The Driver Era en Chile 2025: la tercera parte de una obsesiva perfección

Con un Estadio Obras explotado en Argentina y un cuarto disco, Obsession, estrenado hace escasas semanas, la banda liderada por Ross y Rocky Lynch, The Driver Era, llegaba a Santiago para enardecer las ansias de una fanaticada fiel que no sólo agotó entradas, sino que además se organizó para darle un color único a la noche.

Texto por: Pedro Massai

Fotos: Agustín León

La locación definida para esta tercera vez entre Chile y The Driver Era fue el Teatro Coliseo, donde los carteles de dedicatorias y los sombreros vaqueros, aparecían mientras te movías entre la gente, y el ánimo de un domingo cualquiera se transformaba en una noche inolvidable.

Todos los horarios se retrasaron en media hora considerando lo previamente anunciado, y en ese contexto, cercano a las 20:30 horas aparecía en el escenario Ryland Lynch, miembro del mismo clan que da origen a la banda norteamericana y que en esta faceta de DJ, se encargaba de pinchar canciones de ayer y hoy, en donde figuraban hits de Abba, Bad Bunny y Farruko. En todo este momento, el público ya estaba entregado al espectáculo, encendiendo la temperatura de un domingo de abril.

Finaliza el show previo y un gran telón blanco cubre todo el escenario principal y es desplegado a partir del sistema de focos y luces del teatro. Nada es al azar. La escasa luz que ya había a esas alturas se termina de apagar. Aparecen siluetas de fondo y unos profundos y calculados acordes que desnudan el inicio de lo que ha sido la gira de Obsession: Touch retumba en cada lugar, con un bajo liderado por Riker Lynch que conjuga fielmente al apañe del público que corea cada letra que expulsa Ross. El viaje ha iniciado.

El paso de Better, You Keep Me Up At Night y The Weekend (la favorita de quien escribe), nos hacen recordar de que este nuevo álbum goza de una madurez perfecta, en donde se puede pasar de una bonita canción hitera, hacia ritmos bailables que obligatoriamente te mandatan a sacar los pasos prohibidos. Y así lo hacía saber el público que se desplegaba en cancha y platea baja, que convertían en un karaoke unísono cada canción interpretada.

En una constante petición para que Ross Lynch se fuera quitando ropa, pasaron canciones como Same Old Story, Everybody’s Lover, Low - en donde Rocky Lynch despliega su virtuosismo en voz y guitarra - Nobody Knows, Nothing left to lose, entregando la dosis justa de energía para ya cumplir la primera hora de música en vivo. Hasta llegar a Malibu, en donde se daría el primer hito que afianza la relación fan/artista.

Resulta que previamente, el grupo de fan más acérrimo (@TheDriverEraChile) se organizó para demostrar en acciones la conexión con la banda. Y en Malibu, uno de esos infaltables, la gente coordinadamente desplegó carteles, en pleno coro de la canción, la reseña: “Stay here in Santiago”. Seguido de este momento y nutrido por una soberbia interpretación del clásico ochentero “Need You Tonight” de INXS, se dio un segundo fan action.

La pegajosa Don’t Take The Night, una de las canciones ancla de Obsession, fue minuciosamente acompañada de un despliegue de globos plateados con forma de bola disco, que adornaron el clima con el efecto lumínico que se generaba. Todo, detalladamente pensado para abrochar un cierre fervorosamente arriba.

Luego del pequeño intermedio, las pegajosas Rumors, Get Off My Phone y A Kiss, con una kiss cam de por medio, daban fin a un show frenético, en donde la relación amorosa entre banda y fanáticos, quedaba expuesta frente a todos. ¿La banda sonó bien? Sí. ¿Hubo un público fervoroso? Sí. Todo está conjugado para que exista, más pronto que tarde, una cuarta visita. Si en 4 años estuvieron 3 veces, ¿por qué no? Seguramente, ese momento también será perfecto, nada queda en la imperfección con The Driver Era.

THE DRIVE ERA