El concierto de ayer se suponía iba a ser uno de los highlights de la cartelera de conciertos de diciembre. Con un año donde pudimos volver a la normalidad de tener conciertos todas las semanas, se esperaba que el regreso triunfal de Eros Ramazotti a Chile, iba a ser un éxito rotundo. Pero terminó siendo un concierto irregular, con algunos problemas de comunicación entre el artista y su staff, entre los músicos y la mesa de sonido, pero con una calidad de vocal de Eros aún en su prime y con músicos que definitivamente ayudan a anclar el show; con un público que lo adora, pero que ya no grita las canciones, ¿edad, energía, domingo?; con un uso de las pantallas que a ratos se hacía magnífica y a ratos un gran ¡¿khé?!; y con un setlist extrañamente armado, donde no se dio. Nuevamente, un concierto irregular, que venía con muchas expectativas y no sabemos si pudo cumplir a cabalidad.
Por Valentina Morales.
Foto por Luis Marchant
2022 será recordado en el inconsciente colectivo chileno por diversas cosas: cambio de gobierno, cierre de la convención constitucional, plebisicito, House of the Dragon, el solo de Eddie en Stranger Things, Merlina y porque fue el año en que oficialmente volvimos con todo a los conciertos post pandemia. Y hemos sido afortunados de ver la gran variedad de artistas que se han presentado este año y cómo el público chileno ha ido cambiando lentamente tras el letargo que fue estar encerrados por casi dos años sin eventos masivos.
Ayer era momento de sacar a relucir el cancionero noventero del pop romántico italiano con ganas y algo pasó en el concierto de Eros Ramazzotti que toda la expectativa que se tenía, de que fuera un show cálido (y no por la temperatura infernal de diciembre), con mucho cariño y conversación entre el artista y el público, y con un canturreo/griterío inagotable, no se dio. Fue un concierto bueno, pero no excepcional, donde más de un factor entró a jugar e hizo que la experiencia de ayer domingo 4 de diciembre en el Movistar Arena fuera una que dejó una sensación un poco amarga en la boca. Un show bastante irregular.
Pero antes de Eros, tuvimos a nuestra artista invitada que fue la encargada de prender los motores (¿?). A las 20:15, muy puntual, Valentina Marinkovic ataviada de solo si guitarra electo acústica pasó a dar un show de 30 minutos ante un casi vacío Movistar Arena. Y esto puede que sea a que el público perdió la costumbre de ir al show a ver al artista principal como al telonero, porque pese a la solidez musical que expuso Marinkovic en el escenario, el eco de un recinto casi vacío fue aún más fuerte. Y no solo eso, si bien hubo aplausos tras cada canción que la chilena cantó, estos se sintieron como aplausos cuando estás en un restaurant o bar y alguien se pone a cantar en la calle. Presentes, pero viene escuetos. Pese a ello, la performance de Valentina Marinkovic tuvo una fuerza vocal no menor y si bien sus temáticas y discursos a ratos pueden sentirse un tanto predicadores, vale la pena una escucha solo por la calidad de fusión pop-jazz-r&b-rock que la chilena desplegó.
21:08 comienza oficialmente el show, 21:10 suben los músicos y “Battito Infinito” es la encargada de iniciar el setlist de Eros Ramazzotti. Un tema bien dramático, bien italiano y que encapsula perfectamente el último álbum del artista del mismo nombre. Una performance con un despliegue vocal bastante fuerte, pero con un uso bien cuestionable de las pantallas. Un popurrí de imágenes pseudo-evocativas a las temáticas que se hablaban en la letra y de lo que potencialmente podía ser el resto del setlist y por lo tanto del show, pero que era tan obvio y sin un genuino hilo conductor que hizo que bajara la calidad de la presentación.
Foto por Luis Marchant
Y esta fue la primera dicotomía del show, y que se mantendría de manera intermitente a lo largo de éste. Una fuerza vocal y musical que se ve empañada por un mal uso de la tecnología, con una propuesta que se siente anticuada y que puede ser corregida fácilmente. Y además la segunda dicotomía del show, un Eros intenso, con una energía demandante, que le exige al público que expresen su adoración por él, y con un público tibio, un poco fomeque. Algo ayer no estaba cuajando y la sensación fue constante.
Seguimos con “Donde Hay Música”, el single que pone el título a su álbum de 1996 y que es, discutiblemente, uno de sus singles más conocidos y cantables de su discografía. Aún así al parecer el público del Movistar Arena no lo sabía (salvo quizás por la primera fila), porque cada vez que Eros apuntaba con su micrófono al público, para escuchar un rugiente griterío/canturreo de parte del público, solo se escuchaban susurros, donde se cantaba, pero a penas era audible todo.
Recién con su tercera canción “Cuánto Amor Me Das” se dio uso de la pantalla para poder ver el rostro de Eros Ramazzotti, algo que imagino tanto platea como tribuna agradeció. “¡Hola Santiago! Muchas gracias por venir esta noche… mucho calor, ¿mucho calor no? Esta noche vamos a cantar un poquito de español, un poquito de… ¿va bien?”. Con este saludos inicial, y su mayor acercamiento a entablar una conversación con el público, dio paso a otro de los clásicos de su repertorio “Una Emoción Para Siempre”, donde nuevamente el público quedó al debe con el nivel de corear toda la canción.
