La segunda y última fecha de Tiny Fest de este año vivió una jornada inolvidable el domingo 7 en el Teatro La Cúpula, reuniendo propuestas diversas que hicieron de la experiencia un verdadero viaje musical. Desde un inicio potente, el público llenó el recinto y respondió con entusiasmo a cada presentación, confirmando la energía y convocatoria de este festival que apuesta por la innovación y la calidad sonora.
Por: Gabriela Torres
Fotos: Juan Pablo Morales
La noche comenzó con Valentina Maza, quien ofreció una propuesta en escena única, original e inmersiva; con la fusión de música, instalación y danza, logró crear un ambiente multisensorial que atrapó al público desde el primer momento, demostrando la fuerza creativa de la nueva generación de artistas chilenos.
Luego fue el turno de Antonio Monasterio Ensamble, banda que deslumbró con una presentación cargada de energía y matices. Su propuesta, que integra influencias del jazz contemporáneo y otros ritmos, se desplegó en piezas musicales que transportaron al público a través de múltiples paisajes sonoros, mostrando su dinamismo en cada composición.
El cierre de la noche estuvo en manos de Snarky Puppy, quienes fueron ovacionados al momento de pisar el escenario; estos desplegaron todo su virtuosismo con una formación de diez integrantes perfectamente coordinados. Cada canción se extendía como un viaje, enlazándose de manera natural con la siguiente, mostrando un trabajo colectivo de altísima precisión. Con un despliegue de técnicas tanto acústicas como eléctricas, mantuvieron al público con una energía altísima.
El grupo aprovechó la ocasión para presentar en exclusiva algunas canciones de su próximo disco, será lanzado el próximo 21 de noviembre, en esta ocasión la banda quiso experimentar algunas canciones esta vez; sin orquestas internacionales, y nuevamente demostraron que no es necesario tener siempre la orquesta ya que sonaron increíble de todas formas.
El broche de oro llegó con la participación de Pascuala Ilabaca, quien subió al escenario para rendir un homenaje a Violeta Parra. Su interpretación de Gracias a la vida emocionó profundamente a la audiencia con un momento cargado de simbolismo y sensibilidad.
El final del show estuvo lleno de energía y técnicas musicales ya que a este punto; toda la banda pudo hacerse parte tocando sus instrumentos logrando un cierre completo y hermoso de escuchar.
En conjunto, el Tiny Fest volvió a demostrar su capacidad de reunir propuestas innovadoras y de calidad, consolidándose como un espacio donde la música, el arte y la experiencia colectiva se encuentran en una misma celebración.
SNARKY PUPPY
VALENTINA MAZA
ANTONIO MONASTERIO ENSAMBLE