Antes de aventurarse a una carrera en solitario bajo el pseudónimo de Marton Marton, Martín Villulla ya venía participando de forma activa en la escena.
Estuvo a cargo de los sintetizadores flotantes en la banda de shoegaze patagónico Atrás Hay Truenos, colaboró en proyectos solistas como el de Pantrö Puto (guitarrista de El Mató a un Policía Motorizado), y creó el sello Lagunera Discos, que además de editar su propia música, se encarga de difundir sonoridades propias de su Chascomús natal, pero también de La Plata, Buenos Aires, Rosario, Corrientes y distintas ciudades de Argentina.
En 2017 deslumbró con La película que no te has montado, un debut íntimo y artesanal de raíz psico-folk que anticipó lo que sería capaz de desplegar en su segundo álbum Viaje al centro de la periferia (2019) donde llevó el trip lisérgico al siguiente nivel: tematizó las problemáticas de la región construyendo un manifiesto alucinógeno que dialoga con un imaginario urbano y contemporáneo.
Ante el boom de recitales por streaming que trajo la pandemia del Coronavirus, el desafío estuvo en marcar la diferencia. El ciclo IndieFuertes, vitrina de la escena independiente argentina que viene desarrollándose desde 2015 en Niceto Club, apostó a una propuesta tan novedosa como necesaria. Se trató de una serie de piezas audiovisuales que, aparte de haber funcionado como estímulo creativo para los artistas, brindó al espectador una alternativa superadora a la falta de contacto con el público, despegándose del formato típico de concierto.
Marton Marton fue el encargado de dar el puntapié inicial a comienzos de octubre de 2020, con una película conceptual en clave onírica que abarca todo el espectro de su propuesta musical. Y lo hizo apoyado en una banda de lujo compuesta por Samo Láser en batería y octapad, y María Morillo en bajo y voces. Formación con la que, desde comienzos del 2020, realizó extensas giras por el territorio Argentino como la Patagonia, el litoral, y la Costa Atlántica bonaerense. Con “El Silencio Que Nos Trae Todo El Ruido”, el artista nacido en Chascomús se las ingenia para escaparle a la solemnidad en un contexto atípico, y deja en claro por qué hoy es considerado uno de los principales exponentes de la nueva psicodelia argentina, al punto que su laboratorio sonoro dialoga con la mística de íconos como Gustavo Cerati, Syd Barrett o Tame Impala.