Tras casi una década después de su debut en Chile la gira de promoción de su más reciente producción, “Duck” (2024), fue la excusa perfecta para tener de vuelta en nuestro territorio todo el virtuosismo y excentricidad de The Aristocrats. El Club Chocolate fue el lugar escogido para albergar el primero de los dos shows del power trio conformado por el guitarrista Guthrie Govan, el bajista Bryan Beller y el baterista Marco Minnemann, y desde temprano los incondicionales fanáticos empezaron a converger al recinto de Barrio Bellavista para ser testigos privilegiados de un evento que a priori prometía ser trascendental.
Por: Gustavo Inzunza
Fotos: Luis Marchant
Desde el comienzo de la velada quedó claro que la escenografía no sería ni remotamente el eje principal de la presentación, una puesta en escena minimalista, casi inexistente, evidenciando que toda la atracción iba a depender exclusivamente de Govan, Beller y Minnemann, y a la postre ese objetivo sería alcanzado a la perfección. En medio de bromas improvisadas, juegos absurdos adornados por solos imposibles, el trío lograría construir una experiencia que no necesitaría pirotecnia ni juegos de luces para ser inolvidable. La primera parte del show estuvo 100% cargada a la promoción de “Duck”, tocando en el mismo orden del álbum sus cuatro primeros temas: “Hey, Where's MY Drink Package?”, “Aristoclub”, “Sgt. Rockhopper” y “Sittin' With A Duck On A Bay”, canciones que se fueron matizando con anécdotas e historias asociadas al trasfondo conceptual de la placa y que incluso dieron paso a la presentación de un par de muñecos de pingüino por parte de Govan.
Este show fluyó de manera paradojal, uno de esos fenómenos que de tanto en tanto tenemos la fortuna de presenciar y que atenta contra la lógica de este tipo de eventos. En contraposición a la norma, probablemente no era necesario conocer ni un solo tema de los cinco álbumes de estudio The Aristocrats para disfrutar a concho esta experiencia. Beller bromeó mencionando que en 2020 tenían pensado venir a Latinoamérica para promocionar su disco “You know what?” (2019), pero que “algo” se interpuso en el camino, haciendo una clara alusión al confinamiento obligado a raíz del Covid, sirviendo esta anécdota para introducir “Spanish Eddie” y el alcance de nombre con el tema de Laura Branigan, que según Govan recién notó cuando el disco ya estaba publicado. La canción empalma con un demoledor solo de batería cortesía de todo el talento y versatilidad de Marco Minnemann, fusionando naturalmente jazz, funk, rock y pinceladas de electrónica al ritmo de los chillidos de un chancho y un pollo de goma.
En una banda la comunicación es un atributo fundamental, y el trío lleva esta conexión a un nivel superior, como si cada uno de los instrumentos fueran una extensión de un único individuo. Los músicos interactúan a través de guiños y sonrisas, cada uno conoce a la perfección un guión que ni siquiera está escrito y de vez en cuando se toman el tiempo para contemplar la enajenación de sus fanáticos, una imagen que desde su perspectiva se debe traducir en caras eufóricas matizadas de fascinación e incredulidad. Los ritmos pausados de “The Ballad of Bonnie and Clyde”, canción que fue escrita por Beller a raíz del robo de sus instrumentos musicales y posterior captura de los ladrones, y los sonidos acelerados de “Flatlands” siguen entregando destellos de prolijidad que probablemente se convertirán en hermosas gemas dentro de nuestro subconsciente.
“Here Come the Builders” trae de vuelta los sonidos de “Duck” y con ellos la continuación de una celebración desenfrenada de talento compartido, una oda a la complicidad entre tres músicos que parecen haber estado predestinados a tocar juntos y que no enmascaran la intención de hacernos participe de esta suerte de jam entre amigos. Sin lugar a duda el show de esta noche tiene tintes especiales, ya que marca el regreso de The Aristocrats a Latinoamérica después de casi una década de ausencia. Las psicodélicas transiciones de “This Is Not Scrotum” no dan tregua a los fanáticos y el cierre que cae de la mano de “Get It Like That” se convierte en uno de los puntos más destacables de la presentación en donde la banda logra transformar el show en una dinámica de integración con el público, en una coreografía sonora que alterna los chillidos del chancho de goma manejado por Minnemann, el pollo manejado por Beller y la repetición de los sonidos por parte de los fanáticos. Aunque su capacidad técnica parece escapar a lo terrenal su desparpajo para hacer el ridículo y su capacidad de reírse de sí mismos los hacen impregnarse de humanidad.
“Desert Tornado” es el tema encargado de bajar el telón, canción que vuelve a dejar en evidencia la destreza técnica de Minnemann y la complicidad del trio. El cierre del show no tiene ni pirotecnia ni confeti, solo un pequeño escenario con tres músicos virtuosos que en dos horas exactas desplegaron todo su talento para construir una presentación que fácilmente estará en el podio de los eventos destacables del 2025. Probablemente los fanáticos tardarán en procesar lo vivido esta noche en el Club Chocolate y no tomarán consciencia que a partir de este momento mirarán a través de otro prisma la música instrumental. En el comunicado distribuido por la productora previo al show se advertía de la prohibición de grabar videos durante la presentación y cerraba con la frase: “Vive la experiencia plenamente”. Misión cumplida.
Setlist
1.- Hey, Where's MY Drink Package?
2.- Aristoclub
3.- Sgt. Rockhopper
4.- Sittin' With A Duck On A Bay
5.- Spanish Eddie
6.- Solo (Batería)
7.- The Ballad of Bonnie and Clyde
8.- Flatlands
9.- Here Come the Builders
10.- This Is Not Scrotum
11.- Get It Like That
12.- Desert Tornado
THE ARISTOCRATS
AMÉRICA PAZ & KOKE BENAVIDES