El productor de indie electrónico henri está listo para dejar su huella en la escena musical con el lanzamiento de su EP debut, 'rakkaus', hoy 2 de junio. El EP muestra la mezcla única de elementos indie y electrónicos de henri, ofreciendo un viaje musical cautivador e introspectivo. El sencillo principal, "something we could dance to", resume maravillosamente las emociones agridulces de alegría y dolor, invitando a los oyentes a bailar a través de sus lágrimas. El viaje artístico de henri sirve como testimonio del poder de la vulnerabilidad y la autenticidad dentro del panorama actual de la música electrónica. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, henri se inspira en experiencias profundamente personales y transformadoras, añadiendo a su música profundidad emocional y resonancia.
A través de melodías evocadoras y ritmos electrónicos cautivadores, "something we would dance to" captura la esencia de apreciar los hermosos momentos compartidos con un ex amante mientras lidia con las dudas persistentes y la angustia de una ruptura. Nos recuerda que incluso los recuerdos más preciados deben dar paso a nuevos comienzos.
Este hermoso himno agridulce navega por el intrincado paisaje de una relación pasada, llena de alegría, dolor y las huellas persistentes de lo que alguna vez fue. El sencillo ya ha cautivado a los oyentes, demostrando la notable habilidad de henri para tejer narrativas de nostalgia y añoranza con un paisaje sonoro electrónico emocionalmente resonante. Dirigido por Patrick Taylor, el video musical promete profundizar el viaje emocional en el que se embarca en el sencillo. El video, que muestra las actuaciones crudas de los bailarines Nadine Élise Muncey y Julian Nichols, es un testimonio visual de las ansiedades internas y las emociones no resueltas que a menudo se asocian con las relaciones pasadas.
En el corazón de una sociedad impulsada por el éxito, henri siempre había bailado al ritmo de las expectativas del mundo. Con la presión implacable pasando factura a su alma, henri se encontró en un punto de ruptura, incapaz de reconocer al artista en el que se había convertido. Su intuición, una vez una fuerza guía, ahora era un susurro distante, ahogado por la cacofonía de voces externas. Fue entonces cuando tomó una decisión que le cambió la vida: presionar reiniciar y embarcarse en un viaje hacia el autodescubrimiento y la curación. Dejando atrás las luces resplandecientes de la ciudad, henri se retiró a una cabaña familiar ubicada en lo profundo de un bosque sereno, acunado por el suave abrazo de un lago tranquilo. Allí, en medio de la cruda belleza de la naturaleza, encontró consuelo y comenzó a aceptar sus propias imperfecciones, locura y tristeza. El arte se convirtió en su santuario, un medio para canalizar las emociones que se arremolinaban dentro de él y darles una voz que otros pudieran escuchar.