Paul Banks líder de la banda de rock indie Interpol acompañado de Matt Barrick (The Walkmen) y el multiinstrumentalista Josh Kaufman (Bonny light Horseman) -los que han sido amigos durante varios años - decidieron armar la banda de rock alternativo Muzz. Este proyecto que los tres venían trabajando desde 2015, tiempo en el que comenzaron a grabar los primeros demos, dio sus primeros frutos a inicios del presente año cuando el trío comenzó a grabar material de estudio para lo que sería su disco debut homónimo el que fue lanzado este mes a través del sello Matador.
Por Álvaro Rodríguez
Muzz es un proyecto que se venía gestando hace mucho años. Banks y Kaufman han sido amigos desde la secundaria, mientras que con Barrick han compartido el renacimiento del post-punk en Nueva York a inicios del 2000, por lo que la súper-banda tiene una historia que respalda su conformación. Muzz nos regala una serie de arreglos musicales llamativos a lo largo del álbum, con 12 canciones repartidas en cuarenta y tres minutos, tiempo suficiente para que la banda muestra sus credenciales musicales. La voz del vocalista Paul Banks envuelve por completo las letras de cada canción ya que al momento de escucharlo es inevitable no pensar en Interpol. Pero este supergrupo tiene un rock mucho más folk o experimental, lo que queda de manifiesto a lo largo de la placa.
“Bad Feeling” es el primer sencillo del álbum, con una letra melancólica en la cual la voz de Paul Banks se acopla perfectamente donde nos dice: “So long, so long, Bad Feeling”. La voz de Banks es totalmente cautivante, el ritmo pausado deja la sensación clara que la banda no tiene apuro, que se tomarán su tiempo. Esto recién comienza y abre el camino para lo que sigue. En este tema el ritmo y la voz son suficientes para que sea una canción aceptable y te deje con ganas de más.
El disco en general tiene una misma línea en cuanto a sus arreglos musicales, siempre va a una marcha lenta, pero en “Broken Tambourine” podemos apreciar como la banda experimenta. Te cautiva desde su inicio, donde de entrada te sorprende un solo (musical) de piano, seguido de tambores y el suave ingreso de la voz de Banks, hacen de esta canción una de las mejores en cuanto a arreglos musicales. Además, hay que destacar su casi imperceptible adorno de cantos de pájaros, que te transportan a un cielo abierto, lo que combina bien con la letra: “And it's heavenly heaven”, en español “Y es el cielo celestial”.
“All is dead to me” (Todo está muerto para mi), es una canción con una letra muy dramática de principio a fin. Muzz nos muestra su dolor y resignación en lo que pareciera ser una “carta de despedida”. Te hace imaginar a una persona escribiendo sus últimas palabras previo a morir transportandote a un día nublado. Los arreglos musicales son fundamentales para este viaje en la mente de una persona que pareciera estar acostumbrada al dolor.
“Everything Like it Used To Be” y “Evergreen” son canciones que personalmente me llamaron la atención. En esta oportunidad estos tema me transportaron de una forma maravillosa al rock psicodélico de finales de los 60 y al rock de los 70. En ambos temas la marcha lenta cambia a un ritmo más acelerado, lo que ayuda a darte un segundo aire, para continuar escuchando.
Muzz pareciera ser un disco y un grupo de descanso para el trio de amigos, pero eso no es lo relevante ya que éste es un álbum con unos arreglos musicales excelentes, donde el dominio de los instrumentos por parte de Kaufman queda clarísimo, son magníficos, la voz barítono de Banks siempre será un gran plus y Barrick inyecta su ritmo al estilo de The Walkmen. Es un disco redondo que de seguro te dejará encantado, la música suena excelente. Los invito a escuchar a este nuevo grupo que de seguro terminarán apreciando.
Recomendamos las canciones “Bad Feeling”, “Broken Tambourine”, “All is dead to me”, “Everything Like it Used To Be” y “Evergreen”.
Lanzamiento: 5 de junio
Sello: Matador