Front 242 - Crítica

Los míticos e inconfundibles Front 242, estuvieron en Madrid este viernes pasado en la sala Mon Club presentado su nuevo espectáculo “Circling Overland Tour”.
Como ellos mismos informan “es una vuelta a sus raíces, al sonido EBM que revolucionó el mundo de la música electrónica hace más de 30 años”.

El concierto fue potente, rápido en todos los sentidos (sólo duró 1 hora 20 minutos), combativo, agresivo y ,sobre todo, una delicia industrial para los oídos.

Se echaron de menos algunos de sus temas como Moldavia, aunque no faltó su hit por excelencia: Headhunter (locura generalizada). Los audiovisuales fueron poco “trabajados”, pero ¿quien iba a ver sus audiovisuales?.

En el público destacaban los que querían revivir la nostalgia de lo que en su día se vivió en España a principios de los 80. Como aquel “Men in Black” de 2 metros, de unos 50 años escribiendo un Sms a un amigo: “Tío, estoy viendo a los Front 242. Estoy muy nervioso, ¿te acuerdas?”.

En definitiva, salir del concierto con la cabeza que podría ser perfectamente sacada de la película Metrópolis, fue un placer.

Front 242 tuvo mucha repercusión a principios y mediados de los 80 en España. En esa época la gente estaba deseosa de baile, música y “éxtasis”, ya que tan sólo unos pocos años atrás terminaba una dictadura en España. Su música frecuentaba la famosa (y por desgracia malograda) Ruta Destroy, más conocida como Ruta del Bakalao. Allí se les  podía escuchar en templos musicales como Spook Factory y Barraca. Su Techno industrial y militarizado agrietaba los cimientos de estas míticas discotecas valencianas.

Mucha de sus influencias musicales vienen de sus vecinos Kraftwerk o Faust, del Post-punk de Cabaret Voltaire o del mismísimo Techno de Detroit en los primeros 80, con un joven Juan Atkins, integrante de Cybotron y posteriormente de Model 500.