La banda estadounidense despachó un explosivo retorno a nuestro país en el recinto de Independencia junto a un público que no bajó las revoluciones en la hora y media de espectáculo. A pesar del reducido espacio y la ausencia de pantallas, las más de 3.500 personas que repletaron el lugar pudieron disfrutar de un show único, cadencioso e irrepetible.
Por Fernando Vilches
Foto por Andie Borie - DG Medios
La energía que logra convocar Turnstile en sus presentaciones en vivo es inigualable. Sabemos que forma parte de sus facciones más características. Una marca registrada. Circle-pits, Mosh-pits y mucho, pero mucho Crowd-Surfing. La fanaticada chilena ya lo pudo vivir por primera vez hace dos años en Lollapalooza 2022, en un show que estuvo marcado por Glow On, el último larga duración que nos regaló la exitosa agrupación.
Sin embargo, el regreso de los estadounidenses a tierras nacionales debía ser en solitario esta vez. Totalmente mandatorio. Tenía que ser una cita más íntima. Sobre todo, para una banda que sabe articular con destreza un show que goce de fervor.
Así como también, debe haber un telonero que esté a la altura de las circunstancias. La agrupación nacional Mano de Obra se encargó de resolver un ardiente comienzo que bordeó la media hora de duración. Con varías canciones de su último EP Con**Ten*Sión, los chilenos encendieron al público que habitó las primeras filas para así dejar la mesa servida para el plato fuerte de la noche.
Cuando el reloj marcó las 21:30 horas, el gentío que colmó el recinto ya estaba más que listo para recibir a Turnstile en Basel Venue. Estamos hablando de un show que vendió todas sus entradas en tiempo record. Sold Out indiscutible. Mucha gente quedó fuera de la velada y en parte se debe al lugar seleccionado, el cual – según datos de Ticketmaster.cl – tiene una capacidad para 3.500 personas. Además, el recinto no suele albergar recitales de rock pesado - el último de este estilo fue The Brian Jonestown Massacre hace un año atrás – por lo que muchos fanáticos se restaron por el espacio.
Foto por Andie Borie - DG Medios
De todas formas, el entusiasmo de la gente que se quedó sin entrada se hizo notar cuando ingresaron en avalancha sin previo aviso. Entre vitoreo y saltos, cientos de personas pudieron entrar a la cancha a minutos de que comenzara el espectáculo.
Algo que se ha transformado en un sello propio para los intérpretes de “BLACKOUT” en esta gira por Latinoamérica, es colocar "I Wanna Dance With Somebody" de Whitney Houston a minutos de que inicie su presentación. Talvez sea algo indescifrable para una banda como Turnstile, pero esto no fue una extrañeza para el público que cantó a todo pulmón este himno pop ochentero.
Foto por Andie Borie - DG Medios
Las luces se tornaron de negro a morado y el usual cuarteto se colocó en sus respectivas posiciones mientras una intro extendida de “MYSTERY” sonaba de fondo. Por otro lado, en las primeras filas se veían diferentes figuras inflables que saltaban entre el extasiado público. Un tiburón, un cocodrilo, un alien e incluso hasta un preservativo en forma de globo. ¿Cómo entraron? No tenemos idea, pero ahí estaban.
Apenas la explosividad del primer tema golpeó cada una de las paredes del Basel, la energía se desbordó por completo. Gracias a una impecable transición, ENDLESS mantuvo la tónica para que muchos vasos, algunos polerones, los globos antes mencionados y un sinfín de objetos más flotaran por los cielos. Todo volaba.
Un Brendan Yates sin polera animó la fiesta con carisma y entusiasmo, mientras sus compañeros de banda no se quedaron atrás en ningún momento. Punto aparte para el prodigioso responsable de las baquetas. Daniel Fang se lució con un laborioso solo de batería que rozó los cinco minutos de duración y que recolectó todos los aplausos del recinto de Independencia.
Foto por Andie Borie - DG Medios
Cerca del horizonte del show, la banda propuso un tremendo carrusel de éxitos que se sintió como una verdadera montaña rusa. "BLACKOUT" volvió a desatar el fiel cantico de toda la fanaticada chilena para luego calmar ligeramente los ánimos con la melancólica "ALIEN LOVE CALL". Sólo hits de su álbum más célebre. Así lo siguió confirmando "HOLIDAY", tema que fue un componente más del explosivo cóctel que estábamos disfrutando en este encendido desenlace. No obstante, la canción que se encargó de bajar las cortinas no podía ser otro. Su presencia es siempre inapelable. “T.L.C.” o “TURNSTILE LOVE CONNECTION” se vivió cómo nunca. Todo lo que se mencionó anteriormente pero multiplicado por dos. La energía del respetable llegó a su punto más alto para así cerrar una jornada inolvidable que sin duda - a pesar de sus inconvenientes - tendrá un lugar dentro de los mejores conciertos del 2024.