La treceava edición del evento musical más grande del país se presentó en el parque Bicentenario de Cerrillos junto a una generosa cantidad de novedades y mejoras. Además, con una gran presencia de actos nacionales, los espectáculos que se tomaron los escenarios principales del emblemático festival no escatimaron ni en calidad ni en convocatoria. Una versión que superó con creces a las últimas realizadas en el complejo de Cerrillos.
Por equipo Sunderbeats
El evento musical más grande del país congregó alrededor de 210 mil personas según cifras de la organización. Un número demoledor de asistentes que disfrutaron de un renovado festival.
Los atractivos principales de las tres jornadas cumplieron todas las expectativas. Comenzando con el día uno, que tuvo a Feid y Limp Bizkit cómo grandes anfitriones. A pesar de la acotada hora de espectáculo que ofreció la banda estadounidense, los fanáticos que rodearon el Banco de Chile Stage quedaron satisfechos con la propuesta presentada, la cual contó con covers de George Michael, Nirvana y The Who. Tampoco fue un problema la vasta diferencia de públicos que existió entre el artista colombiano y los intérpretes de "Break Stuff"; la cual se tradujo en un repleto Cenco Malls Stage esperando por el debut de la voz de "Normal" en Lollapalooza.
La segunda jornada se empapó de los cadenciosos tintes del punk rock estadounidense gracias a The Offspring y blink-182, quienes protagonizaron el día con mayor convocatoria. Tampoco podemos dejar afuera a Arcade Fire, una banda conocedora de festivales y que selló su vuelta a Lollapalooza Chile luego de una década de ausencia. La agrupación canadiense deleitó a un numeroso público con una exquisita propuesta escenográfica - que se le pudo haber sacado más provecho durante la noche - y lo mejor de su repertorio.
El último día de Lollapalooza nos entregó a un proverbial Sam Smith, quién llevó su presentación a otro nivel gracias a una producción de altísima denominación. El británico dio catedra junto a una prolija banda en vivo y un prominente equipo coreográfico y de coristas que complementaron con categoría sus grandes éxitos. Además, el artista se mostró interactivo, se cambió seis veces de vestuario y tuvo un idóneo desplante vocal. Por su parte, SZA se encargó de cerrar las cortinas del escenario vecino, el Banco de Chile Stage, el cual no gozó de la mayor convocatoria. Con unas pantallas que sirvieron para reflejar la temática de su último disco SOS, la joven cantante se paseó con destreza por lo mejor de su catálogo. Asimismo, junto a un destacado grupo de bailarines portando la bandera chilena, la estadounidense interpretó una salsera versión de "Kiss Me More", la cual significó el cenit de su presentación.
Cómo nos tiene acostumbrados, la productora del festival demostró estar a la vanguardia en lo que a técnico se refiere. Con dos escenario principales y 6 en total, las tres jornadas estuvieron cargadas de música desde la apertura de puertas hasta el cierre de cada última presentación. En total, un fin de semana de 36 horas de música en vivo ininterrumpidas.
Como se prometió en el evento de anuncio del line-up de esta edición, la productora contó con nuevos equipos de amplificación que mejoraron considerablemente la calidad del sonido de cada presentación y mejoraron la experiencia en cuanto a repetidores para quienes preferían ver desde más lejos. A diferencia de años anteriores, no existió ningún problema técnico de mayor envergadura (como aquel fatídica vez con Lenny Kravitz) y cada presentación gozó de una mezcla amigable para mostrar la mejor cara de los y las artistas. Punto aparte para la presentación de Phoenix, que bien sonó.
Las diversas marcas presentes en el festival se encargaron de adornar el Parque Bicentenario de Cerrillos con diversas activaciones, que congregaron a una gran cantidad de personas y adornaron aún más la experiencia del Lollapalooza Chile. Nuevos espacios como Lolla Love, la clásica Aldea Verde y el Beer Garden enriquecieron más aún los tres días de música para aquellos que no contaban con el pase del Lounge. Desde charlas sobre violencia de género, hasta stands de concientización sobre el medio ambiente, los y las asistentes gozaron de entretención e instancias más allá de la música.
Tras cada jornada, las reacciones de asistentes en redes sociales no se hicieron esperar. El común denominador era agradecer que la productora escuchó las peticiones de años anteriores al agregar más zonas de sombra, mejoras en la logística de los baños y los puntos de hidratación. Medidas que evitaron aglomeraciones durante el día y que permitieron que la mayor parte de los asistentes disfrutara de la experiencia del festival más grande del país sin mayores problemas.
Pese a cierto tiempo de espera a la entrada de metro Cerrillos, la movilización del transporte público cumplió con creces. Desde buses esperando para llevar gente, hasta la amplia cobertura de carabineros para el orden en la entrada al metro, la coordinación del festival con el servicio de Red fue ordenada y agradecida por quienes prefirieron el transporte público. Hubo quienes declararon en tik tok que esta podría ser una de las mejores -si no, la mejor- edición de Lollapalooza Chile realizada en el Parque Bicentenario de Cerrillos. Desde el perfecto funcionamiento de los escenarios -que a diferencia de otros años no taparon sus sonidos entre sí-, hasta la experiencia dentro y fuera del festival. Una experiencia que, como cada año, va evolucionando y aprendiendo para convertirse en el que hoy todos entienden como el mejor y más grande festival de música realizado en Chile.
Este año, Lollapalooza Chile intentó continuar con su constante intención de hacer parte a todo el mundo del festival sin importar condición alguna. Es por esto que a lo largo del festival pudimos apreciar las mejoras que ofreció la organización. Por ejemplo, en los accesos para el ingreso al festival para personas discapacitadas, también algo que se ha vuelto una sana costumbre en los shows es el lenguaje de señas. Pudimos apreciar casi un kilómetro de rutas cómodas donde personas con movilidad reducida pudieron desplazarse sin mayores inconvenientes. También, las zonas con tarimas para que pudieran ver más cómodos los shows fueron parte fundamental. Esto supone un gran avance y deja una buena sensación; siempre se puede y se debe seguir mejorando.
En esta versión vivimos el regreso del Lotus Stage, donde las bandas nacionales fueron las encargadas de lucirse, con llenos totales, gran ambiente y shows que emocionaron a todos los fanáticos. Por ejemplo, los shows de Tiano Bless, Ximena Sariñana o Los Pericos fueron un éxito total en la primera jornada. Para el sábado, disfrutamos de The Alive, Los Miserables* con un público que repletó cada rincón o la solidez de *Francisco Victoria. El domingo vibramos con %Saiko* y cerramos con la historia viva de Congreso. El regreso del #Lotus Stage* fue todo un éxito.
El Perry's Stage tuvo diferentes shows que nos dieron grandes momentos. Overmono fue uno de los más esperados el viernes, Zhu derrochó talento por doquier. El sábado, Kidd Voodoo fue el encargado de cerrar la noche y el escenario de manera histórica, con una presentación de alto vuelo. El domingo, Dj Who, Easykid, Loud Luxury, Timmy Trumpet y el cierre de Above & Beyond fueron realmente presentaciones de gran nivel y de una calidad digna de un festival como Lollapalooza. El Perry's Stage se graduó de escenario principal gracias a shows que marcaron cada jornada y no tuvieron nada que envidiarle a los escenarios principales.