye en armonía. The Writing on the Wall, por su parte, destaca por su inicio acústico, con un toque rockero que cierra con solos de guitarra épicos.
Si bien mencionamos que la era actual de Maiden se aleja de lo clásico, hay momentos en los que podemos percibir destellos de su esencia antigua. Days of Future Past es una de esas canciones; más corta y directa, evoca de manera sutil la chispa del pasado, con un estribillo potente y único. Death of the Celts merece una mención especial: su introducción, llena de guitarras que ocupan cada espacio sonoro, recuerda una épica batalla celta, como la banda sonora de una película de guerreros. De pronto, los riffs de rock se imponen, creando una mezcla perfecta.
Iron Maiden es una banda que eligió el camino de la reinvención constante, dejando en claro que su sonido no será siempre el mismo. Sin embargo, en ocasiones, nos regala pequeños guiños a su pasado, que reavivan nuestro amor por su música. Tenerlos nuevamente en Chile es un verdadero placer, y esperamos disfrutar de alguna canción de este álbum, ya que varias piezas conservan la esencia única de Iron Maiden.