“Miel de Azar” es el último trabajo del músico mexicano Jorge Siddhartha González Ibarra, mayormente conocido como Siddhartha, en donde aúna lo que es el encuentro con lo automático de las ideas en adición a la compañía y carisma de diferentes músicos. Como equipo Sunderbeats tuvimos la oportunidad de conversar con el músico, en donde nos refirió lo importante que es para él el automatismo en su música como también lo que es soltar las ideas y darles cuerpo, alma y vida.
¿Qué sería diferente “Miel de Azar”, tu ultimo trabajo, en comparación a los otros? ¿Ocupaste algún método diferente, alguna cosa distinta?
En este EP básicamente todo fue diferente a todas mis producciones anteriores. Estas (sus entregas anteriores) tuvieron cierta metodología similar. La verdad es que este álbum ha sido como lo dice el título. una cosa que trajo el azar, una cosa positiva y dulce. Es un EP que no estaba entre mis planes.
Sucedieron muchas cosas para que esto existiera, pero ninguna de esas cosas estaban pensadas para que así sucedieran. Yo había terminado la gira del álbum “00:00” -que fue bastante extensa, un poco más de dos años tocando-. Cada vez que hago un álbum le entrego mucho de mi persona y de mi tiempo, y el “00:00” fue un álbum que hice durante la pandemia, entonces tuve la oportunidad de expandirme todo lo que quise, hacerlo con todo el tiempo del mundo. Y después de hacer un álbum así, de ser bien recibido, de hacer un tour extenso, el siguiente paso no estaba muy claro.
Yo sabía que en ese momento no quería meterme a hacer un álbum y la verdad estaba decretado por mí no hacer un nuevo álbum como tal. La necesidad impulsiva de hacer música me fue llevando a ciertas circunstancias en donde, si bien no estaba haciendo un álbum, estaba haciendo canciones aisladas. Por ahí surgió una canción, una colaboración, como que empezó a formarse un álbum sin yo saber que lo estaba haciendo. Después cuando reunimos estos temas, yo decía “bueno hay que compartirlos, mostrarlos” pero al momento de mostrarlos empezaron a tomar fuerza.
La gente nos empezó a hacer saber que querían ver estas canciones en vivo y todo empujó para que englobáramos estas canciones en un EP, le pusiéramos un título, hiciéramos una breve gira, pero luego esa gira resulto no ser tan breve. Una ciudad nos llamó a otra y de pronto empezamos a ver que a pesar de que es un álbum de menos canciones, tuvieron mucho click con cierta audiencia que nos ha pedido que vayamos y lo toquemos. El año pasado hicimos como cuarenta shows en cuatro meses. Ahora nos toca ir a unos países de Sudamérica. Terminamos de hacer unas ciudades en México que no alcanzamos y básicamente todo fue entre azares, sorpresas y un poco de destino también.
Tu mencionas entre lo que dices que hubo ciertas cosas “azarosas” que fueron pasando en el camino, ¿Me podrías contar un poco de ello?
Por ejemplo, una de las cosas más relevantes del álbum fue que grabé un tema en una nota de voz el 2020 y grabé un día una canción en un viaje a la playa. Después en el 2022 fuimos a tocar a Buenos Aires y habíamos tenido la intención de juntarnos con Emmanuel Horvilleur a grabar una canción juntos y a su chica le dio COVID y no pudimos vernos. Pero yo ya había destinado cinco días para hacer una colaboración con él. Entonces durante estos cinco días, con el afán de no desaprovechar el tiempo de igual manera me metí en un estudio y me decidí trabajar esa canción que por ahí tenía guardada hace unos años atrás.
En medio de eso resulto que Facu, vocalista de El Zar, estaba por ahí, conocía al ingeniero en sonido, y terminó llegando al estudio y cantando conmigo el tema que yo estaba grabando.
