La integrante de la primera y actual formación de Supernova hizo un repaso de las luces y sombras de lo que significa el grupo en su vida y cómo ha cambiado ella y la industria en todo este camino que cerrará el 9 de mayo en Blondie.
Por Nicolás Noli
Distinto al personal stereo que llevaba cuando todavía no alcanzaba la mayoría de edad, puede elegir la música que ella quiere. Miranda! y un cóctel de divas latina como Thalía y Marta Sánchez. Un poco de pop chileno, con varias mujeres también. Aunque si escuchan la voz de un trío de adolescentes, seguramente cambiaría la canción.
- No nos escucho por gusto. Son veinte años cachai y todavía cuando suena alguna de nuestras canciones sigo encontrando cosas por arreglar.
Se ríe porque desde ese entonces, hay cosas que perduran en el tiempo. La simple reproducción de "Maldito Amor", un himno del cambio de milenio, trae a la cabeza de Constanza Lewin, integrante de la primera formación de Supernova, esa extraña sensación de sentirte fuera de tu alrededor.
- Me acuerdo que era heavy escucharnos en la radio al principio. Iba con mi equipo en la micro y sonaba, me sentía como que me habían sacado de ahí y ahora estaba en todo el mundo. Todo por tres minutos y medio.
Fue en 1999 donde por movimientos entre el sello BMG, Cristián Heyne y Koko Stambuk, juntaron a Elisa Montes, Consuelo Edwards y Constanza Lewin. Coni tenía 17 y entró por medio del casting de selección junto a otras 15 chicas.
- Recuerdo que fui la penúltima en entrar a la sala. Estaba sonando ‘Sin ti soy un fantasma’, la canté y quedé. Fui la primera de las chicas en quedar seleccionada.
A partir de ahí, todo fue meteórico. Pese a que todas seguían yendo al colegio como niñas normales, la exposición fue a gran nivel. Supernova y su disco homónimo sonaban en todas partes. Algo que era el sueño de muchas y muchos en esa época, pero que de igual forma tenía sus contras.
- Pasamos por mucho. Era estar en el patio y que todos te miraran. Nunca fue terrible pero igual no era algo que yo buscara. Tenía muchas cosas buenas pero nos faltó algo de protección. Llegó un momento en donde todas pensamos: hay que sobrevivir a esto.
Dos discos de Platino, todas las tiendas de la extinta Feria del Disco tenían sus caras en vitrina. La gente entraba y ponía el disco para repetirse el hit "Maldito Amor" una y otra vez. Pero seguir aquello, era una tarea muy difícil para niñas que vivían en una industria hecha por y para adultos.
Habían pasado dos años y Coni decidió partir. Así los productores idearon renovar Supernova. No iba a haber un reemplazo, toda la banda se iba a reformular. Supernova, el fenómeno adolescente, cambio de rostros a poco de un nuevo disco.
- Yo realmente necesitaba un descanso. Tres semanas, nada más. Era para poder descansar y tener las cosas más claras. No sabíamos muy bien para dónde íbamos ni dónde nos querían llevar. Fue todo tan rápido y potente que no tuvimos claro qué iba a suceder ni tampoco lo que necesitaba.
Así llegaron Constanza Lüer, Sabina Odone y Claudia González, la segunda formación de Supernova que al poco rato lanzaron el disco Retráctate. Casi como si nada hubiese pasado entremedio, el fulgor fue el mismo y con canciones como "Herida", el nombre de la banda apareció entre las nominaciones al Grammy Latino.
Coni estaba escuchando la radio y sonó justo esa canción. Quedó peinada para atrás, sorprendida sobre todo porque era muy buena según ella.
- Nada que ver con Supernova I, era totalmente distinto y muy bueno, quería escucharlo de nuevo” dice Coni.
Pese a que todo había cambiado, la fama seguía intacta para la banda igual que el nombre. Sin embargo, ni ella ni sus compañeras estaban ahí. Pese a que conocía a Constanza Lüer, escuchar a Supernova con esta formación le trajo emociones encontradas a Coni.
- Al principio costó, no un rechazo, pero sí fue duro. Fuiste parte de algo que fue toda tu vida por más de un año y medio, y de repente te sientes reemplazable a esa edad. Es algo fuerte.
Después se terminaron conociendo todas y eso acercó todo. Finalmente, la segunda formación también se deshizo y Supernova como tal, desapareció. Pasados unos años, los organizadores de las fiestas Kitsch fueron a buscar a Coni y sus antiguas compañeras para volver a los escenarios.
Aunque no fue una decisión simple, ya que las críticas que tuvieron en su momento cuando alcanzaron la fama podían volver. Sin canciones nuevas y apelando a la nostalgia, volver podía significar exponerse a romper un recuerdo que contaba con más alto que bajos.
- Era 50 y 50, porque a veces tocábamos con todos vueltos locos y a veces nos llegaron a pifiar. Entonces volver era tirarse a la piscina. Pero todo fue un éxito.
