Con cuatro discos de estudio bajo el brazo, demoledores pasos por los escenarios más importantes del mundo y una propuesta que sigue fascinando hasta el día de hoy, el power duo británico de Mike Kerr y Ben Thatcher vuelven por fín a nuestro país como uno de los actos clave para que la llama del rock nunca se apague.
Por José Tomás Prado
La llegada del nuevo mileno nos regaló una evolución para la música rock que vio cómo bandas como The Killers, Muse o Queens Of The Stone Age mantuvieron arriba de los line ups festivaleros a un género que, sin gozar de la misma popularidad de décadas pasadas, parece no perder su poder de convocatoria. El contexto no fue tan diferente ya entrada la segunda década del milenio, donde la masividad de la música urbana golpeó de tal manera que pudimos ser testigos de cómo artistas como Kanye West y Jay-Z se plataban como cabeza de cartel de un festival tan importante como Coachella.
Por esos años Mike Kerr se encontraba en Australia trabajando en lo que serían los cimientos de Royal Blood. Acompañado de Matt Swan en la batería y Joe Dennis en la guitarra, el oriundo de Brighton armaría lo que sería el esqueleto del sonido de la banda con un tibio recibimiento en las rotaciones radiales de la zona, provocando que Kerr volviera junto a su bajo a Inglaterra a mediados de 2011. Como si de una película se tratara, fue su amigo de la infancia Ben Thatcher quien lo recogió en el aeropuerto y le propuso armar un nuevo proyecto.
Desistiendo de más integrantes y enfocándose en crear con los recursos que tenían, Mike se las ingenió para convertir a su bajo en una máquina de riffs pesados gracias al creativo armado de un sistema donde combinó modificaciones en las cuerdas de su instrumento con la utilización simultánea de amplificadores de bajo y guitarra. Este experimento dio como resultado el perfecto acompañamiento para la potencia de Thatcher en la batería, generando así el inicio oficial de la banda y las primeras presentaciones en bares de la zona.
No fue hasta noviembre de 2013 que el mundo conocería el nuevo sonido del hard rock británico tras el lanzamiento de los singles "Out of the Black" y "Come on Over". La potencia y estruendosidad de la banda sorprendió tanto a críticos como al público general cuando se enteraron que se trataba tan solo de dos personas. El primer álbum homónimo no tardó en llegar, generando una demanda que posicionó al dúo como teloneros de los Arctic Monkeys y uno de los actos más aclamados del 2014.
Como lo difícil siempre es mantenerse, el segundo álbum llegó bajo una alta expectación y esperando que el rodaje de los primeros años de gira hicieran su efecto natural en el desarrollo de la banda. "How Did We Get So Dark?" llegó finalmente un 6 de junio de 2017 e inmediatamente se guardó a la crítica en el bolsillo. Con nuevos elementos y repitiendo la fórmula del bajo ganador, la banda reafirmó su status de "salvadores del rock" con un álbum que llegó al primer puesto de las listas británicas y llevó al dúo hasta el main stage del Glastonbury Festival de aquel año.
Canciones como "Lights Out", "Hole in Your Heart" y "Hook, Line & Sinker" lograron robarse todas las miradas de la escena rock mundial y maravillaron a los más conservadores bajo un formato técnico pocas veces visto como algo masivo. Dejando de lado el periodo pandémico, los años venideros fueron de no parar. Con dos álbumes y diversas giras mundiales donde compartieron grandes escenarios con muchos de sus referentes musicales (como aquel gira de teloneros de Queens of The Stone Age en 2018), el dúo se ha encargado de demostrar la potencia que tiene el rock incluso cuando no siempre está bajo el foco de la masa.
Actualmente, los "nuevos salvadores del rock" se encuentran promocionando su último trabajo de estudio: Back To The Water Below (2023). Con una nueva propuesta escénica y una energía que parece no decaer nunca, la banda tendrá la oportunidad de reencontrarse con nuestro país el próximo 9 de abril en el Teatro Caupolicán. Una noche que, tras su demoledor paso por Lollapalooza Chile 2018, seguramente se postule como uno de los conciertos de rock más memorables del año.