La película escrita y dirigida por Cameron Crowe cumple dos décadas este año. En Sunderbeats repasamos porque fue un clásico instantáneo y se mantiene tan vigente hoy como en su estreno.
Por Valentina Tagle
En el año 1973 William es un joven quinceañero prodigio se encuentra frente a una situación que para cualquiera de nosotros podría parecer idílica: la revista Rolling Stone le encarga escribir un artículo sobre una banda emergente, la ficticia Stillwater. Para esto, debe acompañar a la banda en su gira por Estados Unidos. Inspirado por su rebelde hermana y aconsejado por la leyenda de la crítica musical Lester Bangs, William emprenderá una epopeya donde conocerá de cerca la escena del rock setentero y a su diversa fauna de músicos, agentes, productores, escritores, fans y groupies.
Casi Famosos está basada en la propia experiencia Crowe como un prematuro colaborador para la famosa revista estadounidense, donde tuvo contacto con artistas de la talla de Led Zeppelin, Yes o incluso Bob Dylan. En ese contexto, también tuvo la oportunidad de conocer a algunos de los personajes reales que aparecen en Casi Famosos, como el ya mencionado Lester Bangs (interpretado magistralmente por el fallecido Phillip Seymour Hoffman) o el histórico editor de Rolling Stone, Ben Fong-Torres.
En esta aventura, vemos desde los inocentes ojos del protagonista un desfile de personajes tan complejos como entrañables. Están los miembros de la banda, entre los que destacan el egocéntrico y cínico vocalista (Jason Lee) y Russel Hammond (Billy Crudup) el virtuoso pero confundido guitarrista, centro del conflicto amoroso de la película. Las groupies o autodenominadas Band Aids (“no están ahí solo por el sexo, sino que por la música”) que siguen a la banda por el país junto a su líder Penny Lane (Kate Hudson), el verdadero corazón del relato. La joven que abandona una vida predecible por estar junto a sus artistas favoritos, cuya presencia llena de alegría y diversión cualquier lugar que habita y que por definición es la esencia de la época, un espíritu roto que solo puede ser salvado por la música.
Porque después de todo, eso es lo que importa, la música. Son los versos de “America” de Simon & Garfunkel los que motivan a la hermana de William dejar su hogar y partir a conocer el mundo (“Michigan seems like a dream to me now/ It took me four days to hitchhike from Saginaw/ I've gone to look for America”). Es a través de “Tiny Dancer” de Elton John en que la banda vuelve a unirse después de un momento de tensión, cantando a todo volumen un coro que les recuerda porque estaban juntos en primer lugar (“Hold me closer, tiny dancer/ Count the headlights on the highway”). Cuando los días de juerga terminan, la nómada Penny Lane baila en un escenario vacío al ritmo de un melancólico Cat Stevens en “The Wind” (“I let my music take me where/ My heart wants to go”).
Y es que el guión de Cameron Crowe entiende que el rock es acerca de ser joven y revelarse. Por eso es tan importante que realice un viaje a su pasado en un momento tan específico para la cultura, donde los ideales del Rock and Roll se ven enfrentados al poder de las disqueras y las grandes productoras, y la verdadera lucha es mantenerte fiel y genuino a uno mismo.
La banda sonora incluye canciones compuestas por Crowe, Nancy Wilson (Heart) y Peter Frampton. Ganadora de una de las cuatro nominaciones que obtuvo a los Óscars (Mejor guión original), Casi Famosos es el tipo de película que te deja con una sensación de armonía a la vez que te invita a cantar y bailar tus canciones favoritas lo más fuerte que puedas ante la incertidumbre que nos acongoja por estos días.