Ante un repleto Estadio Nacional durante 2019, el ex Beatle desplegó una de sus mejores y más maratónicas presentaciones en nuestro país. Con casi 40 canciones, el hombre detrás de tanto himnos atemporales del rocanrol se encargó de emocionar una vez más a su multitudinaria fanaticada chilena.
Por José Tomás Prado
La velada prometía desde un principio, incluso de antes de la confirmación oficial de su visita a nuestro país. Con una apoteósica gira que ya se había ganado el elogios de la presa especializada de todo el mundo, Sir Paul llegaba por fin al coliseo de Ñuñoa para reencontrarse con su fanaticada y un impresionante número de hits.
Todo explotó cuando el acorde irrepetible que marca el inicio de "A Hard Day's Night" remeció con fuerza el estadio. Con una banda de acompañamiento de lujo, Paul se tomaba con fuerza y humildad el escenario, siempre acompañado de su icónico bajo Hofner.
La rotación entre los diversos proyectos del artista británico fue inmediata, tanto con la llegada de la increíble "Junior's Farm" como con una preciosa y emocionante versión de "Can't Buy Me Love". No pasaron más de tres canciones para que el músico invitara a todos a levantarse de sus asientos, incluido el mismísimo Presidente de Chile de ese entonces.
Con visuales que recordaban a la querida y extrañada Linda McCartney, las canciones de Wings no se hicieron esperar y demostraron toda la calidad de una impresionante banda en vivo. Himnos solistas como "Maybe I'm Amazed" y "Dance Tonight" cumplieron a cabalidad para generar alguna de las primeras lágrimas de la noche, esas que se generan solo cuando tienes una leyenda de la música frente a ti.
En más de 3 horas, el estadio se rindió ante un espectáculo de clase mundial que empezaba a bajar el telón con un bis que incluyó piezas claves de importantísimos álbumes como Set. Peppers Lonely Hearts Club Band y el White Álbum.
Acompañado de fuegos artificiales y un coro ensordecedor, el medley que embellece a Abbey Road cerró con nada más ni nada menos que "The End". Entre aplausos y gritos que empaparon de cariño al músico, Paul finalmente se terminó de despedir levantando la bandera chilena y agradeciendo con una incalculable humildad la recompensa de un trabajo bien hecho.
Este año, Chile tendrá nuevamente la oportunidad de reencontrarse con este gigante de la música. En un show de localidades agotadas, Paul McCartney promete convertir su paso por el Estadio Monumental el próximo 11 de Octubre en uno de los grandes conciertos de la cartelera musical de este año.