Recomendación Melómana: la increíble cebolla musical de la saga de Shrek

Clásicos, covers y canciones originales son parte del soundtrack de las cuatro películas de Shrek. Algunas se volvieron himnos, mientras seguimos sorprendiéndonos con otras que en su momento dejamos pasar de largo.

Por Nicolás Noli

Debe ser consenso general que Shrek es una de las mejores sagas animadas de la historia, al menos sus dos primeras películas. Desde 2001 hasta 2010, cada estreno en el cine del ogro y sus amigos era un panorama obligado del fin de semana cuando uno era niño. Hoy, aunque sea en Netflix o en la tele abierta, también lo es.

Ya sea por sus chistes, escenas memorables o sus personajes, la película tiene un encanto especial. Sin embargo, hay otro punto que muchas veces no nos damos cuenta: su música. Desde su entrada con Smash Mouth y su tema “All Star”, la película nos atrapa. Ni hablar de “Holding Out For a Hero” en la voz de la Hada Madrina.

El valor de las canciones en Shrek es más relevante de lo que se pueda creer. La película desde su primera parte, se plantea como una subversión de los clásicos cuentos infantiles y buscando parodiar a Disney en todo sentido. No más Phil Collins ni canciones cebolleras, en Shrek la música tenía que hacer que la pasaras bien, al mismo tiempo en que te intentaba decir algo.

¿Hay mejor ejemplo acaso que “Bad Reputation” de Joan Jett? Todos nos acordamos de la pelea en el barro por la frase “¡Con la silla!” que con justa razón se convirtió en meme. Pero es ahí donde se nos plantea por primera vez que Shrek es juzgado solamente por quien es: “I don't give a damn 'bout my reputation” suena en este clásico de 1981, poco después Shrek le dice a burro su célebre frase de las cebollas.

Jugar así con éxitos se volvió una clave en las películas. Sobre todo en la segunda parte, que para muchos es la mejor de todas, ya que lleva esto a otro nivel. Si antes se inició con "All Star", ahora el Shrek enamorado de Fiona iniciaba su historia con “Accidentally in Love”, la cual fue nominada a Mejor Canción Original en los Oscars de 2004.

La transición de “Funkytown” de Lips Inc. desde el pantano hasta Muy Muy Lejano, cerrando con las trompetas épicas al llegar al castillo, nos deja en claro que nuestros personajes ya no están en su lugar, ahora es distinto. Cada paso relevante entre escenas tenía un hit, como Shrek volviendo de conseguir la pócima con David Bowie junto a Butterfly Boucher con “Changes” de 1971. Creando una atmósfera pop que ninguna otra cinta de niños tiene, al menos no de manera continua.

Es cosa de ponerse a pensar ¿Cuánto tiempo pasó para que mujeres tuvieran un rol fuera de la damisela en peligro en el cine? ¿Y siendo princesas? Marvel apenas usó unos segundos de protagonismo en Endgame para sus heroínas. Shrek 3, no sólo dio una secuencia larga de combate y empoderamiento, les dio un mashup increíble entre “Inmigrant Song” de Led Zeppelin–iniciando desde el canto de Blancanieves- para terminar con “Barracuda” de Heart.

Otra cosa destacada de Shrek, es que pudo aplicar su irreverencia musical hacia cualquier tipo de emoción. Porque es fácil impactar musicalmente en momentos de adrenalina. Pero que incluso en la tristeza o melancolía eso funcione, es un sello propio de la franquicia. El cover de “Hallelujah” de John Cale cuando Fiona y Shrek aceptan su destino lejos del otro o el funeral del Rey Sapo con “Live and Let Die” –cantado por un coro de sapos- son una confirmación de una identidad cinematográfica.

Shrek instauró una forma de utilizar el soundtrack en escenarios tan diferentes a la música que evoca, que luego sería reutilizado por películas como Guardianes de la Galaxia, premiadas también por su banda sonora. La tristeza, los mensajes, la emoción y lo épico no son sinónimos de grandes orquestas ni bases sacadas de algún musical de Broadway. La música es otro elemento que puede ser tan ridículo y divertido como la misma trama.

Quizá el ejemplo mejor logrado de todo esto es el clímax de Shrek 2, “Yo Quiero un Héroe” con la mezcla perfecta de lo que es Shrek. Inicia como un vals, digno de una escena de baile de cuento de hadas y entre luces, bailarines y una carrera contra el tiempo para evitar un beso, se transforma en una presentación del medio tiempo en el Super Bowl. La manera perfecta para dejar en claro quién eres.

Shrek hoy es considerada una película de culto gracias a la animación y a la cuota de memes en redes sociales. Pero más allá de su doblaje entrañable, sus mensajes sobre la aceptación y el amor propio, sus referencias pop o su excelente contraposición a Disney. Sentó una base en el cine infantil donde la música no solo son pajaritos y vestidos acampanados. Una guitarra eléctrica, sintetizadores y coros enfervorecidos pueden ser el canto de un cuento de criaturas fantásticas. Tanto así, como que un ogro puede tener un final feliz con una princesa.