Según Coni, más de 50 personas se quedaron fuera de la Blondie esa vez, un lugar que sirve de templo para Supernova, donde sus canciones sonaron más que en ningún otro lado cuando se les llamaba placer culpable y que el tiempo se encargó de convertir en clásicos.
- Nuestro público había cambiado. En un principio era casi puramente infantil y eso era bacán porque darle a los niños escuchar algo más que Mazapán está genial. Pero hoy, son adultos ya. Igual hay jóvenes y eso me sorprende, porque no estuvieron con nosotros dando conciertos.
Así, se conformó esto que Constanza define como una "tercera cosa". No es la primera ni la segunda formación de Supernova, incluso, tampoco lo define como una dupla. Una familia en sus palabras que va desde quien toma un instrumento hasta quien está encargado de que las dos Coni suenen bien.
Cuando relata cómo todo avanzó, sonríe. Recordando cuando volvió con sus antiguas compañeras de banda y luego la unión con Constanza Lüer. Un reencantamiento con la banda y la música que veinte años después del inicio de Supernova, renovó el sentimiento que hubo en un principio.
- Es algo que me hace sentir bien. Porque en un momento tuve el miedo de que al tercer concierto me iba a aburrir, pero fue lo contrario. Gran parte gracias a la Coni (Lüer) que es super apañadora. Entonces este regreso ha sido una revancha para poder disfrutar todo lo que es Supernova.
Pensando en el cierre de la gira que tomará lugar en –como tiene que ser- Blondie el próximo 9 de mayo, Constanza sonríe y entra a un tema que en las últimas dos décadas se ha añadido tanto en su vida cotidiana como en la música: el feminismo.
- Hace poco pensaba en algo para el concierto, invitar a un chico para que tocara con nosotros y me costó. Porque ahora hay muchas más mujeres y eso es bacán.
En su tiempo, Supernova fue una irrupción no solo de niñas sino que de mujeres en la escena musical de Chile que no contaba con la cantidad de exponentes que hay hoy. Menos con el mensaje y presencia de lo que significa el feminismo en la cultura, algo que le genera varias emociones.
Lo primero, son sus letras, que según ella de haber sido estrenadas hoy en día se moriría. Especialmente por canciones íconos de la banda como "Sin ti soy un fantasma" o "Maldito Amor".
- Son letras que claramente no tienen feminismo, pero a la gente los identifica por algo más que ello. A veces me avergüenza pero de eso aprendemos para lo que vendrá.
Se considera alguien que está en vías de ser feminista, al ser algo que Coni dice que debe trabajarse día a día. Y aunque no considera que cuando se estrenaron como grupo no fue como una banda feminista, sí cree que generaron algo con su presencia.
- Existir fue feminista. Ser mujeres, niñas, que cantaban en la industria que era super machista en Chile, fue dar un mensaje.
Nombra a Camila Moreno, Princesa Alba, Mon Laferte y Denise Rosenthal, incluso se pone nerviosa porque no quiere dejar a ninguna sin nombrar. Todas, referentes para ella que las enorgullecen. Sobre todo Denise, que dice es su favorita por la naturalidad y fuerza que tiene en su mensaje.
Incluso, aventura que le encantaría hacer una colaboración a futuro con Princesa Alba, a quien encuentra sincera y le recuerda en cierta forma el estilo de su música y personalidad con lo que proponía Supernova.
- Hoy es súper rico ver eso. Encuentras muchas mujeres en la música y eso antes no pasaba. Además, que haya más mujeres y que tengan un contenido político lo hace mejor todavía.
Una emoción que de nuevo la lleva al pasado. A lo que vivieron como Supernova, en un Chile que en ciertos momentos fue fuerte con chicas que solamente buscaban incursionar en el pop. Que no tenía espacio para las mujeres y menos para un estilo como ese.
- Aun así, no cambiaría nada. Ya que todo eso, toda la mierda, nos hizo recorrer un camino a todas que nos tiene hoy en buenos lugares. Cada una tomó una ruta que fue la mejor.
Al final, Coni se siente feliz. Toma el teléfono y planifica lo que para ella, más que un cierre de gira, será el fin de un ciclo. Un show de una hora con los éxitos de Supernova y que quiere dar sin ningún cover. Ya que dice que si ya apelaron a la nostalgia, de aquí en adelante tienen que ir por algo nuevo.
Distinta a quien se presentó entre quince niñas para ser la nueva girl band en Chile, con buenos y malos momentos en su carrera, hoy solamente se limita a disfrutar. Por lo mismo, dice que si su hija estuviera en una posición como en la que ella estuvo, estaría encima para que tenga todo lo que ella no tuvo en su momento para disfrutar.
Contenta y expectante. Con el poder de decidir y con mucha experiencia junto a todas las chicas con las que ha compartido, Blondie es su horizonte. Más madura dice, más tranquila. En su última mirada atrás antes de partir y seguir preparando el concierto, piensa en un consejo para la Constanza Lewin de hace veinte años.
- Nunca dejes de cantar a todo chancho en tu pieza. Esa felicidad, todo lo que te genera, nunca lo pierdas.