Foto por Luis Marchant
Y especular cuál es la razón es precisamente eso, especular. Puede que sea un público que si bien, lo adora (al cierre de cada canción aplaudía rabiosamente y uno que otro grito se escabullía), pero que no va a estar dejando la garganta en el concierto como lo hubiese echo 20 años atrás. O puede que haya sido un público que genuinamente no se sabía las letras de las canciones e iba solo por los tres singles principales. Puede que el formato sillas en la cancha haya limitado la experiencia al “debo ver esto sentado, porque pagué por mi asiento”, porque hubo. Nuevamente todo muy irregular.
La quinta canción del setlist fue quizás la que hizo el mejor uso de la pantalla y esto es porque “Soy”, el último single de su álbum Battito Infinito, es un dueto con Alejandro Sanz, quien apareció en la pantalla, en un video pregrabado que acompañó de manera magistral el show.
Y fue precisamente esta canción que dejó en claro lo irregular de este uso de pantallas, porque al inicio tuvimos una experiencia, asaltante a los sentidos (y no de buena forma), casi cutre y anticuada, con el uso de la pantalla, pero cuando llegó el turno de la canción “Soy” apareció todo el arte de saber utilizar una pantalla para dar efecto y anclar la performance. Nuevamente, todo muy irregular.
Algo que quedó muy claro en el show, es el cariño y respeto que Eros tiene por sus músicos, donde dio espacio para que casi todos tuvieran un solo, un momento para lucirse, de protagonismo absoluto. Mónica Hill y Roberta Gentile, sus coristas fueron piezas fundamentales en el show, no solo dieron las texturas vocales suficientes, también aportaron con un talento increíble, sobre todo en los duetos que hicieron con Eros. Sin embargo, algunos problemas con el retorno de los tres cantantes, no pasaron desapercibidos, y si bien, Eros tiene la muletilla de llevarse la mano al oído para cantar (oído donde usa la muela de retorno), tanto él como sus coristas constantemente estaba tratando de acomodar sus audífonos para poder escuchar bien. Y es que el Movistar Arena es un espacio curioso a la hora de generar retorno, a veces puede sonar increíble, otras, como ayer, un poco sucio.
Pero quizás el momento más sucio se dio luego de Se Bastasse, donde Eros pudo mostrar su habilidad con la guitarra eléctrica y el público encendió las linternas de sus teléfonos a la hora de grabar, pero ese no fue el problema. Tras terminar la canción Eros extendió la guitarra, mirando al público, casi sobre las cabezas de los guardias de seguridad que resguardaban esa zona para luego lanzarla sin más miramientos a su staff, en una actitud no solo altanera, sino que altamente agresiva y peligrosa. Tras ese percance, retó a los guardias que estaban abajo. Al parecer ellos se movían constantemente mientras el artista se paseaba por el escenario, lo que molestó al italiano de sobre manera, llamándoles la atención y felicitando solo a uno de los guardias, que se había quedado como estatua en su puesto: “tú trabajas bien, tienes harta gominola”.
Foto por Luis Marchant
El que la seguridad haya estado muy pendientes de cada movimiento habrá inhibido a los asistentes, y que por esa razón había poca efusividad, algo que claramente no le gustaba a Eros, no lo sabemos, sería especular.
Y si bien la relación con el público pudo ser algo tensa, uno de los momentos más brillantes, fue cuando Eros divisó en primera fila a Marcelo Salas. Quien no solo es un ícono del fútbol nacional, sino que por su paso en la Juventus, también es altamente conocido en Italia. El cantante italiano lo invitó a subirse al escenario, e improvisadamente entonaron un poco de L’Aurora. Definitivamente hermoso momento entre dos fanáticos que se encontraron en el lugar menos probable del planeta.
Afortunadamente la energía del público comenzó a mejorar, pero quizás ya era demasiado tarde, porque al final del show, recién comenzaron a corear con más ganas. Y es que el conjunto de Fuego en el fuego, Otra como tú, Cosas de la vida, Por ti me casaré y La cosa más bella, fueron las canciones que el público estaba esperando.
Con unos mini trozos acapella al cerrar, el Movistar probó que, en su mayoría, sí se sabían esas canciones y cantaron (no gritaron) acompañando a Eros.
Lo que hace que uno se cuestione, ¿el setlist estaba bien armado? Porque lanzar los platos fuertes solo al cierre no necesariamente ayudó a mantener una energía constante, pero sí quizás a cerrar en alto.
SETLIST:
- Battito infinito
- Donde hay música
- Quanto amore sei
- Un'emozione per sempre
- Los últimos románticos
- Soy
- Piu’ che puoi
- Estrella gemela
- Se Bastasse
- I Belong to You (Il ritmo della passione)
Medley:
- Emociones cuantas emociones
- Ma che bello questo amore
- Toma la luna
- Fabula
- L’Aurora (con Marcelo Salas)
- Música es
Unplugged
- Solo con te
- L’Urgano Mery
Medley 2:
- Una historia importante
- Ahora tú
- Fuego en el fuego
- Otra como tú
- Cosas de la vida
Encore:
- Por Ti Me Cassare
- La cosa más bella
Galería fotográfica por Luis Marchant