¡Definitivamente leyendas! Buzzcocks desató su artillería en Chile

Con Sonics in the Soul lanzado a mediados del 2022 y una formación que complementa la experiencia de Steve Diggle en la guitarra, con el virtuosismo y técnica de Chris Remmington (bajo), Danny Farrant (batería) y Mani Perazzoli (segunda guitarra en esta gira), los legendarios del punk británico, Buzzcocks, llegaban al país para, por segunda vez en su carrera, inundar de sonidos estridentes el escenario principal de la Blondie.

Por: Pedro Massai

Fotos: Luis Marchant

La jornada eso sí partió un poco antes, a eso de las 20:15 hrs, con la actuación de los nacionales Moplo, quienes vienen golpeando fuerte en una variada escena punk local. Con Demonio Personal y Fascinación, entre algunas canciones, encendieron los ánimos de gente que ya a esas alturas, lo único que ansiaba era un arsenal de riffs a la vena.

21:10 horas y las luces se apagaron. Con la ancestral "Also sprach Zarathustra" de Richard Strauss, los cuatro músicos tomaron sus instrumentos con claras intenciones de estallar todo. Y así fue. Para sorpresa de lo que venían haciendo en la gira latinoamericana, la pegajosa “What Do I Get?” iniciaba un show que tuvo dos secciones de casi 15 canciones cada una.

Luego vinieron piezas inconfundibles, como “Everybody’s Happy Nowadays”, “I Don’t Mind, “Fast Cars” y “Orgasm Addict”, hasta melodías más actuales como “Manchester Rain”, “Senses Out Of Control” y “Bad Dreams”, que explican la relevancia y vigencia de la banda, en el sonido post punk británico. Todo esto, ante la mirada de un Steve Diggle que con gestos faciales, un recorrido sin fin por el escenario y breves pausas hidratantes (¡salud!), se mostraba entregado al contexto.

El segundo tiempo del concierto, en donde Diggle lució una camisa blanca (partió el show con una roja) y que tuvieron a un muy lúdico Danny Farrant compartiendo con la primera fila de espectadores, comenzó con una suave pero no menos poderosa “Love is Lies”, pista fundamental de aquel disco Love Bites (1978), para luego dar pie a ráfagas pogueras como Boredom, Promises, Time’s Up, “Sitting Round At Home” y “Chasing Rainbows”, que lograron reconectar al público y dejar el espacio para el final esperado: “Ever Fallen in Love”. El clásico himno de los británicos, retumbó por toda la Blondie, dejando en claro que nadie se podía ir sin esa dosis necesaria de historia.

El gusto que queda en la mirada retrospectiva, es que de no mediar algún inconveniente, Buzzcocks tiene cuerda para rato. La conexión que logra transmitir Steve Diggle con la gente, el fiato musical entre la banda, una batería de hits que te impiden estar estático, conforman un paquete completo para seguir disfrutando de mucho punk rock. Esperando que en el corto plazo puedan sacar nueva música, hay que recalcar: ¡Son leyendas! Tomémos el peso a lo que presenciamos un 22 de mayo de 2025.

MOPLO

BUZZCOCKS