Bienvenidos a la religión de Erykah Badu

Con casi una hora de retraso, la reina del neo-soul debutó en suelo chileno convirtiendo a todos los asistentes en fervientes creyentes de la mística, la energía y el descomunal talento de Miss Erykah Badu.

Por Valentina Morales

“Tranquilos, ya va a llegar Erykah Badu, lo que pasa es que se encuentra atrapada en un taco, pero ya va a llegar” anunciaron por el altoparlante para informarle a los asistentes el porqué de la demora. Y fue casi un retraso de una hora que inquietó a los asistentes que clamaban por el debút de la reina del neo-soul.

Siendo casi las 10 de la noche se apagaron las luces y comenzaron a sonar los acordes de Caint Use My Phone mezclado con un uso de luces y pantallas parpadeantes que indicaron que Miss Badu ya se encontraba en el escenario.

Con un look deliberadamente masculino, en capas que partió con un abrigo trench para pasar al terno oversized y luego la polera oversized junto con los pantalones de buzo con una pañoleta enganchada en el bolsillo trasero un pañuelo o en el bolsillo de atrás. Un sombrero de copas que escondía un pañuelo que sujetaba su cabellera. Y un uso de aros o joyas como si fuera un chinstrap que asemejaba una barba. Alguien que la hubiese visto a lo lejos y piensa que pudo haber sido Kendrick Lamar. No es casual ya que las letras pro mujer y si discurso inclusivo hace que toda la puesta en escena de Erykah Badu sea un comentario en la sociedad.

La Reina del neo soul vino a dar cátedra de cómo uno se para en el escenario, lo llena y canta con todas las fibras del corazón, alma y espíritu. Tras dos canciones y un público completamente absorto la energía lo pudo más. La fiesta del soul nos sometió de manera definitiva y el mantenerse sentado a simplemente admirar la performance no era suficiente, se tenía que participar de pie de ese evento y como leales súbditos de la emperatriz y profetiza Badu, sus órdenes son nuestra verdad.

Sin embargo uno de los momentos más álgidos y más sentidos ocurrió pasada las once de la noche.

  • “Lo que pasa acá es parecido a lo que pasa en EEUU. No tengo la solución pero sé que si todos estamos presente en este momento y ahora esto será una sanación colectiva. Todos nos volvemos un organismo que respira y nos hace extender las manos. Honremos a nuestros ancestros que vinieron antes que nosotros. Por la gente valiente que pelea por nosotros te amamos, te respaldamos y estamos con ustedes. Hay tantas formas de pelear. Ésta es la mía” exclamó Badú, acto seguido comenzó a sonar Appletree con un recibimiento sobrecogedor por parte del público.

Con una performance de baile tribal en conjunto con sus coristas fue la inducción a una especie chamanismo nuevo, algo que es muy Erykah Badu y que todos comulgamos. Pero la cercanía no era suficiente por lo que ya casi cerrando el show, bajó del escenario para cantar con los fans en primera fila, la conexión más directa que logró con la fanaticada. Le regalaron la bandera del Wallmapu y la bandera chilena negra, para exclamar que estaba pasando algo muy importante ahí, en ese momento. Se dirigió a una fan de pelo rosado, le preguntó su nombre, Cata, ella respondió, para luego pasar a dedicarle su más grande éxito Tyrone.

Entrega total del público ante la profetisa, reina, chamán, emperatriz, ama absoluta Erykah Badu.

Galería Fotográfica: Grace Pérez Oliva