El regreso de la icónica banda argentina de heavy metal A.N.I.M.A.L. al Teatro Coliseo en Chile se transformó en una auténtica celebración del rock pesado. Con una energía desbordante y un potente mensaje social, el grupo reafirmó su vigencia y conexión con el público chileno, quienes disfrutaron de una velada memorable que también contó con la participación de los nacionales Dracma como teloneros.
Por: Álvaro Rodríguez
Foto: Luis Marchant
Dracma: Una apertura con fuerza y nostalgia
La jornada arrancó con la presentación de Dracma, que tomó el escenario a las 20:30 horas, cuando los asistentes comenzaban a llenar el recinto. La banda nacional, liderada por Felo Foncea, ofreció un espectáculo cargado de potencia y dinamismo. Su fusión de Nu Metal y Rap Metal, ejecutada con precisión y pasión, logró captar la atención del público y calentar los ánimos para lo que venía.
El grupo hizo un breve pero contundente recorrido por su trayectoria musical, demostrando por qué siguen siendo una de las agrupaciones chilenas más destacadas del género. Además, la presentación tuvo un toque especial de nostalgia, pues marcó un reencuentro con A.N.I.M.A.L. después de más de dos décadas desde que compartieron escenario por primera vez, en 1999, en el Estadio Víctor Jara. La actuación de Dracma fue una verdadera antesala cargada de energía y dejó al público listo para la esperada aparición de los argentinos.
A.N.I.M.A.L.: Celebrando tres décadas de contundencia musical
Pasadas las 21:45 horas, A.N.I.M.A.L. subió al escenario y desde el primer acorde dejó claro que su regreso a Chile sería inolvidable. La banda llegó para celebrar los 30 años de su segundo álbum de estudio, "Fin de un Mundo Enfermo", un trabajo que marcó un hito en su carrera y en la historia del metal en español.
La apertura del concierto con el clásico "Solo por ser Indios" encendió de inmediato a la audiencia, que coreó la canción con pasión, reflejando la profunda conexión entre la banda y sus seguidores. A lo largo de la noche, A.N.I.M.A.L. ofreció un recorrido por sus éxitos más icónicos, entregando una mezcla perfecta de energía, técnica musical y letras cargadas de contenido social y político.
El grupo mostró una calidad escénica única, combinando el Metalcore y Nu Metal con una ejecución impecable. Su música, reconocible y poderosa, logró conectar incluso con aquellos que no son fanáticos del género, convirtiendo el show en una experiencia colectiva donde todos pudieron disfrutar del impacto de su propuesta artística.
Un ambiente íntimo y visceral para los fanáticos
El Teatro Coliseo se transformó en un espacio íntimo donde la cercanía entre el público y la banda potenció la experiencia. La cancha, repleta de seguidores, se convirtió en una verdadera fiesta. Los clásicos mosh pits dieron vida a un ambiente visceral, donde la energía se palpaba en cada rincón del recinto.
Para los seguidores más fervientes, estar tan cerca de la banda fue un privilegio que amplificó la intensidad del momento. A.N.I.M.A.L no solo ofreció un espectáculo musical; también reforzó su mensaje reaccionario y sus ideales de lucha. Sus canciones, impregnadas de mensajes en defensa de los pueblos indígenas y los derechos sociales, resonaron con fuerza, haciendo de cada interpretación un acto de reivindicación y resistencia.
Un legado que trasciende generaciones
El regreso de A.N.I.M.A.L. a Chile fue mucho más que un concierto: fue una celebración del legado de una banda que ha sabido mantenerse vigente durante décadas. Su música, cargada de fuerza y significado, sigue siendo un referente para los fanáticos del metal y para quienes buscan en el arte una forma de alzar la voz.
Esta presentación no solo marcó su retorno triunfal a tierras chilenas, sino que también dejó una huella imborrable en los corazones de quienes asistieron. Fue una noche que destacó la potencia del metal como vehículo de expresión y conexión, consolidando a A.N.I.M.A.L. como un ícono del género en nuestra región.
Galería fotográfica por Luis Marchant
DRACMA
A.N.I.M.A.L.
