Cantautor, músico, actor, abogado, político y activista panameño, el legendario Rubén Blades, regresó este viernes a la capital acompañado de su “Big Band”, para entregarnos tres horas casi exactas de salsa fina y entrañable. El centroamericano se paró frente a un Movistar Arena repleto a dar cátedra ante miles de asistentes, que bailaron y se emocionaron con las canciones presentadas por una agrupación que solo derrochó calidad. Una verdadera comunión de las naciones de este lado del continente fue lo que vivimos anoche en la gran cúpula del Parque O'Higgins.
Por Sebastián Zumelzu
Foto por Luis Marchan
La extensa jornada comenzó con “Plástico”, dando la entrada al maestro de ceremonias que fue recibido con una ovación de pie por una audiencia transversal. Las manifestaciones de alegría no se hicieron esperar cuando el cantante comenzó a nombrar los distintos países de la región, donde los que recibieron la respuesta más contundente -después de la chilena, lógicamente- fue el de la colonia venezolana, quienes acudieron en gran número y celebraron cada una de las intervenciones de Blades, sobre todo aquellas que criticaron el régimen de Nicolás Maduro o durante la totalidad de la interpretación de "María Lionza", que trata sobre una diosa del folclor venezolano.
La fiesta se mantuvo en lo más alto durante toda la velada, cortesía de la música que invitaba al baile y unas líricas que nos llevaban a la reflexión, en esa fórmula particular del estilo, donde composiciones como “Pablo Pueblo” o “En Esa Casa”, nos describen duras realidades, como los son la pobreza o la violencia intrafamiliar, mientras la música nos mantiene moviendo el cuerpo. No por nada, a Blades le apodan como el “poeta de la salsa”, y ayer tuvimos el privilegio de disfrutar de su prosa bajo diferentes facetas, porque si bien, la salsa fue la gran protagonista de la noche, también pudimos escuchar boleros e incluso swing, con cortes como “Apóyate En Mi Alma” y “Watch What Happens”, este último extraído de su más reciente álbum, “SALSWING!” (2021), disco ganador del “Álbum del Año” en los premios Grammy Latinos, y que motivó el tour que vinieron a presentar a nuestro país.
Foto por Luis Marchan
También hubo tiempo para recordar a artistas fallecidos. Desde Tina Turner hasta Víctor Jara, fueron recordados durante la interpretación de “Todos Vuelven”, y la figura de otra leyenda de la música centroamericana, Héctor Lavoe, fue homenajeada con la reversión de su éxito “El Cantante”, sencillo que fue escrito por Rubén Blades, pero que finalmente cedió al puertorriqueño, en una decisión que, como el mismo Blades lo señaló, fue todo un acierto. La segunda parte del recital estuvo dedicada a revisar el material que el panameño ha creado junto a su “Big Band”, donde destacaron cortes como “Paula C.”, “Arallue”, y la infaltable “Pedro Navaja”, en una versión de casi once minutos de duración, que engatusó al respetable que, a esas alturas del espectáculo, ya estaba más que satisfecho.
Pero todavía quedaba más. Para bajar el telón cayeron “Maestra Vida”, y como parte del bis, “Ligia Elena” y la emotiva “Parao”, dando por finalizada una noche impecable donde nos deleitamos con el legado musical de un hombre que se mantiene tan firme como en el primer día. Rubén Blades armó una fiesta continental y repasó la historia de la región y su gente, logrando con su música una comunión que, por estos días, lamentablemente, escasea.
Galería fotográfica por Luis Marchant
RUBÉN BLADES
