Otoboke Beaver en Blondie: caóticamente hermoso

Luego de su exitosa presentación en la segunda jornada del Festival Fauna Primavera, la banda japonesa de punk rock Otoboke Beaver ofreció un impecable sideshow en el Club Blondie, ante un gran marco de público. El cuarteto demostró sobre el escenario una calidad fuera de serie; cada integrante exhibió un nivel superlativo a lo largo de su concierto en solitario. Una batería de éxitos, uno tras otro, fue el condimento perfecto para una jornada que marca el inicio de una relación a largo plazo entre la banda y el público chileno.

Por Álvaro Rodríguez Cárdenas

Fotos por Juan Pablo Morales

Otoboke Beaver dejó gratas sensaciones en su show de Fauna Primavera, demostrando que, a pesar del intenso calor y del poco conocimiento previo del público, tenían talento de sobra. La confianza fue tal que se les concedió un sideshow en Blondie. Desde muy temprano, los fanáticos comenzaron a llegar en gran número al recinto capitalino. La jornada abrió con la banda nacional Playa Gótica, encargada de encender al público y preparar el ambiente para lo que sería una noche inolvidable.

Cuando el reloj marcaba las 20:03, el cuarteto apareció en el escenario ante la ovación de sus seguidores. Desde ese momento, la energía y la potencia no se detuvieron. Un sonido poderoso, guitarras intensas y una pasión única fueron la constante sobre la tarima. La euforia era total: el público, de distintas edades, disfrutaba de un sonido fuera de lo común, ruidoso, inspirado en el clásico punk, pero con un sello propio. Eran chicas que se estaban comiendo el mundo, con una presentación llena de actitud, entrega y carisma arrollador.

Sonaron temas como “Yakitori”, “Bakuro Book”, “I Am Not Maternal”, entre otros. Canciones que parecían un vendaval musical imparable, donde el grupo derrochaba energía y talento. Las niponas mostraron carisma y gratitud, agradeciendo en varias ocasiones el cariño del público y la cálida recepción que tuvieron en este lado del mundo. El show estuvo lleno de pequeños momentos memorables, como el cumpleaños de la bajista Hirochan, a quien el público le cantó el “cumpleaños feliz”, mientras sus compañeras le obsequiaban rosas por su nueva vuelta al sol.

A nivel musical, es difícil cuestionarles algo: son rápidas, precisas y capaces de mezclar ritmos en un mismo tema. Su sonido es caótico, pero hermoso a la vez. Sus presentaciones son cortas, aunque extremadamente intensas. El ambiente nunca decae; la gente agradece la entrega, la energía y las ganas de darlo todo. Otoboke Beaver no es simplemente una banda más: definen un estilo, un ritmo y una forma de ser sobre el escenario. Son atípicas, pero impresionantes a la vez.

La jornada tuvo de todo, incluso un momento tan inesperado como divertido: la guitarrista Yoyoyoshie se lanzó al público con un flotador y recorrió desde el escenario hasta la mitad de la cancha, ida y vuelta, desatando la locura entre los asistentes. Pequeños gestos que marcan la diferencia en shows de este tipo. En resumen, fue una noche completa y emocionante. Otoboke Beaver es, sencillamente, un grupo a tener muy en cuenta: su sonido, su energía y su entrega dejan claro que estamos frente a un supergrupo en toda regla.

OTOBOKE BEAVER