El amor está aquí, allá y en todos lados: Paul McCartney en Chile

Con una verdadera cátedra sobre cómo dar un espectáculo, el inagotable músico británico se encargó de convertir el Estadio Monumental en una fiesta en torno al legado eterno de The Beatles y del (quizás) artista más influyente en la historia de la música contemporánea.

Por José Tomás Prado

Foto: Andie Borie -DG Medios

No es novedad para nadie: hay personas que son capaces de cambiar el mundo, y Paul es una de ellas. No es necesario remontarnos a aquellos años 60, donde cuatro chicos de Liverpool hacían enloquecer a multitudes para darnos cuenta de que el legado de “Macca” sigue incentivando a personas de todo el mundo a tomar un instrumento por primera vez.

Lo de la noche del viernes 11 de octubre quedará marcado como una de las mejores y más especiales visitas del ícono cultural a nuestro país. No fue solo un gran espectáculo, sino que fue la excusa perfecta para que miles de personas desempolvaran aquella polera con el logo de The Beatles y disfrutaran de un ambiente donde el amor por la música se encargó de emocionar a todas las edades por igual.

La tarea de encender por primera vez el recinto capitalino llegó por parte de los fenomenales Dënver, quienes a pesar de los cuestionamientos por su elección como acto de apertura, sorprendieron hasta al fanático más desconectado de la carrera del dúo oriundo de San Felipe.

Con un cuidado set impulsado por una potentísima presencia en escena, la banda mostró lo mejor de su repertorio indie pop para encender a quienes habían esperado durante horas la apertura de puertas. La palpable química de Mariana y Milton aprovecharon la energía acumulada para que la seguidilla de “Revista de Gimansia” y “Los Adolescentes” terminaran con cualquier duda y dejaran la mesa puesta para la llegada del eterno Beatle.

La última previa fue encendida por el ya clásico DJ Chris Holmes, quien desde hace ya casi 10 años se encarga de encender los minutos previos a las presentaciones de Paul con remixes de sus canciones perfectamente seleccionados para la ocasión. Los coros ya empezaban a escucharse fuerte cuando el Monumental de Macul parecía estar alcanzando finalmente su máxima capacidad.

A la hora pactada, el estadio se fue a negro para que la estupenda banda que acompaña al astro tomara sus puestos en medio de un griterío que probablemente se escuchó en toda la comuna. La imagen del mítico bajo Hofner con forma de violín se tomó las pantallas del mega escenario para aumentar la tensión que explotó en el momento en que Paul apareció en escena.

Foto: Andie Borie -DG Medios

De traje y sin corbata, el incombustible músico no esperó más y le pegó una bofetada sonora a todos los presentes con la mega clásica “Can’t Buy Me Love”, desatando una locura en las canchas que agradecieron con creces la ausencia de sillas. Solo bastó aquel primer acorde para que todos se dieran cuenta de que sería una jornada legendaria.

Al igual que en sus primeras fechas por la región, aquellos intensos primeros minutos de show estuvieron marcados por magníficas interpretaciones de “Junior’s Farm” y “Letting Go”, dejando en claro la importancia de Wings y los variados trabajos solistas del británico, quien saludó a su público con un amistoso -hola chiquillos y chiquillas!- para desatar la euforia del respetable.

Foto: Andie Borie -DG Medios

Para la llegada de “Got To Get You Into My Life” la cancha tomó una fuerza que logró sorprender hasta al propio Rusty Anderson, el magnifico guitarrista que al igual que el resto de la banda, ya lleva más de 20 años acompañando a “Macca” a través del mundo. La producción demostró que tenia un as bajo la manga, desplegando las secciones de bronce que apoyan el tema entre medio del público.

Paul se mostraba contento y cercano en cada pausa, aprovechando de desarrollar un tierno español durante la primera media hora de show. La carga de un espectáculo de esta envergadura es inmensa, por lo que los impresionantes sets de más de treinta canciones son motivo suficiente para rendirse ante la energía del ícono de 82 años.

Los tremendos homenajes a su impresionante carrera no se hicieron esperar. Al igual que en sus fechas anteriores, las introducciones de los clásicos "Let Me Roll it" y "Let Em' In" contaron con pequeños guiños donde por minutos pudimos escuchar parte de "Foxy Lady" de Jimi Hendrix. También hubo espacio y tiempo para que las pantallas hicieran lo suyo, ocupando los preciosos pasajes de canciones como "Drive My Car" o “Gettin Better” para proyectar preciosas imágenes de sus eternos compañeros: George, John y Ringo.

