El show que reunió a más de 40 músicos en escena en el Teatro Nescafé de las Artes fue un elegante ejercicio de coordinación y disciplina, rindiendo honor a la filosofía Fripp a cargo de la guitarra al servicio del espectáculo.
Por: Matías Muñoz
Fotos: Luis Marchant
El imponente escenario que albergaría a la Orquesta de Cámara de Santiago lucía sobrio y tenue. El show, que prometía un repaso por composiciones de Robert Fripp, cerebro y manos de King Crimson, además de clásicos del grupo, contaría con más de 40 músicos en escena, junto a los 8 guitarristas parte del grupo músico-filosófico Guitar Craft (fundado por Fripp).
Secundados por el director Sebastían Silva, los músicos tomaron posición mientras la orquesta se armaba: vientos, bronces, percusión y cuerdas se tomarían el espacio para dar vida, en una más de sus formas, a canciones como “21st Century Schizoid Man” o “Fracture” o “Thela Hun Ginjeet” en formato guitarra.
Con los 8 miembros de la liga sobre el escenario, el show fue adquiriendo forma y espacio, intercalando arreglos entre las guitarras electroacústicas del grupo y los arreglos en conjunto con la orquesta, que a ratos observaba y escuchaba atenta cómo las guitarras copaban el espacio.
La experiencia The League of Crafty Guitarists debe ser entendida como un fenómeno diferente a lo que pasa con el homenaje a King Crimson o bandas que tributan su historia como Beat. The League of Crafty Guitarists es un grupo de selectos músicos cuyo único interés y sonido radica en la guitarra. De allí se desprenden ejercicios clásicos de estructuras y composiciones de Robert Fripp como maestro más que canciones de King Crimson, lo que a ratos puede hacer perder el interés de algún asistente.
No obstante el show gana en intensidad con los arreglos para orquesta, trabajados por Juan Emilio Cucchiarelli y Joaquín Guevara. Los músicos clásicos, entendiendo la magnitud y complejidad de enfrentarse a momentos de compases complejos e incluso irracionales, aglutinaban el sonido y llenaban la sala aterrizando las composiciones desnudas de la guitarra.
Así, los 8 guitarristas de The League of Crafty Guitarists a ratos se divertían con las denominadas “Circunlaciones”, ejercicios de improvisación y composiciones propias con el ADN Fripp, proponiendo incluso tímidas experiencias visuales como movimientos coreografiados. Y es que los músicos, parte de una formación rígida, interactuaron poco y nada con el público, salvo el respectivo saludo y agradecimiento no verbal hacia el final del show.
The League of Crafty Guitarists no busca reinterpretar o revisar creativa y libremente la obra de King Crimson. Más bien los 8 guitarristas son parte de una filosofía musical y esto es su culto. Un ejercicio donde se vale la improvisación y la técnica en su estilo más puro pero controlado, más que un setlist o un tributo en formato covers.
La disciplina, la innovación y la complejidad son sus dogmas y sobre el escenario son parte de algo mucho más grande que considera la unión de la disciplina del rock con el orden y el método de un ensamble clásico.
THE LEAGUE OF CRAFTY GUITARISTS