La artista argentina presenta su versión para la canción "Veneno", que contó con la producción del chileno Pablo Stipicic. Una de las principales cualidades de un disco tributo es su capacidad para mostrarnos distintas visiones sobre una misma obra, lo cual nos permite abordarla con otros ojos u oídos, otorgándole instantáneamente nueva vida. El ejemplo perfecto de esto es ‘Reversiones’, álbum donde un sinfín de artistas de habla hispana como Mon Laferte, Juanes, Alejandro Fernández, Morat y más, han mostrado su interpretación particular de las composiciones de Zoé, leyenda viva del rock mexicano, con resultados francamente sorprendentes.
La más reciente muestra de ello es el sencillo que se estrena hoy, donde la cantante, compositora y multiinstrumentista argentina, Daniela Spalla, retoma la canción “Veneno”, un clásico absoluto de Zoé, bajo la producción del chileno Pablo Stipicic para transformarla en un sutil hechizo musical que, en apenas 3 minutos con 17 segundos, es capaz de amalgamar arreglos de jazz y bossa nova con algo de hip hop y electrónica, al tiempo que su interpretación vocal deslumbra por la dulzura con la que reinterpreta los versos de León Larregui.
El “Veneno” de Daniela Spalla (que como el resto de sencillos de ‘Reversiones’ está acompañado por un lyric video donde las imágenes se sincronizan con la música) comienza con un arreglo de alientos metal que coquetea con el jazz funk de los años setenta, y que por su inventiva, atrapa desde el primer segundo.
Entonces aparece prístina la voz de Spalla, quien suelta las primeras frases únicamente acompañada por los alientos y un sutil acompañamiento armónico de guitarra, misma que es ejecutada en un ritmo semi-brasileño: un combo musical que nos lleva suavemente por el matiz agridulce característico de la letra de “Veneno”.
Para aumentar la tensión propia del tema, se suman un bajo y una base rítmica que coquetean con el hip hop y la electrónica, para conformar un marco musical donde la ya legendaria frase “una araña gigante/dando vueltas en el aire" alcanza una nueva dimensión interpretativa, lo cual queda de manifiesto en el coro, que a diferencia del tema original, no estalla en términos de decibeles, sino que mantiene la suave tensión que ha construido Daniela Spalla.
Por todo esto, podemos afirmar que la artista nacida en Argentina nos regala una de las más brillantes ‘Reversiones’, dada su capacidad de transformar la amargura del veneno en un néctar musical inigualable, alquimia que sería imposible de ejecutar sin el genio místico de Zoé.