Los Jaivas pertenecen a ese selecto grupo de bandas que pareciesen inextinguibles, como si estuviesen congelados en el tiempo, unidos por un fuego invisible, impasibles al paso de múltiples generaciones que han crecido con su música. Con más de seis décadas de una impecable trayectoria y una nutrida discografía han sido capaces de resistir los embates del tiempo y reponerse a un abanico de escenarios adversos que muchas otras agrupaciones no habrían sido capaces de resistir.
Por: Gustavo Inzunza

No sería exagerado hablar de Los Jaivas como unos verdaderos sobrevivientes de la escena rock latinoamericana, debiendo soslayar múltiples obstáculos para encontrarlos en el punto de reconocimiento actual. Sin lugar a duda el primer gran punto de inflexión en la carrera de los nativos de Viña del Mar se produce con el exilio forzado que tuvieron que afrontar en 1973 tras el golpe de estado de Augusto Pinochet y el gobierno militar, migrando hacía la ciudad de Zárate en Argentina, lugar en el que permanecieron viviendo en comunidad hasta 1977, en donde las complicaciones del régimen militar trasandino los motivó a emprender un nuevo viaje hacía Europa, instalándose definitivamente en una casona antigua de Paris, Francia.
En 1988 los Jaivas deben afrontar la trágica pérdida de uno de sus pilares fundamentales: el baterista Gabriel Parra. El 15 de Abril de ese fatídico año, pasado el pueblo de Palpa a 380 kilómetros al sur de Lima, el vehículo en el cual se trasladaba el percusionista impactó contra un monolito en una curva conocido entre los locales como “la curva del diablo”, falleciendo de manera instantánea. El impacto emocional de esta tragedia hizo que la banda se cuestionara profundamente su continuidad, con la convicción de que no existía forma de llenar el vacío humano de su ausencia y tampoco el vacío artístico de su estilo irreproducible. Es ante este oscuro escenario que emerge la figura de Juanita Parra, hija de Gabriel de apenas 18 años, quien pidió audicionar para posteriormente convertirse en símbolo de continuidad y homenaje perpetuo.
En Enero de 2003 la tragedia nuevamente tocaría la puerta de Los Jaivas y en esta ocasión sería para cobrar la vida de su guitarrista y voz principal: Eduardo “Gato” Alquinta. Durante unas vacaciones con su familia en el complejo turístico Mistral, en la playa La Herradura de Coquimbo, el vocalista sufrió un ataque cardíaco fulminante. Con la perdida de su frontman un manto de dudas se posicionó en cada uno de los miembros y nuevamente la agrupación se vio envuelta en la encrucijada de la continuidad, y es aquí cuando nuevamente se alza el espíritu familiar como eje de superación. Aurora, Ankatu y Eloy Alquinta, hijos del Gato, deciden integrarse a la banda y darle una nueva vida al legado de su padre.
El próximo 7 de Diciembre en el Estadio Nacional tendremos una nueva oportunidad para celebrar el legado de una de las bandas icónicas del rock nacional, fuente inagotable de inspiración para varias generaciones de músicos latinoamericanos y piedra angular de nuestra cultura. “Los Jaivas, Siempre” lleva por nombre el show que recorrerá de manera transversal la discografía de la banda y que conmemorará el legado único de una agrupación que a pesar de un camino no exento de obstáculos se niega a desaparecer. Entradas aun disponibles vía Ticketmaster.