Las lágrimas nunca se hicieron de esperar. Hubo quienes se emocionaron desde que llegó al escenario y otros quienes terminaron por quebrarse en el momento en que Paul tomó una guitarra acústica para zurdos, se elevó en una plataforma de 6 metros y deleitó a todos con "Blackbird" y un sentido homenaje a John Lennon con “Here Today”.

Quizás uno de los momentos más hermosos y emocionantes de una noche llegó con “Now And Then”, la cautivadora y polémica última canción de The Beatles, que con inmersivas proyecciones del cuarteto de Liverpool, marcó de manera perfecta la mitad del show.

Foto: Andie Borie -DG Medios

Tras hora y media, la banda perfectamente ordenada por el impresionante talento del baterista Abe Laboriel Jr pisó fuerte el acelerador para soltar una verdadera ráfaga de éxitos que hicieron saltar y gritar a todo el estadio. Desde la entretenida "Lady Madonna" hasta la fugaz “Jet”, la banda demostró ser parte de un espectáculo fríamente calculado que enloqueció a las primeras filas con fuego, láser y proyecciones que acompañaron de manera impecable la intacta presencia de Paul, quien tras los clásicos cánticos de hinchada apoyándolo gritó “este carrete está cuático!”.

Como si se tratara de una misa donde todos saben los códigos de conducta, el estadio entero guardó silencio mientras el Beatle tomaba asiento en su piano para soltar el Do mayor que inicia "Let It Be".

Con un registro naturalmente desgastado pero de ímpetu inalterable, la voz de Paul resonó con potencia junto a los más de cuarenta mil asistentes que lo acompañaron en la repetición del coro. Lo mismo pasó cuando Paul fraseó "when you are young and your heart (...) was an open book", desatando una locura que terminaría de explotar con los bronces que dan paso al fuego en la imparable "Live And Let Die".

Como no podía ser de otra forma, las archiconocidas “Get Back” y "Hey Jude" se encargaron de formar un coro que logró reventar el estadio. Desde niños de no más de 7 años, hasta personas de la tercera edad que todavía parecían no creer que tenían a un Beatle frente a ellos, todos se unieron a Paul con el clásico "Na Na Na" para ir cerrando de a poco una noche verdaderamente excepcional. Tras agradecer a su público, un breve descanso se encargaría de poner al héroe de multitudes en la mejor forma para despedirse de su público chileno.

Portando la bandera de Chile en sus manos, Paul se reincorporó con la banda para hacer explotar de amor nuevamente a un público completamente rendido a sus pies. Armado de una preciosa Gibson Les Paul adornada con dibujos, el Beatle dio el vamos soltando la mítica introducción que da paso a la estupenda “I’ve Got A Feeling”, que generó un emocionante dueto virtual con John Lennon en las pantallas gigantes.

“Birthday” y “Sgt Peppers Lonely Hearts Club Band” dieron el pase gol para que la denominada primera canción de Hard Rock de la historia pegara como un mazazo: “Helter Skelter”.

Como un verdadero sueño cumplido para los fanáticos del cuarteto de Liverpool, la banda se encargó cerrar casi tres horas de show con el icónico medley de Abbey Road que une de manera estupenda “Golden Slumbers”, “Carry That Weight” y “The End”. Cuando la noche alcanzó su máximo nivel de intensidad, la banda dejó que el piano soltara las negras que invitan a Paul a frasear los que parecieron, por unos momentos, los versos más hermosos del mundo:

  • -and in the end the love you take
    is equal to the love
    you make-

Foto: Andie Borie -DG Medios

Setlist

Can't Buy Me Love
Junior's Farm
Letting Go
Drive My Car
Got to Get You Into My Life
Come On to Me
Let Me Roll It
Getting Better
Let 'Em In
My Valentine
Nineteen Hundred and Eighty-Five
Maybe I'm Amazed
I've Just Seen a Face
In Spite of All the Danger
Love Me Do
Dance Tonight
Blackbird
Here Today
Now and Then
New
Lady Madonna
Jet
Being for the Benefit of Mr. Kite!
Something
Ob-La-Di, Ob-La-Da
Band on the Run
Get Back
Let It Be
Live and Let Die
Hey Jude

Encore:

I've Got a Feeling
Birthday
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
Helter Skelter
Golden Slumbers
Carry That Weight
The End