La polémica (no) primera vez de Iron Maiden en Chile

Para muchos, la relación de Iron Maiden con Chile parece haber sido siempre fácil y natural, pero en realidad, no todo fue color de rosa al inicio. Para entender lo que ocurrió, debemos remontarnos más de 30 años atrás y situarnos en el contexto en que vivía nuestro país. Chile, una nación que, después de 17 años de dictadura, se volvía a abrir al mundo, fue uno de los destinos seleccionados para la gira de Maiden. Sin embargo, presiones religiosas y políticas terminaron frustrando el esperado debut de la banda británica en nuestras tierras.

Por: Álvaro Rodríguez Cárdenas

En el momento que paso todo esto debemos comprender por qué Iron Maiden no pudo tocar en nuestro país, primero es necesario conocer el contexto de Chile a comienzos de los noventa. Era una nación que acababa de retornar a la democracia, pero la imagen de la dictadura seguía presente y la Iglesia católica aún ejercía una gran influencia en la toma de decisiones. Esto provocó que lo que prometía ser una celebración se convirtiera en un recuerdo amargo.

En 1992, Iron Maiden comenzó su gira mundial Fear of the Dark, y entre las ciudades a visitar se incluyó a Chile. El concierto estaba programado para el 23 de julio en el Centro Cultural Estación Mapocho. Desde el anuncio, los fanáticos se entusiasmaron, pero también surgió la oposición de la comunidad eclesiástica chilena, que no veía con buenos ojos el espectáculo y estaba decidida a impedirlo.

Así fue como Belisario Velasco, entonces subsecretario del Interior del gobierno de Patricio Aylwin, recibió una llamada del sacerdote Jorge Medina, un ferviente defensor de la dictadura de Augusto Pinochet. Medina le pidió que hiciera todo lo posible para cancelar el concierto, argumentando que la música de Iron Maiden ponía en riesgo la moralidad de la sociedad y la juventud chilena. Afirmaba que las letras de la banda incitaban el odio hacia los valores cristianos, Jesús y la Virgen. Al no lograr su objetivo con el gobierno, Medina se acercó a los administradores de la Estación Mapocho y a la Municipalidad para ejercer presión. Finalmente, el show fue cancelado al no conseguir un recinto, y la presión de Medina dio sus frutos.

Para Iron Maiden, la cancelación del concierto fue un golpe duro. Nunca imaginaron encontrarse con este nivel de rechazo y comentaron que Chile vivía en "la Edad Media". No fue hasta 1996 que el grupo pudo finalmente presentarse en el país. Aún así, el incidente dejó una huella en los fanáticos y en la banda, que nunca llegó a aceptar los argumentos en su contra. Consideraban incomprensible el rechazo en Chile, especialmente porque incluso en Roma (la sede del Vaticano) habían tocado sin problemas. Desde ese episodio, la relación entre Iron Maiden y Chile se ha vuelto cada vez más fuerte, y la banda es siempre bien recibida en nuestras tierras.