En Black is King vemos la versión del Rey León, pero contado a través del ojo artístico de Beyoncé, con no poca crítica social, enalteciendo el talento africano, celebrando el color de la piel y entregándonos nuevamente un álbum visual para devorar y diseccionar. Lo mejor es que ya está disponible en Chile, con la llegada de Disney+.
Por Valentina Morales
Si hablamos de álbumes visuales, quizás se nos venga a la cabeza The Wall de Pink Floyd, que finalmente fue la versión materializada en el cine de cómo Roger Waters sentía ese extraño periodo de crecer luego de la segunda guerra mundial. Un trabajo magno en sí y que impactó a muchísimas generaciones de músicos que se aventuraron a crear versiones visuales de lo que su música clamaba. Pero quizás uno de los últimos álbumes visuales más impactantes que llegó a nuestras manos en el último tiempo fue el sexto álbum de Beyoncé: Lemonade (2016). Una puesta en escena que celebraba la negrura, las raíces africanas de Estados Unidos y al mismo tiempo una abierta confesión de la crisis marital de Beyoncé y cómo superó tal situación. Todos los que vimos Lemonade en HBO quedamos impactados, la música era brillante, pero la capacidad de contar historias, con un ojo artístico, puesto con mucho cuidado a través de video musical tras video musical, hizo de Lemonade algo increíble.
Tras ese lanzamiento comenzó el gran abrazo y enaltecimiento de las raíces africanas de la misma Beyoncé. Celebrando su origen con su impactante show Homecoming en Coachella, acompañando a Bruno Mars y Coldplay en el Super Bowl y prestando su voz como Nala en la última versión de El Rey León (2019). Y fue precisamente acá que nació y se creó esta nueva apuesta visual que hoy nos entrega Queen Bey y que podemos disfrutar en Disney+.
Presentado como una oda no reprimida a la alegría y el linaje negro, Black Is King, es un álbum visual de 85 minutos que busca reconceptualizar las canciones del lanzamiento del álbum The Gift, creado el año pasado y que acompañó de igual manera al lanzamiento de El Rey León. Todo a través de una serie de videos musicales extendidos, intercalados con viñetas y voces en off de la historia original de Disney, para pintar una imagen de orgullo racial y visibilidad. Casi como una nueva forma de contar la historia de Simba, pero a través de los ojos de Beyoncé.
Basándose en las palabras de la poeta Warsan Shire (que también trabajó en Lemonade), Beyoncé resume su mensaje en una de las primeras citas de la película: "Vivir sin reflexión durante tanto tiempo te hará preguntarte si realmente existes". Y es que esta frase nos llama no solo a pensar en nosotros mismos y en cómo nos vemos. Si no que te hace reflexionar sobre las comunidades afroamericanas y cómo muchos, para no decir la mayoría, no saben de dónde vienen. Y si no sabes de donde vienes, cómo vas a saber quién eres. Es común escuchar en películas o series que quizás “descienden de reyes y reinas, pero nunca lo sabrán”, porque su historia de cierto modo fue arrebatada y forzada a ser olvidada. Es esta frase entonces no solo una invitación a pensarse a uno mismo, sino que a pensar las historias de todos y de cómo algunas comunidades han sido dejadas de lado. Pero el vivir sin reflexión también apela al sentimiento mismo de comunidad y de pertenecer a ella. De obrar por el bien de todos. De respetar los espacios y a los antepasados y mirar hacia el futuro como un colectivo orgulloso de donde viene y a dónde va.
Utilizando la música y el arte visual como una herramienta para la educación y la elevación, Beyoncé presenta a todo tipo de artistas excelentes y subestimados de la diáspora africana: Wizkid, Tierra Whack, Moonchild Sanelly, Shatta Wale, que demuestran el valor de escuchar las voces negras no solo cuando están en crisis, pero cuando están prosperando.
Como en cualquier proyecto de Beyoncé, las imágenes aquí son impecables. Cada toma, cada cuadro, parece sacado de un museo, con brillantes rosados y anaranjados destacando contra atardeceres sacados de otro planeta y exuberantes paisajes verdes. O contrastes de azules, negros, turquesas y beiges. "Find Your Way Back" es particularmente impresionante en su brillante opulencia. La hija mayor, Blue Ivy, hace numerosos cameos, sonriendo con una confianza que solo la hija por excelencia podría lograr.
Aunque hay opulencia por doquier, la crítica social, de los barrios menos favorecidos de África, está igual presente. Quizás de una manera bastante estilizada y poco realista, pero está y no pasa desapercibida.
Por otra parte, si bien la interpretación de Beyoncé puede ser desbordante, hay muchos momentos de iconografía conmovedora. "The Nile" la ve vestida de encaje blanco, llorando mucho más que la efigie de Mufasa mientras los versos de Kendrick Lamar flotan como olas. En muchos sentidos, la animada “Brown Skin Girl” ofrece el momento central de la película: ambientada en escenas de un baile de debutantes negras, al principio parece un poco cursi, pero pronto se vuelve bastante entusiasta, llena de cameos de Naomi Campbell, Lupita NYong'o y Kelly Rowland.
Finalmente Beyoncé dedica Black Is King a su hijo, Sir Carter, que nació con su gemela Rumi en julio de 2017. “Dedicado a mi hijo, Sir Carter, y a todos nuestros hijos e hijas, el sol y arco de luna para ustedes, ustedes son las llaves del reino." A lo largo de la película, Beyoncé conecta la narrativa fantástica de El Rey León con un mensaje más general del legado negro, lo que significa honrar a los antepasados y qué lecciones deben transmitirse a la siguiente generación. Una vez más comprometida con la excelencia estética, Queen Bey ha demostrado que su reinado no está exento de su propia pizca de magia a lo Disney.
Disponible en Disney+