Dónde estábamos hace 20 años? Algunos todavía en el colegio, otros entrando a la Universidad, ¿dónde van las canciones que cantamos? Esas que amenizaron nuestros viajes en el insoportable trayecto a nuestras obligaciones, que animaron jornadas entrañables o que simplemente nos acompañaron en la total complicidad de nuestra adorable adolescencia. Todas ellas guardan, por supuesto, un lugar privilegiado en nuestras memorias y nada mejor que poder revivir esas sensaciones que han atravesado el espesor de los años con un show que conmemore y celebre esa melancolía de antaño que tanto nos cuesta dejar ir.
La tarde de verano Santiaguina combinaba perfectamente con esta sensación. Es viernes, la gente se anima por las calles en busca de una cerveza o un panorama que relaje la semana y otros hacen la fila en el Club Subterráneo para ver a los oriundos de Nueva York, quienes vuelven tras siete años de ausencia para conmemorar los 20 años del “Tell all your Friends”, álbum icónico de la nostalgia hardcore melódica y mostrar en vivo el material de su más reciente disco “Tidal Wave” que data del 2016.
El escenario estaba dispuesto, los roadies de TBS ajustaban cada instrumento y micrófono mientras algunos mataban la ansiedad empinando una cerveza tras otra y coreando el clásico “olé, olé, olé…Takie, Takie” hasta que finalmente la banda aparece y todo se quiere caer.
Vamos a lo que nos importa, ¿el sonido? Impecable. La batería de Mark O’Connell y el bajo de Shaun Cooper sostienen con firmeza melódica y pragmatismo la guitarra de John Nolan y de Nathan Cogan, quién dejó absolutamente todo en el escenario. Terminó sudado, cansado y demostró que puede hacer olvidar (al menos en vivo) a Eddie Reyes, quién abandonó la banda en abril del año pasado. Punto aparte para Adam Lazzara. Entendamos que han pasado 20 años y su voz ya no es la misma, pero el carisma, la cercanía y su constante interacción con el público sin duda que brinda un matiz especial para esta celebración. Taking Back Sunday supo entender perfectamente la atmósfera de esta reunión y eso tenemos que destacarlo, el ambiente estaba para precisamente eso, para dejar la polera sudada, con olor a cerveza, levantar el puño y corear Liar, if we’re keeping score… aunque convengamos que quizás aburrió un poco tanto fanático destemplado subiendo al escenario y cantando, en Miami ya el público deslizó unas pifias ante un acaparador de micrófono. Está bien, pero vinimos ver a Taking Back Sunday.
Y aunque precisamente la banda deteste en parte que el público le solicite canciones que no están en el setlist, de todas formas le dan el gusto a la fanaticada y tocan una de estas excepciones, I don’t think it’s posible man, bromea Lazzara y destaca lo mal que huele el lugar ya tras casi hora y media de concierto, “Esta es nuestra favorita” dice el histriónico vocalista, “Aunque John la tocaba muy lento” agrega, mientras las botas vaqueras de Cogan se acercan al piano para tocar los acordes de “The Blue Channel”, Nolan bebe otro sorbo de vino en su vaso plástico rojo y el público, por supuesto enloquece.
En resumen, sólido el show de Taking Back Sunday. Jornada memorable, sonido acorde al lugar, perfecta comunión entre banda y fanaticada que culminó con un broche de oro tras la invasión del público al escenario (cual video de Hey Jude) coreando en masa make damn sure hasta que literalmente la Fender Classic Series deJohn Nolan terminó tirada en el suelo resonando un acorde que se quedará durante muchísimo tiempo en la memoria de todos quienes dejaron el Club Subterráneo oliendo a espíritu adolescente.