Con casi cuarenta años de historia, la noche de este sábado, Prong, banda norteamericana de culto, pioneros del groove metal, realizó su primer concierto en la capital. Una cita que se hizo esperar demasiado, pero finalmente se concretó en un debut que superó toda expectativa. Presentando un set ideado para satisfacer cuatro décadas de espera, el trío neoyorkino se mandó un recital impecable, crudo, sucio, y por sobre todo, glorioso. El Club Blondie recibió a poco más de una centena de fanáticos, que vivieron uno de los conciertos más poderosos que este redactor ha podido presenciar durante este año.
Por Sebastián Zumelzu

Foto por Luis Marchant
Como números de apertura, los chilenos de Atomic Genocide y los brasileños de Válvera, lo dejaron todo en el escenario, pese a la escasa presencia de público que a esa hora ocupaba la pista de baile de la discoteca santiaguina. La banda local, formada el año 1989 en la ciudad de Copiapó, se destacó por su entrega y energía, mientras que los cariocas sacaron aplausos por su potente sonido y conexión con la audiencia. La noche iba viento en popa, y eso de las 20:30 hrs, Prong tomó posición en el escenario y dio inicio a su presentación con Test y Whose Fist Is This Anyway?, respaldados por un sonido claro y contundente, que se mantuvo durante toda la velada, siendo una de las grandes virtudes del debut de los norteamericanos en Chile.
Los años se notan en el cuerpo, pero el trío demostró que su energía se mantiene intacta. Tommy Victor, miembro fundador y único integrante original del trío, era el maestro de ceremonias, alentando al público e incluso espetando unos “¡Chonchesumadres!”, que fueron recibidos con risas y aplausos de la audiencia. Jason Christopher en el bajo, llevaba el groove del combo con una actitud desgarbada, bromeando con los fans que se encontraban en la barricada y ejecutando con precisión cada nota. El más joven del grupo, Griffin McCarthy en la batería, cumplía su tarea a rajatabla, llevando la comparsa que aceleró la marcha de la mano de Disbelief y Beg to Differ.
La tónica de la actuación de los estadounidenses se mantuvo de esa manera. Mostrando su faceta más groove, incluso funkera, para luego recurrir a la agresividad del hardcore y el thrash metal, matices donde se puede constatar el por qué personajes como Jonathan Davis de Korn o Trent Reznor de Nine Inch Nails, han citado a Prong como influencias de su sonido. El híbrido de estilos es uno de los principales atractivos de la agrupación, y canciones como Cut-Rate, Rude Awakening, Close the Door o Another Worldly Device, son prueba fehaciente de aquello, y en sus versiones en vivo, funcionaron como verdaderos mazazos para una audiencia que se regocijaba con cada corte. 

El momento más celebrado de la jornada, llegó con Snap Your Fingers, Snap Your Neck, la canción más conocida del trío, que puso a bailar y a moshear a todos los asistentes. La fiesta estaba llegando a su fin, y Revenge...Best Served Cold nos llevó al bis, el cual bajó el telón con la agresividad de However It May End. Todos los cartuchos se habían quemado y no quedaba muchos más que decir, solo celebrar y agradecer por una noche soñada. Prong se tardó demasiado en pasar por estas tierras, pero su arribo compensó toda demora. Una de las bandas esenciales del estilo, por fin nos vino a mostrar su poderío y sería un gusto poder tenerlos de vuelta, ojalá con una mayor convocatoria, ya que su show en vivo supera con creces a lo que podemos escuchar en estudio.
Setlist
Test 
Whose Fist Is This Anyway? 
Disbelief 
Beg to Differ 
Lost and Found 
Unconditional 
Ultimate Authority 
Cut-Rate 
Rude Awakening 
Broken Peace 
Cut and Dry 
Close the Door 
Another Worldly Device 
Snap Your Fingers, Snap Your Neck 
Revenge...Best Served Cold 
Third From the Sun (Cover de Chrome) 
Prove You Wrong 
However It May End 
Galería fotográfica por Luis Marchant
