Wilco en Teatro La Cúpula: Dulce reencuentro

La banda se presentó por segunda vez en nuestro país después de 9 años de su debut. Esta vez el Teatro La Cúpula fue el escenario para que desplegaran, una vez más, una clase de rock & roll con oficio.

Por: Matíaz Muñoz

Fotos: Luis Marchant

Para Jeff Tweedy, el líder y vocalista de Wilco, visitar lugares como Sudamérica -algo no muy habitual- es la oportunidad para repasar canciones que no son parte estable de su repertorio o clásicos que merecen volver a la vida. Wilco, que no visitaba nuestro país desde el 2016, había cambiado mucho en 9 años y este era el mejor momento para un reencuentro.

Desde su aparición en el circuito local de conciertos, la curatoría de Santiago Fusión ha diversificado la cartelera con números muchas veces inesperados, under y aciertos como Wilco en contextos íntimos como el Teatro La Cúpula.

Esa complicidad que genera la cercanía del público permite que en ciertos momentos las bandas sientan el calor y el entusiasmo como uno más. Ya sobre el escenario, Niño Cohete se alabanzó sobre ello como parte de su reencuentro con el público en esta nueva etapa. El grupo, haciendo lo que mejor saben, conmovió con clásicos como “El Bosque” y siguió con pinceladas de su nuevo trabajo, demostrando que el receso les sentó bien, sin exponer ninguna falla en un gran escenario.

Con cerca de 2 minutos de retraso, La Cúpula aguardaba por Wilco y los primeros acordes de “Company In My Back” de entrada, sin saludos ni introducciones. Tweedy, Stirratt, Sansone, Cline, Jorgensen y Kotche estaban nuevamente sobre un escenario de nuestro país para una velada larga duración.

Hay algo de positivo en que las visitas de este tipo de grupos sean tan parceladas. Según comentaba Tweedy, es la oportunidad de interpretar repertorio más clásico, casi como un regalo para quienes no tienen la posibilidad de verlos y escucharlos en vivo si no es a pesar del paso del tiempo. “Evicted”, de su último disco “Cousin (2024), “Handshake Drugs” de “A Ghost is Born” (2004) y “If I Ever Was a Child” de “Schmilco” (2016) completaban la primera parte que el grupo ofreció sin respiro hasta llegar a uno de los tantos puntos altos con la bien recibidida “I Am Trying to Break your Heart”. Uno de los himnos de Wilco sonaba coreada al unísono por el entusiasta público mientras parecía ir soltando a la banda que se veía tensa e incómoda de entrada.

Nada mas que oficio y experiencia se necesitan para pasar 10 canciones como si nada. Con cambios de guitarra en cada una y un desplante cómplice entre cada uno, el grupo de escasas y escuetas palabras no necesitaba de más para encantar y encandilar al público que disfrutaba de “One Wing” y “Pot Kettle Black” o para desenterrar clásicos como “Box Full of Letters” de su álbum debut.

A esas alturas el entusiasmo a veces desbordado del público parecía contagiar tímidamente a Tweedy y compañía, que sentían mayor control y dominio del escenario, permitiéndoles una relajada versión de “Hummingbird” y despeinarse con la rockera “Random Name Generator”, dedicada a una fan.

Ese control y dominio era por sobre todo necesario encontrarlo en pasajes donde la concentración y el detalle debían estar al máximo, requerido por uno de los momentos más esperados de la noche. Los tibios acordes de la solemne “Impossible Germany” desataron la euforia del público hasta el trance en los largos minutos del solo de Nels Cline. La gente, casi hipnotizada por el swing de la canción que convive con el caótico y ruidoso diseño de solos de guitarra de Cline, se inclinaba en silencio y respeto ante uno de los momentos más espectaculares de los shows de Wilco.

Y es que “Impossible Germany” es un punto de quiebre entre la complicidad de la relación entre la propia banda pero también para el público que recibe cada noche en cada país este regalo. De ahí en más el grupo se sintió más cómodo, Tweedy interactuó más (recibió un gorro con una “W” y bromeó con su cabello) y el resto de la banda parecía genuinamente disfrutar del momento mientras el público coreaba cada acorde.

“Jesus, Etc” y “Hate It Here” cerraban las cerca de 2 horas de show donde el grupo pudo repasar lo que más pudo de su extensa y prolífica discografía, hasta finalizar con la enérgica y desordenada “Spiders (Kidsmoke)” de más de 10 minutos de duración y que tiene a Tweedy como protagonista en las guitarras y director de coro accidental al guiar los cánticos del público en un ejercicio que contagió a todos.

Hacia el epílogo, el grupo se decantó por “California Stars”, otro de sus himnos a dúo com Billy Bragg y “Falling Apart (Right Now)” de su disco “Cruel Country” (2022). Ya en los clásicos del cierre “I Got You (At the End of the Century)”, una de las buenas canciones en clave rock & roll, permitió ver a Sansone más libre en la guitarra. De aspecto siempre serio, el multriinstrumentista se tomó el tiempo para bromear y tomarse su rincón, demostrando que el entusiasmo local es capaz de despeinar al más correcto músico.

“A Shot in the Arm” cerró las 2 horas y 10 minutos de presentación del grupo sin dejar más que una sensación dulce de esos reencuentros inesperados donde el paso del tiempo reúne y condensa historias, discos y amistades.

NIÑO COHETE

WILCO