Eterna Inocencia en Sala Metrónomo: Pasión que no se ha apagado.

Los argentinos, íconos del hardcore sudamericano, tuvieron la primera de las cuatro presentaciones programadas en nuestro país el jueves pasado. Durante hora y media, el público gritó cada canción de un setlist cuidadosamente seleccionado por la banda para esta primera velada en el recinto de Bellavista.

Por: Joaquín Reyes

Foto: Luis Marchant

El repertorio sirvió como un recorrido por la historia de Eterna, abarcando sus discos más memorables y sus canciones más emotivas. Liderados por Guille, la banda demostró una vez más que el vínculo con su país vecino no solo sigue intacto, sino que está más vigente que nunca.

Hay artistas que hacen muchos conciertos en Chile con poco tiempo de diferencia. Generando el cómico comentario de que tal vez son bandas o personas que ya tienen un departamento en la capital o que ya sacaron una cuenta RUT. Lo importante de los shows de este tipo de grupos es que puedan siempre mantenerse frescos, mostrando una vigencia inoxidable, en la compañía de fieles fans que siempre buscan repetirse una experiencia con la música que los acompaña desde un largo pasado. Eterna es el ejemplo claro de esto. Con más de 25 años de viajes a nuestro país de manera constante, los de Quilmes siguen generando un ritual imperdible de pasión, y euforia colectiva. Simplemente siendo ellos, tocando de corrido, interactuando con el público de una manera cercana, y liberando emociones a través de punzantes letras y potentes acordes.

La previa del evento se sintió tenso, con un atraso de 30 minutos, el público comenzaba a arengar la entrada de los argentinos. Las quejas de más de una persona del público, probablemente pensando que la vuelta a casa en metro sería imposible, se esfumaron de manera inmediata con el riff saturado de “Sufferland” una de las canciones emblemáticas de la época noventera de la banda. En cuestión de segundos el público ya estaba compitiendo con Guille para ver quién podía gritar más fuerte el inicio de dicho tema del álbum “Días Tristes”. Como si se estuviera presenciando a una banda de skate punk californiano, todos los presentes gritaban las letras en inglés, de una banda que solamente está al otro lado de los Andes. Los primeros mosh se formaron en el centro de la Sala y el canto más fuerte se escuchó en el inconfundible final del tema, la que es en español y dice “Amigos, vivimos en una tierra de sufrimiento”.

Antes del concierto, Guillermo había anticipado que la noche del jueves iba a estar cargado a las “emociones”. Uno podría predecir un setlist más enfocado a los primeros años de la banda, aparte de canciones infaltables en un concierto de los trasandinos. Estas predicciones se verían confirmadas con el arrollador inicio de “A los que se han apagado”. Una afilada línea de bajo mezclado con una avasalladora distorsión fueron los acompañantes de una voz con micrófono que se veía enmudecida con los gritos de un público con la adrenalina al máximo. Letras sobre colegas que han perdido un rumbo, dentro de un mundo injusto, y sobre cómo el valor de otros ayudará a levantarlos y seguir brillando frente a la adversidad. Canciones con este golpe emocional son las que unen a los fans de Eterna, apoyándose entre los círculos de la canción, saltando entre todos, cuidando al amigo mientras se anuda un zapato. La hermandad que generan estas canciones con los desconocidos de Metrónomo.

La primera parte del espectáculo siguió con canciones hechas para motivar a la gente a cantar y volar entre las cabezas del resto del público. El disco que EI celebró el año pasado en el Teatro Coliseo, “Las Palabras y Los Ríos”; se hizo presente ene ste formato más íntimo. Primero con “Encuentro mi descanso aquí”, la dolorosa “Trizas de vos” (que tuvo un bridge brutal) y la siempre querida “Elsa y Juan”, canciones que se escuchaban tan fuerte y de tantas voces, que parecían parte de un cancionero popular del país. Guille mantuvo una temática muy cercana durante todo el concierto, conversando con el público entre canciones, en dos ocasiones mencionó que a veces mientras cantaba se pegaba en las canciones, recordando el momento en que las escribió, y pensando también en todos los que cantaban estas composiciones en vivo. En esta sección también sonó el bello tributo a la Patagonia que es “Cassiopeia”, una canción casi imposible de sacar de un set de Eterna, la banda sonaba fuerte mientras el público complementaba la letra del vocalista en el emotivo verso que dice “Se Fuerte, Valiente, Transforma tus tristezas en canciones”.

