Un Solo Hilo es el primer adelanto del LP debut de Viejo Lobo, Estaciones, y parte del compilado Nueva Frecuencia del sello Sinfín. Ocupando variantes del jazz-punk, del noise y del pop, Viejo Lobo entrega una canción enérgica y emotiva, potenciada por una guitarra con fuerte personalidad, una batería animosa y sintetizadores brillantes. Con cada verso la canción toma más fuerza, pasando de un solo pegadizo a un coro de estadios, himno instantáneo en el que el cantautor le habla al amor despersonalizado y a sí mismo sobre las lecciones que le dejaron las heridas del pasado.
Desde 2017 el proyecto solista de Javier Friedlaender, con el que revive el apodo que le daba su abuelo en su infancia en Concepción, crea paisajes cargados de emociones y fuerza, construyendo un relato con raíces melancólicas que indagan en su biografía. El olor a madera mojada está presente en cada acorde, como también la persistencia por buscar un sonido propio, pero que reconoce influencias en Sonic Youth, King Krule, Father John Misty, Radiohead, Spinetta y los nacionales Perrosky. En 2019 se le une Tomás Mosqueira como baterista, acentuando el carácter de la banda y con quien el ahora dúo se acerca a formatos más eléctricos.
En 2020 se transforma en parte del grupo fundador del sello Sinfín, una casa discográfica nacida en pandemia, donde músicos multidisciplinarios vieron una oportunidad para unirse y crear una comunidad para potenciar sus creaciones, siempre con la mirada puesta en abrir espacios a artistas independientes del entorno local y ser una plataforma para el trabajo y cooperación regional. Su primer trabajo en conjunto es el compilado Nueva Frecuencia, que agrupa el trabajo de 10 proyectos nacionales de diversas sonoridades, en donde los personajes se repiten y la exploración y aprendizaje conjunto les dirige.