En eso, Emmanuel después de días de no verlo me habla y me dice “yo creo que nos podemos ver” y yo le digo que me voy esa noche de Buenos Aires. Entonces me dice que nos veamos una hora para saludarnos. En ese último día, con la maleta lista en el estudio llega Emmanuel, platicamos un rato y en cosa de 40 minutos compusimos “Acapulco”, que es la canción que hicimos en colaboración, y nada pasó como se esperaba. Luego después de eso, con la canción que se titula “Diamantes”, resulta que un ingeniero de nosotros de iluminación por casualidad hace un show de Jonas Brothers. Él me dice “acabo de hacer las luces de esta banda y resulta que tu canción es muy parecida a la de ellos”. La escucho, y mi canción efectivamente era súper parecida, específicamente el coro. Tan parecida que era imposible que nosotros la pudiéramos sacar como la habíamos compuesto. Me fijo, y veo que la canción de ellos había sido publicada dos años después de que yo la había compuesto, entonces no sé por ahí pensamos que bajamos del universo la misma canción los dos…
El inconsciente…
- Sí, el inconsciente, y yo tenía mi grabación con la fecha, día y hora de cuando había hecho esa canción. Sin embargo, esa canción no había salido al público, era imposible que yo la hubiera escuchado y también que ellos hayan escuchado la mía. Simplemente se adelantaron a compartirla. Eso cambió también el rumbo de ese tema, y terminamos haciendo otra canción como decepcionados de que teníamos ese tema que nos gustaba mucho y eso nos trajo como regalo este tema que incluye el “Miel de Azar” que es de los más queridos del álbum que se titula “Diamantes”. Conservamos la intención de que El Zar participara en esta canción y al final terminamos este viaje -en Buenos Aires- dando dos participaciones una con El Zar y con Emmanuel, entonces esto es ejemplo de que no era un disco premeditado. Ahora estoy haciendo un álbum nuevo, bastante aventajado, y todo fue mucho más consciente, los tiempos de producción, la gente con la que me iba a juntar, va muy bien y estoy muy contento. Creo que algo que distingue al álbum Miel de Azar es que fue un proyecto bastante libre.
Ahondando en lo que son las letras, tus letras abarcan harto temáticas como la intimidad, la unión, ¿Qué otras temáticas encuentras tú que son importantes para tu motivo lirico como escritor?
- La verdad creo que mis letras son básicamente un anecdotario de cosas que voy viviendo, dependiendo el momento en el que me encuentro. A veces hablo del presente y otras de hace muchos años. No tengo como una línea de temática, sino creo que en el “Miel de Azar” cada canción tiene su propio propósito y su propio eje. Todas se tratan de un desahogo o de un goce finalmente. Hay canciones que están más asociadas a experiencias en particular. Con las letras cuesta trabajo describirlas porque me parece que son espontáneas. Últimamente ya no escribo nada en papel. Pongo el micrófono, me pongo a grabar y lo que canto es lo que es. Entonces es como una especie de improvisación las letras. Luego después de eso les doy un poco de pulida, pero digamos que es algo que desahogo de manera un poco inconsciente…
Me gusta eso, hacer jugar al inconsciente…
- Antes hacer una letra me tomaba un montón de tiempo. O a veces la escribía antes que la música o la hacía al mismo tiempo. Ahora he tratado de ser más libre en ese sentido. Me sucede que la letra estuviera un poco predestinada.
Para ir cerrando, ¿Qué podemos esperar para el show del 13 de febrero?
- Tenemos un show diferente. Le dimos totalmente la vuelta a todo lo que hemos hecho anteriormente. Estamos reversionando canciones, dándole más presencia al Miel de Azar, cambiamos toda la manera en la que se ve la banda, las visuales, el aspecto del escenario. Le damos mucha importancia al show y lo que se puede esperar es lo mejor de nosotros. Espero que en esta segunda ocasión -que la primera la pasamos muy lindo- no solamente se repita, sino se multiplique todo.