Guille usó los espacios entre canciones de manera estratégica. Aparte de ayudar a los presentes a tomar un respiro, el vocalista, muy adoc a su profesión de profesor de historia, con un tono muy amistoso relataba historias (casi pareciendo una cátedra a la cual había que anotar apuntes) de la banda y como la conexión de ellos con el pueblo chileno es importante en varios sentidos. Antes de cantar canciones del LP “Los que se han apagado”, como la destructora “Cuando pasan las madrugadas”, comentó sobre la historia de este, y como sellos chilenos se encargaron de editar las canciones, las primeras señales de una hermandad que se mantiene vigente hasta la actualidad. Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue cuando un fanático le entregó un libro y Guille destacó que al llegar a su casa, antes de dejarlo este texto en su repisa, le comentará a sus hijos pequeños que “Este libro me lo dieron en Chile”. Como buen profe, explicó de manera precisa el significado de algunas de las canciones más fundamentales de la banda. “Abrazo”, del disco “Resistencia”, una de las letras más melancólicas se pueden escuchar en este trabajo, dedicado a las familias de desaparecidos en dictadura argentina y por las Abuelas de la plaza de Mayo.

La “emotividad” del setlist también pasaba por la nostalgia, ya que los momentos más movidos del concierto fueron gracias a la cantidad de temazos que fueron tocados de los discos en inglés de EI. Del “Punkypatín” sonó fuerte “Let’s Start a Sunrise Together” y “Superalikal” literalmente lo que parte y termina ese proyecto de menos de 30 minutos de duración. Los fanáticos de la temática más skater que tenían los de Quilmes en los 90s, se vieron atendidos con la interpretación de corrido de los himnos del skate-punk “SK8 for Life” y “Skateboarding these days”. El disco donde están estas últimas canciones mencionadas (“Días Tristes”) fue el más aludido el día día de ayer. Destacándose la brutalidad de “My Family” y “Forgotten Cause”. Comentando en vivo sobre la cantidad de canciones en inglés que había dejado escritas para el jueves en el set, Guille comentó que estaba preocupado de que tal vez la gente no iba a recordar estos temas, o tal vez iba a tener dificultad para cantarlas. Rápidamente se dio cuenta que este no era el caso. La banda hizo su debut en nuestro país cuando sus temas eran todos en el idioma anglo, la fanaticada nunca se fue y siempre acompañará a bandas que demuestran la pasión por el mensaje y la intensidad, como lo es Eterna. Algunos se han apagado, pero ha surgido una nueva camada lista para dejarlo todo en la cancha y apañar a los fans más históricos de los argentinos.

Roy Ota , Fede Lombardi (guitarras), Ale Navajas (Bajo y coros) y Germán Rodríguez (Batería) fueron los artistas silenciosos más ruidosos del planeta. Siendo pieza fundamental de la emotividad vivida ayer, con riffs marcados, baterías que se sentían en el corazón y talento puro en los respectivos instrumentos. Hablando poco con el público, se notaban muy agradecidos de la energía que Chile, nuevamente, había mostrado en un show de Eterna. Guille, además de agradecer siempre con discursos de cariño, en casi todas las canciones le agradeció al público brevemente con un “Gracias Ché”. La carta de agradecimiento final fue concluir con “Nuestras Fronteras”, un canto infaltable, que destaca por una melodía emocionante y un grito colectivo que va con el cierre de la canción.

Eterna Inocencia comenzó su nueva mini gira por nuestro país de manera espectacular. Un show lleno de brutalidad, intensidad, pero también emoción pura. A los de Quilmes se les nota que venir a tocar a su país hermano es algo que los sigue apasionando luego de tantas presentaciones y tours por todo el país. La garra que otorgan ellos, junto a la que siempre da nuestro público, hace de los shows de Eterna una experiencia infaltable para el fanático del hardcore y el punk melódico.

Galería fotográfica por Luis Marchant

ETERNA INOCENCIA