El documental nos muestra los detalles de la formación de la exitosa banda de rock australiana, sin embargo el enfoque que nos presenta es un Michael Hutchence cuyo mayor miedo es no poder encontrar alguien a quien amar y que ésto sea recíproco. La idea no es pequeña y nos lleva en un viaje a través de las relaciones del enigmático y carismático líder de INXS y cómo éstas lo formaron y afectaron a lo largo de su vida.
Por Valentina Morales
Si bien Mystify: Michael Hutchence (Mystify: detrás del cantante Michael Hutchence en latinoamérica) fue estrenada el año pasado, no fue hasta hace un par de días que el documental que muestra la vida del cantante y líder de INXS, ha llamado la atención de los melómanos de latinoamérica por su estreno hace un par de días en Netflix.
Humanización y desmitificación. Esas dos palabras fueron el arco que ocupó el director Richard Lowenstein para realizar el documental sobre Michael Hutchence y de paso suprimir todas esas aquellas teorías que alimentaban los amarillismos de que el frontman murió por un juego sexual relacionado con el sadomasoquismo. Muy lejos de esta imagen hiper potenciada por la prensa de la época, en Mystify podemos ver a un increíblemente vulnerable Hutchence cuyo mayor anhelo era amar y ser amado.
Cercanía e ir mostrando el potencial artístico y familiar fueron la prioridad para el director, quien dicho sea de paso no es un ajeno a INXS. Aventurarse en decir que conocía a la perfección a Hutchence, sería aventurarse en un calificativo que no me atrevo a hacer, pero sí era alguien que por lo menos conocía a los australianos, ya que fue el encargado de dirigir diversos videoclips de la banda como “New Sensation”, “Suicide Blonde” o “Need You Tonight”. Con un ojo bien cercano y con imágenes de archivo inéditas, intercaladas con presentaciones en vivo, además de videos que grabó el propio Michael junto a los relatos de sus más cercanos, Lowenstein logra crear una atmósfera que nos hace recordar ligeramente la técnica cinematográfica detrás del documental AMY.
Con un inicio impactante, pero quizás un tanto enfrascado en esta idea que todos tenemos de Michael Hutchence, el rockstar, el sensual y magnético rockstar que sube al escenario, ante un público que clama su nombre, para luego lanzarse con “Never Tear Us Apart”. Impecable.
Sin embargo la belleza de Mystify: Michael Hutchence no es el ver al australiano en esta aura atrapante, aunque es un tanto inevitable ya que esa energía traspasa la pantalla, sino que colocarlo como un humano interesante, curioso, inteligente, buscador de su arte, que anhela cariño y amor. Una persona un tanto obsesiva y casi auto flagelante que se ve exacerbada tras un accidente en bicicleta que le cambia completamente la vida. No daré más spoilers de ese punto, porque es genuinamente LA historia detrás de la historia.
Con entrevistas a su familia, a sus compañeros de banda, sus mánagers, productores, novias (incluídas Kylie Minogue y Helena Christensen), amigos, incluso Bono de U2. Todas estas voces logran dar una nueva dimensionalidad y atractivo a la figura de Michael Hutchence. Que sigue y seguirá siendo ese dios del sexo de los 80’s, pero que además es un artista introspectivo, muy ocupado de las cosas mundanas de la vida, cuyo fin no era, necesariamente, ser una gran estrella del rock and roll, si no que un hombre, humano y con corazón. Quien no obstante, sucumbió ante sus demonios personales.
Y si la historia de Hutchence no los convence, la música, que se transforma casi en el hilo conductor de la película, debiese ser suficiente. Al igual que la historia es electrizante.
Disponible en Netflix.