Fue quizás el cartel más balanceado en estilos musicales en la historia del festival. Por que la sensación que quedó en el ambiente con en la edición 2018 del Fauna Primavera es que, de una u otra forma, había música para todos los gustos.
La primera gran novedad ocurrió en el escenario Ballantine's, cuando las californianas de Warpaint saltaron a escena con un refrescante indie rock, mezclando con bastante power las guitarras y voces femeninas.
A continuación, los estadounidenses de Built to Spill, liderados por Doug Martsch, cumplieron con un show sobrio y limpio en términos musicales, aunque el público presente en ese momento, justo cuando el calor pegaba más fuertemente, no prendió demasiado. Atentó también el hecho de que la banda más indie de todo el cartel tampoco fue muy proactiva por enganchar con los asistentes.
Los primeros gritos de los fans aparecieron con Javiera Mena. Es indudable que la internacionalización de la chilena ha servido para profesionalizar la puesta en escena, pasando por el vestuario, los jugueteos con su banda, y la comunicación con su fiel fanaticada, siempre ávida en corear los mejores hits de su electropop. Lamentablemente, todo aquello se diluye con las notorias desafinaciones en vivo, que a estas alturas, ya se convierten en recurrentes. Mención especial al cover de "Mujer Contra Mujer" del grupo Mecano que hizo Mena al promediar su presentación, alargando la serie de revivals de clásicos en español que ha hecho hasta ahora.
El punk de At the Drive-In puso el desorden siempre tan bienvenido en festivales multiescenarios. El hiperkinético Cedric Bixler-Zavala no paró en ningún momento de saltar sobre el escenario, subirse sobre los amplificadores o hacer partícipes de esta locura al resto de la banda. El malogrado pedestal de su micrófono, que se mostraba evidentemente torcido y magullado hacia al final de su presentación, fue la mejor prueba de todo. La guitarra de Omar Rodríguez-López es una excelente comparsa para una energía que nunca decayó en los 75 minutos de presentación.
Para bajar las revoluciones al caer la tarde, el pop-rock más pausado de Death Cab for Cutie fue un excelente antídoto. Al venir como parte de su gira Thank For You Today, aparecieron los últimos singles del grupo, tales como I Dreamt We Spoke Again (abriendo el show) y Gold Rush. Así también, la infaltable I Will Follow You Into The Dark coronó esa comunión con la fanaticada local promediando el show.
Por otro lado, MGMT confirmó por qué son, hoy por hoy, uno de los mejores exponentes del género synth-pop. Si bien es notorio que los primeros éxitos del dúo, tales como Time to Pretend, y Electric Feel, ya no les provoca tanto entusiasmo al interpretarlas, llegando al borde del fastidio, dan lo mejor en la última etapa de la banda, reflejada en singles como Little Dark Age. Punto aparte para las excelentes gráficas que acompañan la presentación, que por momentos nos transportan a otro mundo más psicodélico y totalmente ajeno a lo que es un festival musical.
El plato fuerte de la jornada era la neozelandesa Lorde, y cumplió con creces. Con un llamativo vestido vaporoso, Lorde derrocha energía en gran parte de su presentación, bailando junto a su cuerpo de baile en cuidadas coreografías y no perdiendo nunca esa gran capacidad vocal. Incluso en los momentos más íntimos que se toma para contar experiencias personales o recordar ciertos hechos con el público, como cuando recordó su primera venida al país con solo 17 años, deja de captar la atención de los asistentes. Si bien Tennis Court y Team fueron las más coreadas, su presentación en enfocó mayormente en su último disco Melodrama, donde sobresalieron Homemade Dynamite y Liability. Con todo, Lorde confirma que va camino a coronarse como las grandes exponentes del pop mundial. Es notable tener esta condición, considerando que solo tiene 22 años recién cumplidos coincidentemente este sábado, que fueron celebrados justamente en el escenario.
Con respecto a la organización del festival, una de las grandes molestias de la jornada fue la reducida oferta de puestos de comida. Las filas sobrepasaban largamente una hora de espera, haciendo que los asistentes tuvieran que, necesariamente, perderse alguno de los shows para alimentarse. En festivales masivos de este calado, y particularmente siendo ya la octava versión del festival, la oferta adecuada de comida debiese ser un tema más que superado a estas alturas. Evidente retroceso en uno de los aspectos centrales de una buena organización.
Review por: Cristóbal Pineda
Galería Fotográfica: Daniela Toledo.
A continuación dejamos la galería de fotos de Fauna Primavera 2018:
Agradecimientos a:
Fauna Primavera
Agencia Collage